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ADAC demuestra que las 5 estrellas EuroNCAP pueden acabarse a los 80 km/h, vídeo

Una de las valoraciones de los automóviles en materia de seguridad con mayor relevancia en nuestro continente es la proporcionada por el organismo independiente EuroNCAP, que realiza crashtests de la mayoría de los vehículos que se venden en Europa puntuando con una serie de factores la seguridad ofrecida para los pasajeros del vehículo, adultos y niños por separado, y para los peatones en caso de atropello. En cada uno de estos tres apartados se elabora una puntuación de entre 0 y 5 estrellas, siendo éste último caso en el que se ofrece la mayor seguridad.

La prueba que se suele tener más en cuenta es la del impacto frontal, que se realiza a 64 km/h contra un muro deformable para registrar los datos que aportan los sensores de los dummies. Así es posible analizar los puntos donde los implicados sufren más y menos riesgo de lesión. Gran parte de los accidentes ocurren finalmente a menos velocidad que la de prueba y, ciertamente, los fabricantes trabajan en gran medida para ofrecer una seguridad máxima en la característica prueba. ADAC, un organismo alemán similar a EuroNCAP, ha decidido ir un paso más adelante y ver qué sucede cuando se realiza esta misma prueba pero a una velocidad ligeramente superior.

El coche elegido para tales pruebas ha sido el Renault Laguna, que recibió en su momento las 5 estrellas EuroNCAP. En lugar de afrontar el test de impacto delantero a 64 km/h, se hace a unos exactos 80 km/h. Proporcionalmente los resultados son bastante diferentes a los que podría imaginarse. La estructura del Laguna tiene que soportar la disipación de un 50% más de energía cinética, lo que implica que las partes deformables de la carrocería o la caja de seguridad que protege el habitáculo lleven su resistencia al límite.

Los resultados que mostraban la prácticamente total protección de lesiones para pasajeros y adultos a 64 km/h se convierten, en este caso, en peligros más profundos. El conductor sufre riesgo de lesiones graves en pecho y cabeza, puesto que el airbag no impide que choque ésta contra el volante. El pasajero delantero guarda más suerte aunque su cabeza también llega a tocar contra el salpicadero. La suavidad de los materiales disminuye el riesgo de lesión en este caso. El apartado de los niños resulta si cabe más desalentador, pues niños menores de tres años sufrirían una desalaceración en pecho y cabeza cercana al límite resistible.

Una vez realizadas las pruebas, el ADAC realiza una serie de recomendaciones al respecto. No habla precisamente de mejorar estructuras o formatos de materiales dentro del coche, sino de optimizar la seguridad sin que falten ayudas a la frenada, el control de tracción o el control de estabilidad aparte de tecnologías en aumento como la que permite mantener automáticamente la distancia de seguridad con el vehículo que precede o con una serie de asistencias a la conducción.

En el siguiente vídeo podéis ver la prueba realizada por el ADAC, los resultados y los comentarios de los participantes. Es una lástima que hablen en todo momento en alemán.

En Diariomotor ya hemos visto otras pruebas externas que demuestran los daños a velocidades por encima de las que se utilizan en el organismo europeo. Por ejemplo, la prueba del Audi Q7 contra el Fiat 500 resultaba bastante reveladora, por no hablar de otra más extrema que enfrentaba a un Volvo y un BMW de generosas dimensiones a 100 km/h.

Vía: motorauthority

En Diariomotor: Crash test: luces y sombras

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