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La protohistoria de Le Mans: La Gordon - Bennett

Buceando en las “otras historias”, se podría decir que el automóvil nació en Le Mans. No es que tenga nada contra Benz o Daimler, y siempre he creído que el viaje de Bertha Benz en 1888 para ver a su madre lo tenía todo para ser una gran historia. Pero reconozco que el viaje de Amadeo Bollée en 1875 entre Le Mans y Paris con su carruaje a vapor da un aire mitológico a la última de las grandes carreras, las 24 horas de Le Mans.

Porque Le empezó mucho antes de 1923. En los primeros años de existencia del automóvil algunas carreras tuvieron lugar en suelo francés, y no por casualidad los primeros héroes de la velocidad eran franceses o conducían coches franceses. La Paris – Burdeos – Paris de 1895, ganada por Emile Levassor, le valió incluso una escultura conmemorativa. Y la sangrienta y fallida Paris – Madrid de 1903 sigue siendo recordada como un ejemplo de la fiebre de la velocidad al inicio del siglo. Por eso en el inicio del siglo un magnate de la prensa, James Gordon Bennett Jr, propietario del New York Herald, decidió organizar una gran carrera anual. Una carrera que pondría a prueba la resistencia de los coches de calle y se celebraría a lo largo de una gran distancia.

La primera Gordon Bennett tuvo lugar en 1900 entre Paris y Lyon, y los contendientes no serían pilotos ni marcas, sino equipos nacionales. La carrera se celebraría cada año en el país del vencedor del año anterior… como Eurovisión. Esto dio lugar a la distinción de los coches por colores, que a la vuelta de más de un siglo se ha convertido en seña de identidad de las marcas: Los franceses correrían de azul, los belgas de amarillo, los americanos de rojo (este color se asociaría a Italia dos décadas más tarde, los alemanes de blanco… ¿Y los ingleses?.

En la Gordon Bennett está el origen de los colores asociados a los coches deportivos de cada país: Francia azul, Bélgica amarillo, Estados Unidos rojo e Inglaterra… verde irlandés

El equipo británico no podía usar los colores de su bandera, ya usados por otros competidores. En aquel tiempo las carreras estaban prohibidas en Gran Bretaña, y en 1903 la carrera debía celebrarse allí en honor a la victoria de Selwyn Edge de 1902. Pero debido a la prohibición la competición tuvo lugar en Irlanda, y en homenaje a ello los coches ingleses se pintaron de verde. Allí nació el “British Racing Green”. La carrera de aquel año la ganó a bordo de un Mercedes Simplex el belga Camille Jenatzy, el primer hombre en superar los 100 km/h en un coche apenas 4 años antes. La Gordon Bennett se celebró entre 1900 y 1905 en Francia, Austria, Irlanda y Alemania. En 1906 el multimillonario patrón pasó a patrocinar la carrera de globos que lleva su nombre (Y aún hoy se celebra). La carrera de coches, organizada por el recién fundado Automobile Club de l’Ouest y rebautizada como “Grand Prix de France” se celebró en un circuito de 65 km cercano a Le Mans, con victoria del húngaro Szisz sobre un Renault.

La Gordon Bennett había agrandado el gusto por las carreras épicas en Francia, pero una carrera de tal envergadura no podía celebrarse sin un importante apoyo económico y de las autoridades. El ACO trató de mantener el espíritu de la prueba no sin dificultades, y en 1911 se volvió a celebrar una carrera cuyo circuito triangular de 53 km se extendía por el entorno de Le Mans atravesando localidades como Mulsanne. Tras la Primera Guerra Mundial, en 1918, se rescató la idea de un circuito en Le Mans como una estructura estable, y aunque el Gran Premio de Francia se celebró en lugares como Estrasburgo, la cuenta atrás había empezado.

En 1923 se daría por primera vez la salida a las 24 horas de Le Mans como hoy las conocemos…

Fotos: Daimler Media
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