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Eiji Toyoda, el artífice del gigante Toyota y su envidiado modelo productivo, ha fallecido a los cien años

Este verano dedicábamos un artículo a Henry Ford con un titular bastante apropiado, “el visionario que puso cuatro ruedas al mundo“. No es menos cierto que no fue el primero, ni tampoco el último, que contribuyó para transformar la industria del automóvil en lo que conocemos hoy en día. Al más puro estilo darwiniano, la industria creció mediante pequeños cambios graduales, pero también transformaciones y auténticas revoluciones y, por qué no decirlo, victorias y derrotas por selección natural. Eiji Toyoda fue uno de aquellos revolucionarios.

Hoy conocíamos el fallecimiento de Eiji Toyoda a la edad de cien años, el que durante casi tres décadas comandase el porvenir de Toyota y muchas más si incluimos su trabajo en la supervisión de la fabricación, transformando una empresa encerrada en las fronteras del Imperio de Japón, que a su vez había nacido de un negocio textil, en el mayor fabricante de automóviles de todo el mundo, con cerca de 10 millones de ventas al año. Hoy en día el modelo productivo de Toyota (Toyota Production System) es el paradigma de la industria – y no solo del automóvil – gracias a una filosofía que apremia la eficiencia productiva, la optimización de todos los procesos y la gestión del inventario y la continua mejora de las estructuras desde una mentalidad a largo plazo.

Eiji Toyoda

Toyota inspiró su filosofía productiva en el modelo de gran volumen de los fabricantes norteamericanos y los postulados de Henry Ford y la búsqueda de la optimización de todos los procesos, incluidos los que atañen a sus proveedores.

Existen numerosas teorías sobre los orígenes del denominado modelo productivo Toyota (Toyota Production System). Se dice que, allá por los años 50, Eiji Toyoda tuvo ocasión de visitar la fábrica de Ford en Dearborn (Michigan). Por aquel entonces Ford ya tenía una estructura productiva envidiable, fábricas a uno y otro lado del Atlántico, y un volumen que hacía que las instalaciones de Toyota sencillamente parecieran ridículas.

A partir de aquella experiencia su labor en Toyota pasó por tratar de aprender de las claves de la industria norteamericana para producir un gran volumen, con la obsesión de mejorar progresivamente la calidad de la producción para mejorar los costes y aumentar la rentabilidad. También se apostó por la mejora de las condiciones de trabajo y sociales de los operarios. Aquel énfasis en rentabilidad, pero sobre todo en calidad, estaba inspirado en las propias teorías de Henry Ford. La implantación del Toyota Production System alcanzó su máximo esplendor en los años 70 y 80 y comenzó a trasladarse también a sus proveedores y por imitación, a otros fabricantes.

A Toyoda también se le atribuyen otros hitos importantes para Toyota, desde el desarrollo de compactos y deportivos en los años 60 y 70, hasta la creación de Lexus, una filial de lujo que conquistó el mercado estadounidense en tiempo récord, rivalizando con marcas con décadas de tradición.

Fuente: Toyota
Más información: The New York Times
En Diariomotor: Henry Ford, el visionario que puso cuatro ruedas al mundo

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