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Skoda Yeti 2.0 TDi 140 CV DSG Experience, a prueba (II)

Ayer analizamos el Skoda Yeti por fuera y por dentro en la primera parte de la prueba. Podemos resumir que se trata de un SUV compacto con un diseño original y con un interior en el que destaca la buena habitabilidad y una elevada calidad de materiales, llegando a igualar en éste aspecto a Volkswagen, teóricamente un escalón por encima.

Antes de ponerlo en funcionamiento, vamos a detallar sus datos técnicos. El motor es un 2.0 TDi que rinde 140 CV a 4.200 r.p.m.. Disponde de turbocompresor de geometría variable, intercooler y tecnología common rail con filtro de partículas. sustituyó hace varios meses a uno de idéntica cilindrada y potencia pero con bomba-inyector. Ofrece un par máximo de 320 Nm entre las 1.750 y las 2.500 r.p.m. .

Skoda Yeti 2.0 TDi 4x4 DSG

Acelera hasta los 100 km/h en 10.2 segundos y su velocidad máxima – en Alemania – es de 187 km/h. El consumo medio homologado es de 6.5 litros/100km. Tenemos que tener en cuenta que pesa 1.530 kg y su aerodinámica no es muy buena, tiene un Cx de 0.37. Su depósito de combustible es de 60 litros, lo que da idea de una autonomía teórica de 900 km.

La caja de cambios automática es la DSG con doble embrague y seis velocidades que ya conocemos de diversos modelos del Grupo Volkswagen. La suspensión delantera es de tipo McPherson con brazo inferior triangular y barra estabilizadora. Para el eje trasero lleva un esquema mutibrazo con barra estabilizadora.

La tracción es total a las cuatro ruedas con embrague Haldex de cuarta generación. En condiciones normales, el 96% de la potencia del motor se transfiere a las ruedas delanteras. Dependiendo de las circunstancias, pueden tranferir el 50% de potencia a cada eje y hasta el 90% hacia el eje trasero. Si tres de las ruedas perdierán tracción, el sistema enviaría un 85% de la potencia del motor a la rueda que tracciona.

Skoda Yeti 2.0 TDi 4x4 DSG

Comportamiento y consumos

En ciudad

Desde que arrancamos el motor, ya empezamos a notar las diferencias respecto a su antecesor de igual potencia. Llegan pocas vibraciones al interior y además, pese a estar bien insonorizado, el ruido que entra en el habitáculo no es tan tosco como sucedía con el anterior propulsor. Situamos la palanca en posición D e iniciamos la marcha.

El Skoda Yeti se desenvuelve bastante bien en territorio urbano. Su compacto tamaño – 4.22 metros de largo – le ayuda a poder circular con cierta agilidad. Al ir sentados en posición más alta y ver los coches de delante, disminuye la sensación de agovio cuando estamos metidos en un atasco.

Skoda Yeti 2.0 TDi 4x4 DSG

Conduciendo por el interior de la ciudad, con sus frecuentes paradas y reinicios de marcha en semáforos y pasos de peatones, es dónde mejor podemos apreciar las virtudes del cambio DSG. Su doble embrague permite tener embragada la siguiente velocidad mientras que circulamos con otra. Ésto se traduce en una gran suavidad de funcionamiento y en cambios de marcha muy rápidos, casi imperceptibles para el conductor.

La dirección es de asistencia electromecánica y ofrece poca resistencia a baja velocidad. Esto junto con una visibilidad correcta tanto a través del parabrisas como de la luneta hacen sencillas las maniobras de aparcamiento. Opcionalmente, puede disponer de sensores en ambos parachoques.

Skoda Yeti 2.0 TDi 4x4 DSG

Circulando exclusivamente en ciudad, sin entrar en vías de circunvalación el consumo es de 8.5 litros/100km y llega a los 9 litros/100km si tenemos que atravesar algún atasco. Podemos decir que es un valor correcto y en correspondencia con la potencia y peso del vehículo.

En carretera

Vamos a sacar a este SUV a carretera y ver qué puede ofrecernos. Nos incorporamos a la autovía, pisamos a fondo,el cambio reduce hasta tercera velocidad y notamos como gana velocidad progresivamente, no tiene la patada de anteriores TDi. La sonoridad que llega al interior es muy baja.

Como comentabamos anteriormente, el cambio DSG es suave y progresivo, se adapta perfectamente a la intensidad con la que pisemos el acelerador. Tiene dos modos de funcionamiento, normal – con la palanca en posición D, circula en la marcha más larga posible según la velocidad – y Sport – en posición S – que estira las marchas unas 500 r.p.m. más.

Skoda Yeti 2.0 TDi 4x4 DSG

Tenemos la posibilidad de subir y bajar marchas, empujando la palanca hacia arriba o hacia abajo. No me convence que no disponga de levas de cambio tras el volante y que las reducciones sean más lentas de lo esperado tras ver lo bien que sube velocidades.

El kick-down es bastante sensible, si vamos circulando en sexta, baja cuarta a poco que pisemos con algo más de fuerza. Si en el trayecto hay pendientes pronunciadas, aconsejaría ir en modo S ya que si no estará frecuentemente reduciendo esas velocidades y es incómodo. Esto sucede también con el control de velocidad activado.

Del párrafo anterior, podéis deducir que no le sobra potencia. Y es cierto, aunque tampoco se queda corto, más bien justo. Las prestaciones son las suficientes para poder circular cómodamente – incluso con cuatro pasajeros y equipaje – y adelantar en un tiempo adecuado, pero no sobresaliente. El peso y la aerodinámica desfavorabe, se notan.

Skoda Yeti 2.0 TDi 4x4 DSG

La dirección es precisa pero se echa en falta no tener suficiente dureza y ofrece un cierto tacto eléctrico al gira el volante. Sin embargo, no llega a ser tan artificial como en otros coches. El tacto del pedal de freno es muy bueno y permite dosificar correctamente la frenada, respondiendo contundentemente cuando es necesario

El comportamiento del Skoda Yeti en carretera es muy bueno. La suspensión tiene un gran equilibrio, tiende a ser dura pero es a su vez confortable sin sufrir acusados balanceos. La única diferencia palpable respecto a un turismo convencional es que vamos sentados más altos.

Afronta las curvas abiertas con aplomo y sólo en curvas muy cerradas notaremos las inercias debido a una altura superior. El buen agarre también es debido a los neumáticos que calza. Se trata de unos Dunlop Sport 01 en medida 225/50 R17 que están orientados a un uso exclusivo en asfalto.

Skoda Yeti 4x4 DSG

Estuve conduciendo de noche durante varios cientos de kilómetros y tengo que reseñar el excelente funcionamiento de los faros bi-xenón adaptativos, que ofrecián una luz uniforme y de gran alcance. Los faros antiniebla disponen además de alumbrado lateral, especialmente útil en curvas cerradas.

Circulando en autovía, realizando un recorrido de 540 kilómetros – en llano casi en su totalidad- y a una media total de 110 km/h obtuve un consumo de 7.0 litros/100km. Sobre un trazado de 200 kiómetros con varias zonas de montaña el consumo fue subiendo hasta situarse en 7.9 litros/100km. Son resultados correctos y en consonancia con sus rivales.

Skoda Yeti 2.0 TDi 4x4 DSG

Fuera del asafalto

Conceptualmente, podriamos decir que un SUV es un turismo con ciertas aptitudes off-road sin llegar a ser un todoterreno. Una mezcla en la que dependiendo de qué modelo hablemos, unas características u otras estarán más o menos potenciadas. Normalmente, es difícil que un coche sobresalga en ambos apartados, veamos de qué parte está el Skoda Yeti.

Lo bien que se comporta en carretera y unos neumáticos anchos creados para rendir en asfalto son toda una declaración de intenciones. El Yeti no tiene buenas cotas todoterreno: ángulo de entrada de 19º, ángulo de salida 26.7º y ángulo ventral de 19.4º. La altura libre al suelo es de 180 mm. No obstante, son datos suficientes para defenderse en pistas y carriles forestales que no tengan muchas complicaciones.

Skoda Yeti 2.0 TDi 4x4

Para probar sus capacidades, me dirijí hacia un camino rural. Al principio, la distancia al suelo disponible permite circular por este tipo de vías sin ningún problema. A continuación, el terreno fue complicándose con una pendiente repleta de numerosas piedras y profundos baches. En éstas circunstancias los neumáticos de asfalto resbalan en las piedras y hay constantes pérdidas de tracción que obligan al sistema 4×4 a actuar para que el coche pueda avanzar.

Una ayuda para éste tipo de situaciones complicadas es el modo off-road. Se activa pulsando un botón situado bajo los mandos del climatizador. De ésta forma, el ABS y el control de tracción adoptan otra configuración y se activa el asistente de ascenso y descenso de pendientes. En éste último caso, basta con soltar el freno y dejar caer el coche, que va descendiendo a poca velocidad.

Mañana analizaremos el equipamiento y algunos de los rivales del Skoda Yeti en el concurrido segmento de los SUVs compactos.

  • Skoda Yeti 2.0 TDi 140 CV DSG Experience, a prueba (I)
  • Skoda Yeti 2.0 TDi 140 CV DSG Experience, a prueba (III)

    Skoda Yeti 2.0 TDi 140 CV DSG Experience, a prueba

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El Skoda Yeti es un todocamino compacto de cinco puertas. Se ofrece con motores diésel y gasolina de entre 110 y 150 CV.

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