“El que mucho abarca poco aprieta” reza la sabiduría popular. Un proverbio que viene como anillo al dedo para definir el Serie 5 GT, ya que ha sido un vehículo que reúne muchos segmentos distintos en un solo vehículo, pero que no llega a destacar en ninguno de ellos.
No sé si me explico… Es un vehículo familiar, espacioso, con un amplio maletero de 440 litros, pero la quinta plaza trasera no cumple las expectativas ni llega al nivel del Serie 7. Es un vehículo cupé, con elegantes puertas sin marcos y una figura relativamente sutil –obviando su elevada distancia con respecto al suelo- pero sobre la carretera no destaca por sus aptitudes deportivas y se aleja bastante del concepto tradicional de cupé, además de tener una posición de conducción que es incluso más alta que una berlina…
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BMW, siempre inventando algo nuevo
Nadie antes se había atrevido a fabricar una “berlina-todocamino-cupé”. El BMW Serie 5 GT parecía una de esas locuras que podría acabar siendo un fracaso comercial rotundo, de la magnitud del Renault Velsatis pero que, a diferencia de este último, estaba respaldado por BMW, por lo que la cosa no debería acabar tan mal. Puede parecer un vehículo revolucionario, pero no es más que un familiar con una carrocería diferente.
Algo parecido pensamos muchos cuando se inició la comercialización del BMW X6. Algunos creyeron que BMW se había tirado una bomba en su propio tejado… Nada más lejos de la realidad: resultó ser un vehículo de lo más competente y un éxito de ventas gracias, en gran parte, a un diseño exquisito.
BMW creyó desde el primer momento que algunos clientes que buscasen un Serie 7 podrían optar finalmente por adquirir un 5 GT: un vehículo que fuese tan competente en momentos de ocio como en desplazamientos por motivos de negocio, precio más asequible y diseño menos enfadado que la Serie 7. Así que creó el 5GT a partir del Serie 7, con una dinámica e interior a “imagen y semejanza” de su hermano mayor, pero con un precio mucho más asequible.
Su diseño, un arma de doble filo
El diseño exterior es cuestión de gustos y aunque “para gustos colores”, la mayoría de la gente con la que he hablado no suele estar muy convencida con el mismo. Puede que éste sea su punto débil y ese toque de todocamino sea lo menos afortunado… Cuando ves el coche por primera vez, te das cuenta de la mezcolanza de segmentos que han realizado. Lo más llamativo son las dimensiones: impresionan. Parece algo realmente nuevo. Desde algunos ángulos destacan unos trazos muy musculares mientras que, desde otros, parece perder todo su atractivo.
Pasando al interior no hay crítica posible. Es elegante y perfecto en todos los sentidos. Las diferencias con la Serie 7 son mínimas y no deja de sorprender por los ajustes, materiales y formas de cada detalle del salpicadero, del iDrive o de la palanca de cambios. “Lujo” sería la definición perfecta y más concretamente en nuestra unidad de pruebas con asientos de cuero y una lista interminable de opciones. Entre otras opciones, también se puede solicitar TV para las plazas traseras o incluso conexión a Internet.
La elevada calidad de construcción supone un estándar muy alto, difícil de superar. Atesora lo último en tecnología de la marca bávara para hacer la conducción lo más confortable, segura y automatizada posible, en detrimento del placer de conducir, todo sea dicho.
Las plazas traseras pueden ser para tres ocupantes, aunque la plaza central no resulta tan amplia y cómoda como en el Serie 7. Por eso, es posible optar por la eliminación de la misma y sustitución por dos plazas con asientos individuales, donde encontrar mayor comodidad y sosiego.
La apertura del maletero tiene un funcionamiento similar al estrenado por el Skoda Superb: puede abrirse todo el portón o sólo la tapa. El maletero está separado del habitáculo por un panel vertical, independiente de las butacas posteriores, de forma que éstas pueden reclinarse 10 centímetros en pro de un mayor confort, manteniendo siempre un espacio para las piernas sobresaliente.
Motorizaciones y precios
El motor que hemos probado para la versión 535d GT xDrive es un seis cilindros en línea de 300CV tremendamente silencioso. Junto a éste, existen otras tres posibles alternativas: dos de gasolina y una de gasóleo: 535i de 6 cilindros y 3 litros, y 550i con un V8 de 4.4 litros, ambas de gasolina, que rinden 306 y 407 CV respectivamente. También está el 530d de gasóleo, con una motorización ligeramente inferior a la que hemos probado, pero también con 6 cilindros, y potencia de 245 CV que puede resultar para muchos la opción más lógica por su relación prestaciones-consumos.
Los precios del 5 GT van desde los 62,400 euros para el 530d GT hasta los 90,600 euros del 550i GT xDrive. La versión probada, el 535d GT con tracción integral xDrive tiene un precio de 70,400 euros. Todos montan una caja de cambios automática de ocho velocidades. Sí, has leído bien… de ocho, para contener consumo y emisiones; ofreciendo un funcionamiento soberbio que pasa desapercibido el 90% de las ocasiones.
Comportamiento en carretera
Una vez en marcha es un vehículo muy eficaz, al nivel de una berlina de altos vuelos… una limusina con tintes de utilitario para hacer la compra, ir al cortijo o recoger a los niños del colegio. A lo largo de la jornada pude intercambiar puesto con mi compañero Juanma para conocer las bondades de la Serie 7 y he de reconocer que ambos ofrecen sensaciones muy similares en carretera y sólo llevados al extremo encontramos pequeñas diferencias.
El 535d GT con 299 CV ofrece una potencia más que suficiente para efectuar cualquier maniobra y adelantamiento a una velocidad pasmosa, a pesar de su elevado peso. Con el Dynamic Drive Control en posición confort, el placer es sobresaliente y el aislamiento genuino. Es como viajar en la clase preferente del AVE sólo que no hay azafata que te sirva comida ni bebida. Apurando un poco la entrada a curva, el 5GT se muestra mucho más inestable y digiere de peor forma los resaltes del asfalto que el Serie 7. Además, aparecía subviraje y sobreviraje de forma mucho más anticipada entrando en las mismas curvas a idéntica velocidad.
Por otra parte, es cierto que ambas sensaciones se veían acrecentadas en sendos vehículos por la sencilla razón que montaban neumáticos de invierno y nuestra prueba se realizó en un día con ambiente primaveral y temperaturas próximas a 20ºC que favorecían un desgaste excesivo de neumáticos y que provocaban que ambos vehículos ofreciesen menor agarre que si montasen neumáticos de verano.
Sinceramente, creo que el coche más adecuado para hacer una comparación sería el Mercedes Clase R, aparte del propio Serie 5, Serie 7 y otras alternativas premium como el Mercedes CLS, Audi A7 Sportback o el Porsche Panamera. Es un vehículo que no tiene rivales naturales y normalmente será una segunda opción de compra: la alternativa. Opino que la ligera condición de todocamino del serie 5 GT es, estéticamente, la condición que lo desvirtúa y lo hace separarse del nicho de mercado más adecuado para el perfil de cliente que BMW busca.
En cualquier caso, es un gran vehículo y puede suplir las funciones que haría un Serie 7, siempre y cuando estés dispuesto a “aceptar” el extraño diseño del 5GT. Mañana finalizaremos la prueba haciendo un repaso del BMW 740d xDrive, contamos con vosotros…
Especificaciones BMW 535d GT xDrive
• Motor: Diésel, de 6 cilindros en línea con doble turbo
• Cilindrada real: 2.993 cc
• Caja de cambios: Automática de ocho relaciones
• Potencia: 299 CV a 4.400 r.p.m.
• Par máximo: 600 Nm entre 1,500 a 2,500 rpm
• Aceleración (0 a 100 km/h): 6 segundos
• Velocidad máxima: 250 km/h (limitado electrónicamente)
• Peso: 2,110 kg
• Consumos oficiales: Urbano: 8.9 l/100 km, Extraurbano: 6.1 l/100 km, Mixto: 7.1 l/100 km
• Emisiones de CO2 según UE: 187 gr/km
• Precio (sin extras): desde 70,400 €
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