A lo largo de seis décadas, James Bond ha tenido el placer de compartir lecho con las mujeres más bellas del planeta, pero también de conducir los mejores y más espectaculares deportivos dotados con todo tipo de gadgets diseñados por Q. En la película de James Bond: The Spy Who Loved Me el personaje interpretado por Roger Moore tenía la suerte de utilizar para sus menesteres un flamante Lotus Esprit que según el guión contaría con funcionalidades tan avanzadas y sorprendentes como capacidad para conducirlo por debajo del agua.
Así las cosas Perry Oceanographic se encargaría de construir un Lotus Esprit submarino que, al menos en sus orígenes, podía propulsarse y elevarse bajo el agua mediante un sistema un tanto rudimentario y contaba con un habitáculo completamente estanco. No obstante, muchas de las escenas en las que aparecería este Esprit submarino serían rodadas sobre raíles instalados en el fondo marino de las Bahamas y con una réplica a escala 1/4.
Tres décadas más tarde, este Lotus Esprit submarino que esconde una bonita historia detrás, será subastado, probablemente para completar la colección de algún apasionado de la saga 007.
Tras el rodaje de la película este Lotus Esprit transformado desaparecía para quedar almacenado en un contenedor del que nadie volvería a tener conocimiento durante más de diez años, hasta que ese contenedor fuera requisado por las autoridades y subastado ante el abandono de sus anteriores propietarios. La sorpresa llegaría en 1989 cuando una pareja pujó en una subasta “a ciegas” por el lote que contenía un misterioso contenedor que no se había abierto durante más de diez años, apareciendo un deportivo espectacular por su preparación y por la certeza de haber sido uno de los coches de James Bond.
Imaginamos que con el paso del tiempo su estanqueidad habrá dejado de ser efectiva. Por otro lado, dudo que el comprador de esta pieza de museo vaya a poner en peligro su joya, que podría alcanzar un precio desorbitado cuando se subaste en Londres a mediados de septiembre, intentando comprobar sus habilidades submarinas.
Por cierto, uno de los deportivos más famosos de James Bond fue subastado, también en Londres, en 2010 alcanzando cerca de 3,4 millones de euros. Hablamos del Aston Martin DB5 de Sean Connery en Goldfinger. ¿Qué cantidad crees que alcanzará este Lotus en la subasta?
Fuente: RM Auctions
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