El reciente anuncio de un acuerdo de colaboración estratégico entre la alianza Renault-Nissan y Daimler desató la imaginación de los aficionados, y hay información con mucha base que afirma que la próxima generación de berlinas Infiniti emplearán plataforma y motores de los Mercedes Clase E. Hemos sabido hoy mismo más detalles acerca del intercambio tecnológico. Por lo que parece, Nissan suministrará a Daimler motores de gasolina de tres y cuatro cilindros, además de desarrollos eléctricos. Daimler venderá fundamentalmente seis y ocho cilindros, además de sus probados turbodiésel de desarrollo propio.
Carlos Ghosn ve mucho futuro a esta alianza, y ha estado comentando sus planes para la próxima generación de los Nissan Z, es decir, el sucesor del 370Z. Estos deportivos siempre se han caracterizado por su pureza, fantásticas cualidades dinámicas y diseños arrebatadores. Hay tres opciones de potencia Mercedes para la próxima generación. La primera de ellas es el 3.5 V6 de inyección directa y 306 CV, asociado al tren de propulsión híbrida del Mercedes S 400 Hybrid. Hablamos de un esquema semi-híbrido, con la asistencia eléctrica de un motorcillo de unos 20 CV.
Acoplado a soluciones microhíbrida (Stop&Start) y sistemas de recuperación de energía, dará al futuro Z unos consumos más bajos que ahora a igualdad de prestaciones. No podría funcionar en modo 100% eléctrico, en ese sentido será idéntico al Honda CR-Z, lo que abre la posibilidad a la supervivencia de una caja de cambios manual. Además de un buen cambio de imagen, supondría un espaldarazo de ventas en el mercado local, muy ecológicamente concienciado. Los aficionados a las prestaciones no deberían preocuparse, pero quizá si debieran cuando conozcan la siguiente opción que se baraja.
Motores turbodiésel en una de las saga más icónicas de los deportivos. Me morderé la lengua. Se habla del 3.0 V6 turbodiésel de los 350 CDI, con 235 CV de potencia, cerca de 600 Nm de par motor y consumos ajustados. En un rango de potencia bastante aproximado también se piensa en una combinación turbodiésel semi-híbrida basada en el motor 2.1 250 CDI de 204 CV de potencia, doble sobrealimentación y 500 Nm de potencia. Junto a un motor eléctrico de 20 CV, tendríamos 224 CV de potencia combinada y unas emisiones de CO2 inferiores a los 120 g/km.
A largo plazo, se piensa en el 1.8 Diesotto, que combina la alta relación de compresión de un motor diésel con el funcionamiento de un gasolina de inyección directa. Este prometedor propulsor sigue en desarrollo en el seno de Daimler, pero aún no está perfeccionado y no está clara su llegada al mercado a medio plazo. En cualquier caso, los Nissan Z seguirán en la palestra dando que hablar. Es vuestro turno de discutir los movimientos de Daimler y Nissan en los comentarios. ¿Se pierde la esencia deportiva o es un cambio necesario para adaptarse a los tiempos?
Vía: Autocar
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