Esperábamos un nuevo coupé de la mano de Nissan en el Salón de Tokio. Y Nissan no ha fallado. Tras presentarnos ayer al Nissan RT-R 2014 y al Nissan GT-R Nismo, hoy la marca japonesa nos deja con el Nissan IDx FreeFlow y con el Nissan IDx Nismo, una atrevida apuesta conceptual… que podría llegar para enfrentarse al Subaru BRZ y al Toyota GT 86.
Si en Toyota miraban al pasado, al Toyota ae86, para el desarrollo del Toyota GT 86, en Nissan son evidentes también las influencias de una de las viejas glorias de la marca, del Datsun 510, llevándonos directamente a los 70 para regocijo de los amantes del JDM.
Ligero, coupé, conceptual, con un peculiar aspecto que chocará a no pocas personas y con una dosis de guiños retro que nos hacen pensar ya en un… “¿serán capaces en Nissan de llevarlo a producción?”.
Un arriesgado diseño cargado de guiños al pasado de la marca y del automovilismo japonés
Junto a una arriesgadísima silueta, con un largo morro y una zaga de dimensiones contenidas que comienza con un peculiar pilar posterior, nos encontramos una multitud de guiños a iconos del automovilismo japonés, comenzando por la parrilla frontal de diseño estrecho y horizontal, esa parte inferior del paragolpes frontal o esos retrovisores sobre el capó.
Individualmente la opción FreeFlow nos ofrece una ópticas, tanto delanteras como traseras específicas, retrovisores de diseño horizontal, una salida de escape central trasera y unas llantas de 4 radios dobles en perfecta sintonía con el espíritu clásico japonés.
La alternativa Nismo por su parte se viste con los colores de guerra, de rojo, negro y blanco para ofrecernos unos retrovisores de diseño redondo, igualmente sobre el capó, un difusor posterior, una toma sobre el capó, un peculiar alerón sobre el techo y unas salidas de escape laterales sobradas de carácter. Sus llantas son mucho más modernas sí, pero en su lateral no falta tampoco el guiño clásico de la mano de una doble franja roja que nos hace recordar a los modelos clásicos de competición de la marca.
En el interior un aspecto sencillo pero cuidado. Moderno pero de nuevo no falto de detalles clásicos como los tiradores de las puertas. En el caso del Nismo el toque deportivo está sobradamente presente de la mano de un volante achatado por la base y por la parte superior, la fibra de carbono, la palanca de cambios o el contraste entre los elementos negros y blancos con el rojo.
Por medidas, el IDx cuenta con una longitud de 4.1 metros, una anchura de 1.7 metros (1.8 en el caso del Nismo) y una altura de 1.3 metros. Comparándolo con algunos de los que podríamos considerar sus rivales nos encontramos con que es ligeramente más largo que un Mazda MX-5, con una anchura similar. Respecto a un Subaru BRZ es muy ligeramente más corto, algo más bajo y con una anchura próxima.
¿Qué hay de su mecánica?
Moderno pero con guiños “retro”, coupé y con dimensiones compactas…pero, ¿qué hay de su mecánica?
Sin ofrecernos demasiados datos Nissan anuncia una mecánica 1.2 y 1.5 gasolina para el IDx FreeFlow, mientras que el Nismo contaría con una mecánica 1.6 turbo gasolina. En ambos casos estaría asociado a una transmisión CVT, aunque en el caso del Nismo se habla de la posibilidad de una gestión “manual” de esta caja de cambios. Podemos imaginar que el 1.6 es el bloque DIG-T presente ya en el Juke Nismo, que recordemos cuenta con 200 caballos.
¿Lo veremos como coche de producción?
Es una apuesta extremadamente arriesgada por diseño… pero desde luego con un precio contenido, por debajo de la barrera de los 30.000 euros, sería una más que interesante opción para todos aquellos aficionados al motor y más concretamente para todos los fieles del estilo JDM, al mismo tiempo que se ofrece una opción retro, como hace el Fiat 500 o el Mini, aplicada al segmento de los coupés, algo hasta ahora nuevo. Atrevido sí y desde luego no para todos los públicos… pero en esta arriesgada mezcla puede haber unas más que interesante fórmula de “éxito” (entrecomillado dado el segmento que es) comercial.
Fuente: Nissan
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