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Los orígenes de Porsche: los 50 del aserradero de Gmünd

Tortuosos y muy complicados fueron los inicios de Porsche. El más avispado pensará que desde los albores de la marca la producción de Porsche ya se había establecido en Alemania, concretamente en Stuttgart. Nada más lejos de la realidad. Sus primeros modelos Porsche 356 tuvieron un origen mucho más modesto y sorprendente, de hecho casi 50 unidades serían construidas en un mal equipado y mal comunicado aserradero en Gmünd, Austria. Estas serían carrozadas por Friedrich Weber, que según las malas lenguas empinaba el codo más de la cuenta hasta el punto de poner en riesgo la propia capacidad productiva de esta rudimentaria e improvisada factoría.

Desarmada y cautiva, la nación Alemana estaba completamente destrozada. La Segunda Guerra Mundial había dejado hecha trizas a la industria germana que en tiempos de guerra había dedicado casi todo su potencial a la producción bélica. Sin ir más lejos a la crisis económica, a la ausencia de infraestructuras y a la depresión general, a la empresa del Dr. Ferdinand Porsche se le acumulaba el hecho de que el mismo Professor y su hijo Ferry estuvieran encarcelados pesando sobre ellos la acusación de crímenes de guerra.

Remontémonos al verano de 1947. Imagínense la situación inicial: falta de suministros, apenas clientes, un carrocero alcohólico y la familia Porsche entre rejas…

Porsche 356 de Gmünd

Que aún así se sobrepusiesen a las adversidades y consiguiesen iniciar su prometedora empresa, fuera de Alemania, eso sí, aumenta el mérito de Porsche y el hecho de que hoy en día sea una de las marcas internacionales con mejor imagen y prestigio. Como dato basta mencionar que el proyecto del 356 se había hecho efectivo dos meses antes de que el propio Ferdinand fuese excarcelado.

Pero poco a poco fueron salvando obstáculos y el primer prototipo 356/001 saldría de esta improvisada factoría austriaca y no sólo eso, conseguiría su primera victoria en Innsbruck en el Gran Premio de Suiza de 1948 pilotado por el propio primo de Ferry Porsche. No es menos cierto que se trataba de un deportivo aún bastante básico, con chasis tubular y la mecánica del Volkswagen Escarabajo situada en posición central. Con ciertas mejoras, tales como dos carburadores de doble cuerpo se había conseguido que su potencia fuese de 40 CV y alcanzase los 130 km/h.

Porsche 356 de Gmünd

Los primeros Porsche 356 nacerían en un aserradero de Gmünd, con un carrocero alcohólico, sin apenas suministros y con Ferdinand y Ferry Porsche encarcelados por crímenes de guerra.

Pero incluso antes de que este prototipo estuviese terminado, tanto el Porsche 356 coupé como su variante descapotable ya habían sido planificados y detallados. Se optó por la economía y por un chasis de sección cuadrada y se invirtió la posición del motor y la transmisión para que el Porsche 356 fuese un deportivo de motor trasero.

Apenas transcurrieron unos meses y empezaron a llegar los primeros encargos de clientes y los primeros lazos estables con proveedores que garantizaban el suministro de material Volkswagen y “materia prima”, básicamente aluminio.

En estas condiciones se construirían casi 50 unidades del Porsche 356, cada una diferente de la otra. Pensemos que en estas condiciones y en el duro periodo pre-Stuttgart, Porsche ensamblaba cada vehículo por encargo y ciñéndose en cierta medida a las pretensiones de cada cliente.

Porsche 356 de Gmünd

Aquellos míticos Porsche de Gmünd rápidamente se ganarían su fama por su espléndida aerodinámica que aventuraba unas buenas prestaciones y aunque poco efectivos, sus faros redondos del Volkswagen Beetle rápidamente se convertirían en un signo de identidad de la marca. No obstante se trataba de vehículos aún muy rudimentarios que carecían de indicador de combustible en el tablero y su conductor estaba obligado a comprobar la cantidad de combustible en el depósito empleando una barrita de madera.

Con todo y con eso, Porsche remontaba el vuelo y se sobreponía a la hecatombe de la Segunda Guerra Mundial tan rápido como la propia maquinaria alemana se ponía en marcha para recuperar el orgullo y la autoestima de una nación avergonzada.

El aumento de la demanda hizo que el aserradero de Gmünd se quedase pequeño y Porsche tendría que desplazarse definitivamente a Stuttgart de donde saldría el verdadero Porsche 356 definitivo (si es que alguna vez existió tal cosa…)

Fuente: La Gran Historia de Porsche de Stuart Gallagher 1-40541-412-X
Fotografías: Porsche
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