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¿Por qué es una mala idea probar por tu cuenta un sistema de frenado de emergencia?

Te has comprado un coche nuevo y está equipado con un sistema de frenado de emergencia. La marca, los vendedores e incluso nosotros mismos te hemos dicho que ese sistema está pensado para evitar choques a baja velocidad. O en otras palabras, que llegado el punto en que, en un despiste, se interpone otro coche, o incluso un peatón, en tú camino, el coche frenaría automáticamente y evitaría la colisión o atenuaría las consecuencias.

Pero evidentemente el sistema no es infalible y tal y como te contábamos hoy en Tecmovia, el accidente no siempre es evitable y el sistema no funcionará en el 100% de los casos. Es lo que sucedió precisamente en unas pruebas de Mazda en Japón, en las que un cliente y un vendedor sufrieron heridas mientras probaban el sistema Smart City Brake Support (SCBS) del Mazda CX-5. La marca y las autoridades estarían trabajando para esclarecer los hechos, porque en este caso las pruebas se realizaban en un entorno controlado y siguiendo un protocolo que debería haber evitado que sucediera algo así.

Pero mientras tanto, y no solo por lo sucedido en el caso japonés, ¿por qué es una mala y peligrosa idea probar por tu cuenta el sistema de frenado de emergencia?

Una detección de accidentes limitada por la velocidad y el obstáculo

Frenado de emergencia

Descubre en Laboratorio Tecmovia el funcionamiento de algunos sistemas AEB:
  • Ford Active City Stop
  • Volvo City Safety
  • Mercedes Active Brake Assist
  • Honda City-Brake Active System
  • Los sistemas de frenado de emergencia detectan obstáculos de muy diversa índole, depende de la tecnología y del fabricante, pero no existe un patrón exacto por el cual todos los obstáculos que se interpongan en nuestro camino sirvan para que este actúe. Muchos sistemas de frenado, la mayoría, se basan en un sistema de tipo LIDAR (detección de distancia mediante láser), otros lo hacen mediante cámaras que identifican el obstáculo siguiendo algoritmos informáticos de detección de siluetas (también detectan si se trata de un coche, un peatón o una bicicleta).

    Las limitaciones de estos dispositivos son muchas. Para empezar su funcionamiento se restringe a un rango de velocidades limitado, normalmente dentro de los límites en los que suceden la mayoría de los siniestros por alcance en ciudad. El City Brake de Volkswagen trabaja hasta 30 km/h y el de Mazda entre 4 y 30 km/h, por poner un ejemplo. Habitualmente el objeto contra el que se choca debe permanecer inmóvil o moverse lentamente en el mismo sentido que nuestro coche.

    Por otro lado, la naturaleza del sistema hace que en ocasiones no detecte peatones o incluso que un coche cubierto con mucha suciedad impida el buen funcionamiento del radar. Algunos sistemas necesitan un foco reflector, por ejemplo los catadióptricos traseros o la superficie de la matrícula, para que este sea detectado como un obstáculo.

    Se corrige un despiste pero no un acto intencionado para chocar

    Frenado de emergencia

    Los sistemas de frenado de emergencia suelen abortar su actuación si detectan una reacción del conductor, por ejemplo un toque de volante o soltar el acelerador.

    Aún hay más. Incluso cuando el obstáculo ha sido detectado, el sistema no siempre evitará el accidente a toda costa y en la mayoría de los casos respetará la segunda ley de Asimov: “un robot debe obedecer las órdenes dadas por los humanos”, aunque entre en conflicto con la segunda: “un robot no puede hacer daño a un ser humano”.

    Lo normal es que estos sistemas de frenado de emergencia dejen de actuar en el momento en que detecten una acción por nuestra parte para evitar el choque. Pensemos que su funcionamiento y su utilidad queda restringido a un despiste por nuestra parte, al “no vi el coche” o “pensé que salía del Ceda el Paso de la rotonda, se detuvo y yo aceleré cuando estaba mirando si salía otro coche de la incorporación anterior”. Por lo tanto, al menor giro de volante o reacción sobre los pedales (soltar el acelerador o rozar el freno), el sistema de frenado automático aborta su actuación y nos deja que solventemos el problema por nuestros propios medios.

    Si estuviéramos realizando una prueba del sistema, incluso en un entorno controlado y sin peligro (por ejemplo con un obstáculo hinchable), es probable que este no funcione correctamente porque instintivamente siempre tendremos ese impulso para intentar evitar el choque. Desconocemos si este fue el motivo del accidente en las pruebas de Mazda y no podemos especular más al respecto hasta que nos lleguen nuevas noticias desde Japón. Lo que sí podemos recordarte es por qué probar un sistema de frenado de emergencia por tu cuenta es una mala, malísima idea. Un accidente a 30 km/h con un objeto móvil no es ninguna tontería, contra un objeto fijo puede ser realmente peligroso y contra un peatón, puede ser incluso mortal.

    Fuente: Mazda | EuroNCAP
    En Tecmovia: ¡Ojo! que los sistemas de frenada de emergencia no son infalibles

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