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Pegasus: 5 dudas frecuentes sobre el avanzado radar de la DGT

Durante los últimos días la actualidad ha hecho que el nombre de Pegasus se convierta en un nuevo objeto de pavor y, como mínimo, desconfianza e intriga entre los conductores. La nueva herramienta voladora de la DGT no perseguirá Quimeras pero sí infractores. Pegasus hará uso de una avanzada tecnología militar que permitirá detectar a conductores temerarios desde la altura, a una distancia en muchos casos superior a un kilómetro en línea recta respecto al coche que circula sobre la carretera.

Las características de Pegasus harán que difícilmente nos podamos percatar de su presencia sobre la carretera, siendo además invisible para los detectores de radar tradicionales. Por otro lado y aunque la DGT asegure que sus objetivos serán las carreteras secundarias, los conductores temerarios y peligrosos excesos de velocidad, no nos extraña que haya despertado suspicacias y más de uno piense que la maquinaria de la recaudación ya se ha puesto en marcha.

Acompañadnos en este repaso a las cinco cuestiones más importantes sobre Pegasus.

1. ¿Qué es Pegasus?

Pegasus

Pegasus es el nombre de un sistema de cámaras y software que se puede instalar en cualquier helicóptero.

Aunque el nombre de Pegasus nos evoque al caballo alado de la mitología, en realidad este pegaso no es un helicóptero, sino un sistema de radar adaptable a la flota de helicópteros de la Dirección General de Tráfico con una tecnología muy avanzada para captar las infracciones. El sistema se compone de dos cámaras, una panorámica para el seguimiento y captación de la velocidad y otra que con mayor detalle y un teleobjetivo identifica la matrícula del infractor.

Se podría decir que este Pegasus te “cazará” sin que te des cuenta de lo que ha sucedido. El sistema es efectivo a una altura de 1.000 pies, unos 300 metros, y a una distancia de un kilómetro del vehículo controlado.

¿Y de qué sirve tener un detector de radar? Absolutamente de nada. A la distancia a la que trabaja Pegasus los detectores convencionales no servirán para percatarnos de su presencia. En realidad solo nos podríamos percatar de su presencia con una inspección ocular, es decir, viendo que por encima de nosotros vuela un helicóptero de la DGT. En cualquier caso si Pegasus nos persigue por detrás y a un kilómetro de distancia nos sería complicado identificarlo visualmente.

2. Implacable, incluso a las velocidades más altas que puede alcanzar un coche

La precisión de Pegasus permite determinar excesos de velocidad hasta 360 km/h, a 300 metros de altura y a un kilómetro de distancia.

Los radares terrestres tienen la incapacidad técnica de capturar las infracciones de conductores que exceden una velocidad determinada, generalmente por encima de los 300 km/h. Lógicamente existe un impedimento mayor que un radar para alcanzar velocidades tan altas como estas, empezando por las prestaciones del coche y la propia física. Necesitaríamos de una carretera recta y lo suficientemente larga (realmente muy larga), para superar los 300 km/h.

No obstante Pegasus cuenta con la capacidad de detectar velocidades de hasta 360 km/h. Para que nos hagamos una idea, según homologación, ni tan siquiera un Lamborghini Aventador LP700-4 o un Ferrari F12 Berlinetta son capaces de alcanzar esta velocidad.

Más allá de este margen, lo importante de Pegasus según la DGT es su precisión, avalada por el Centro Español de Metrología dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo.

3. Tecnología militar para identificar conductores temerarios

Pegasus

La tecnología de L-3 Wescam se ha utilizado en conflictos bélicos y retransmisiones de la NASCAR.

El producto ha sido desarrollado por los canadienses L-3 Wescam, en un proyecto conjunto con las autoridades españolas que se ha extendido durante más de seis años de trabajo. El orgullo patrio saca pecho al confirmarse, según la DGT, que si bien el producto fue construido por los canadienses, “la idea, el impulso, el liderazgo del proyecto, el algoritmo de control y registro de la velocidad y la certificación, son netamente españoles”.

El aval de L-3 Wescam lo tenemos en que su tecnología no solo ha sido utilizada por las autoridades de España, Francia, Luxemburgo o Suecia, sino también en conflictos bélicos, para la determinación precisa de objetivos terrestres.

La tecnología de los planos aéreos de las retransmisiones de la NASCAR también ha sido desarrollada por L-3 Wescam.

4. Un proceso de identificación preciso y selectivo

Pegasus

La intención de la DGT es amortizar Pegasus identificando infracciones realmente graves y peligrosas, conductores temerarios.

El verdadero objetivo de Pegasus según la DGT será la detección de imprudencias muy graves. A diferencia de un radar móvil cualquiera que se sitúa parado en el arcén o en marcha y captura las infracciones de todos y cada uno de los coches que pasan a su lado, el aprovechamiento ideal de Pegasus será la captura selectiva de aquellos automóviles que desde el aire muestren con absoluta claridad su conducción temeraria.

Imaginamos que aquellos que vayan practicando adelantamientos indebidos o a una velocidad muy elevada respecto al resto de conductores, serán blanco fácil ante el acecho de Pegasus.

5. La DGT quiere aumentar la vigilancia en las carreteras convencionales

Pegasus

DavidDavid Villarreal: “La intención de la DGT, cazar al conductor temerario. Nuestro temor, que de verdad se convierta en una herramienta recaudatoria más.”

Una ventaja más de Pegasus, y el origen de las suspicacias que más preocupan a los conductores, es su facilidad para vigilar cientos de kilómetros en un vuelo que apenas cubra dos horas de viaje. Es decir, el número de denuncias y el elevado coste de estas, que se podrán tramitar durante una jornada de trabajo será realmente alto.

Según la DGT la labor de Pegasus se centrará sobre todo en las carreteras convencionales, con una única calzada y sendos carriles en sentidos diferentes. Las razones por las cuales se quiere aprovechar Pegasus para este uso son, primero, la alta peligrosidad de estas carreteras y, segundo, lo poco efectivos que resultan los radares móviles terrestres habituales en ellas.

Esa es la teoría y el objetivo primordial que a todos nos gustaría que de verdad siguiera Pegasus. En la práctica está por ver si estos helicópteros se convertirán en una cara, pero prolífica y rentable, manera de recaudar para la DGT. Su capacidad para tramitar infinidad de cuantiosas multas sin que los conductores se percaten de su presencia está fuera de toda duda.

Fuente: DGT
En Diariomotor: La DGT endurece el examen teórico para obtener el permiso de conducir, con más posibles preguntas

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