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Destrozar un Cadillac clásico no es la mejor manera de abrir tu concesionario

Abrir un concesionario en tiempos de incertidumbre es una empresa arriesgada, y ese simple hecho es suficiente para valorar muy positivamente dicha inversión. Es lo que ha hecho la cadena Frank Kent en Fort Worth (Texas), con uno de los concesionarios más grandes del país, destinado exclusivamente a vender Cadillac. Es una enorme instalación con exposición, servicio técnico e incluso varias boutiques que pretenden convertir en toda una experiencia la compra de un Cadillac, un automóvil premium.

Hasta aquí todo bien, lo que no nos ha gustado nada en Diariomotor es la forma que han tenido de publicitar el inicio de las obras de construcción y conmemorar que llevan más de 50 años vendiendo esta marca. Ya que la cadena comenzó vendiendo Cadillacs en 1953, han decidido que era una buena idea colgar un Cadillac de 1953 a 53 pies del suelo y dejarlo caer contra la tierra. Para dar un efecto aún más teatral lo dejaron caer el pasado 11 de noviembre de 2011, a las 11 horas, 11 minutos y 11 segundos. En fin.

Destrozar un Cadillac clásico no es la mejor manera de abrir tu concesionario

Decían los maestros del marketing clásico que es bueno que hablen de tí, aunque sea para mal, y es lo que parece haber ocurrido en este caso. A pesar de haber causado mucha controversia, el inicio de las obras ha aparecido en todos los medios locales, en el NY Times y en uno de los portales del automóvil referencia en Estados Unidos, Jalopnik. El concesionario ha emitido un comunicado en diciembre aclarando algunos detalles de esta peculiar maniobra de relaciones públicas.

Aunque admiten que el clásico estaba en condiciones de funcionamiento, comentan que su chasis tenía muchísimo óxido y que el interior estaba bastante ajado. Podría haber sido restaurado, pero seguramente habría más Cadillac del 53 en mejores condiciones para acometer un proyecto así. También afirman que la maniobra fue todo un éxito de cara a ganar notoriedad y un éxito de público: muchos espectadores y clientes que firmaron el coche antes de que se precipitase desde más de 15 metros de altura.

El Cadillac no será desguazado, será enterrado – capó delante – parcialmente en los terrenos del concesionario, en un claro homenaje al Cadillac Ranch de Amarillo (Texas), una instalación artísitica similar a Carhenge, pero compuesta sólamente por vehículos de Cadillac. Personalmente nos da pena que un clásico que podría tener cierto valor haya terminado sus días estrellado “porque sí”, pero no somos nadie para juzgar lo que las empresas hacen con su dinero.

Fuente: Jalopnik
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