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Porsche Top Secret: un 911 Cabriolet muy bien camuflado

El año 1996 marcó el fin de los Porsche 993, última generación del nueveonce en poseer motores refrigerados por agua aire, a pesar de ya disponer de avanzados sistemas de inyección electrónica y turboalimentación. Mientras los puristas se lamentaban de la evolución automovilística de este icono, Porsche trabajaba duro para desarrollar los 996. Superada la crisis de los ochenta y primeros noventa, Porsche renace de sus cenizas y se plantea el desarrollo del 911 más avanzado de la historia. Varios prototipos de preproducción surcaron las carreteras, aunque no pasaron tan desapercibidos como los del Boxster…

Porsche Top Secret: un 911 Cabriolet muy bien camuflado

Detrás de un prototipo de preproducción

El auge de las cámaras personales y la amenaza de los fotógrafos espía hicieron necesario un camuflaje pesado.

La idea tras las pruebas en carretera de un vehículo es doble. Por una parte se trata de ajustar la dinámica del vehículo, y por otra parte hay que probar en condiciones reales de circulación tanto el funcionamiento de los elementos del coche, como su fiabilidad. En resumen, que no se pueden hacer en un laboratorio o en un circuito cerrado. Para cumplir con el lanzamiento del Porsche 996 en el Salón de Frankfurt de 1997, el desarrollo había comenzado en el tablero de diseño casi cinco años antes, aunque habitualmente, los prototipos no empiezan a rodar hasta dos o tres años antes del lanzamiento del vehículo de producción.

Las primeras unidades son muchas veces mulas destinadas a probar algunos componentes o motores, en ocasiones sobre plataformas completamente diferentes. Desde la primavera del año 1995 ya rodaban prototipos del 996, pero el que han conservado en el Museo Porsche data del año 1996. Se trataba de un vehículo con la carrocería ya en su versión final. Como es lógico, tras su presentación al Consejo de Dirección de Porsche, comenzó sus pruebas en carretera. Decenas de miles de kilómetros, para un Cabrio que no debía ver la luz hasta uno o dos años después. Era pues necesario un camuflaje fuerte.

Porsche Top Secret: un 911 Cabriolet muy bien camuflado

Este 996 fue uno de los primeros vehículos modernos en estrenar técnicas de camuflaje pesado. Con el auge de las cámaras personales y los fotógrafos espía, se desarrollaron técnicas para esconder un coche que una década antes eran innecesarias. El frontal fue dotado de un nuevo morro, una cáscara deformada para hacerle parecer similar a anteriores generaciones del 911 a ojos de un profano. Los ingenieros lo apodaron “coatí”, por su similitud al pequeño mamífero de alargado morro. Sí, he tenido que buscar en Googles Imágenes el aspecto de un coatí, francamente era la primera vez que lo escuchaba en mi vida.

Trozos de cinta aislante, pintura mate y trozos de espuma oscura en zonas estratégicas completaban un conjunto anodino y extraño, en el que incluso las ópticas traseras habían sido reemplazadas por viejas luces de otro 911. Este prototipo participó en diversos recorridos de medición en el circuito que el Grupo Volkswagen posee en Ehra-Lessien, así como pruebas de verano en EE.UU., con una excursión al temible “Valle de la Muerte”. En estas pruebas se recogieron mediciones de resistencia a la temperatura y al ruido, así como el ajuste más preciso de diversos parámetros dinámicos: es la fase conocida como “fine-tuning”.

Este prototipo fue conservado por Porsche tras la presentación del 996 en Frankfurt, y es ahora que nos lo presenta en esta colección “Top Secret”.

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