Lo primero que pensaréis al ver esta imagen es que hemos vuelta atrás en el tiempo y a ver qué hace ahí una foto del Volkswagen Polo GTI de la anterior generación. No nos hemos ido al pasado sino al presente para contemplar una curiosa preparación del Polo con muchos detalles que nos puedan “descuadrar” un poco.
Las lunas tintadas o el capó y el techo de color negro son cosas que se pueden ver más habitualmente en el tuning “de barrio” o incluso las llantas de aleación de Dotz. En este caso son un modelo Tupac, nombre que proviene de una antigua palabra de guerra africana y no del famoso rapero ya fallecido, en 18” de diámetro. Pese a esta declaraciones de inteciones de su creador para tener un Polo más agresivo sus faldones, pintados también en color blanco, son de lo más discreto. Y aquí se acaba esta discreción.
Aunque el dicho dice claramente que “para gustos, colores y los míos los mejores” me sigue sin parecer muy normal que los botones del climatizador lleven insertadas unas gemas de cristal de Swarovski. Es que simplemente parece que algo no cuadro. Cuadra mejor el potente equipo de sonido con dos amplificadores que unos brillantes muy caros sobre una rueda giratoria.
En el seno del vano motor del Polo GTI, en la cuarta generación, se escondía un 1.8 Turbo de 150 CV. Tocado por las finas manos de Oettinger la potencia se incrementa hasta los 200 CV y el par máximo hasta los 320 Nm, muy por encima de lo que ofrece el Polo GTI actual o el mismísimo Golf VI GTI. Me pregunto si con un trato muy deportivo este motor será capaz de aguantar bien sin empezar a fallar.
A veces uno se para a pensar en ciertos estereotipos y no se da cuenta de que cuando uno se expresa como quiera o simplemente quiere llamar la atención, casi todo vale.
Vía: Dotz
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