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En los accidentes por despiste con el móvil, la culpabilidad no es sólo del que conduce

Shannon Colonna, una señorita de New Jersey, escribe un SMS a su novio con tan mala suerte de que este va conduciendo cuando lo recibe. Ni corto ni perezoso este lo lee en marcha, se despista, invade el carril contrario, embiste a la pareja de los Kubert que viajaban tranquilamente en su coche y estos sufren heridas de gravedad que les costaron la pérdida de una pierna y por poco la vida. ¿Tendrá que asumir Shannon su culpabilidad en un accidente en el que tan sólo fue un interviniente fortuito e inesperado? ¿Incluso teniendo en cuenta que desconocía que su novio fuera conduciendo?

En el país de los litigios más desconcertantes y las demandas conjuntas, Shannon podría enfrentarse a un serio problema de prosperar el alegato del que en aquel desafortunado día de septiembre de 2009 fuera su novio. No podríamos estar en mayor desacuerdo con la bajeza moral de su novio implicándola en un accidente del que únicamente él fue culpable. Es más, casi nadie duda que este no podrá delegar parte de la responsabilidad en su antigua novia. Pero dado que no somos juristas y no podemos razonar con conocimiento de causa las implicaciones legales del caso, nos preguntamos: ¿quién es el culpable de un accidente? ¿únicamente el que conduce, o también la persona que está al otro lado del teléfono? ¿y si esta persona conoce que su interlocutor va conduciendo?

Mucho ojo por que en Estados Unidos la persecución de las distracciones ha llegado al punto en que incluso los “manos libres” homologados podrían ser prohibidos.

Teléfono móvil y conducciónEstados Unidos podría prohibir el uso de sistemas de “manos libres” mientras se conduce

Lo más recomendable y responsable es colgar en el mismo momento que conocemos que nuestro interlocutor va conduciendo y no emplea un sistema de llamadas “manos libres”.

Tengo muchísimas dudas acerca de que algún día se pueda juzgar a una persona por la imprudencia de mantener una conversación por el móvil con alguien que está conduciendo. Tendría que demostrarse que esta conocía la situación para justificar su responsabilidad, lo cual requeriría como mínimo una grabación de la conversación. Pero lo determine un juez o no, cuando alguien es consciente del riesgo que entraña conducir y manipular un teléfono móvil, ya es responsable de los actos que puedan producirse por una posible distracción.

Lo más responsable siempre y sin excepción es cortar la llamada si nuestro interlocutor nos advierte de que va conduciendo y no utiliza un sistema de llamada de manos libres. En el peor de los casos, ya ven, podría ser la última conversación que mantuviéramos con esa persona; o como en el caso del accidente de Estados Unidos, que la vida de dos personas inocentes que viajaban responsable y respetuosamente, no pueda volver a ser la misma.

En resumen, todos somos culpables de las distracciones y las irresponsabilidades que se cometen al volante, ya sea como espectadores directos o indirectos, ¿no crees?

Fuente: New York Daily News
Fotografías: David Villarreal (Diariomotor) | Parrot
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