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Conducir con niebla: todo lo que has de saber para conducir más seguro estas navidades

En unos días tan señalados como estos, festividades navideñas, reencuentros familiares y los más de 17 millones de desplazamientos que ha previsto la Dirección General de Tráfico desde el pasado fin de semana, hasta el próximo 6 de enero, hemos de extremar la precaución al volante. A juzgar por las previsiones meteorológicas de estos días, el mayor problema al que tendremos que enfrentarnos los conductores será la niebla. Y no me ha bastado más que un viaje de fin de semana, conduciendo con intensa niebla en muchos tramos, para comprobar que aún tenemos mucho que mejorar, muchas lecciones que aprender y poner en práctica, para hacer nuestra conducción con niebla mucho más segura.

La importancia de ver y ser visto

Puede parecerte de Perogrullo, pero el principal problema que genera la niebla, aunque no el único, es la reducción de la visibilidad. Es esa reducción de la visibilidad la que más problemas genera, la que provoca accidentes por salidas de vía y el más aparatoso de todos ellos, los alcances en carretera y los accidentes múltiples.

Huelga decir lo importante que resulta, sin excepción, no salir a viajar sin haber comprobado el correcto funcionamiento de los faros y los pilotos traseros, también de las escobillas del limpiaparabrisas, que nos permitirá limpiar la suciedad de la luneta delantera y retirar los restos de agua de la lluvia y de la acumulación de gotas procedentes de la propia neblina.

¿Cómo debo utilizar los sistemas de iluminación antiniebla?

  • Tu coche contará al menos con un sistema de iluminación antiniebla trasera, con unos pilotos rojos especialmente potentes que sirven para facilitar que seamos vistos por otros conductores. Este sistema es realmente importante, de ahí que su incorporación sea de serie en todos los turismos. Pero eso no quiere decir que, ante la duda, debamos utilizarlos siempre – pecar por exceso – para facilitar que nos vean otros conductores, entre otras cosas porque su potencia es suficiente como para deslumbrar a otros conductores que sigan nuestra estela.
  • Precisamente ese deslumbramiento es el punto más polémico y delicado del uso de los antiniebla traseros. Según la DGT SOLAMENTE debemos utilizarlos en condiciones realmente delicadas, cuando la niebla es muy intensa o incluso cuando un aguacero considerable o una copiosa nevada dificulta nuestra visibilidad. En cualquier otro caso su uso estará PROHIBIDO. Eso quiere decir que la niebla por sí misma no es suficiente razón para utilizar la iluminación antiniebla trasera y que existe un margen para la interpretación de lo que es una niebla espesa, y lo que no lo es. En ese punto es cuando hemos de ser conscientes de que solo lo utilizaremos cuando comprobemos que la visibilidad es realmente reducida, que apenas podemos ver con claridad a coches que nos precedan a menos de 25 metros, que tenemos incluso dificultades para contemplar las marcas viales sobre la carretera. Si la visibilidad es mayor, si la niebla no es suficientemente espesa, las luces de posición traseras serán más que suficientes para que los conductores que nos sigan puedan vernos con claridad.

  • La prohibición de utilizar estos pilotos traseros, y nuestra cautela en su uso, ha de extremarse durante la noche. La ausencia de luz natural facilita que las luces de posición sean más visibles que durante el día, incluso con niebla espesa. La noche también aumenta el grado de deslumbramiento de la iluminación antiniebla trasera. Es por esa razón que desde muchos organismos se insta a no utilizarlas durante la noche.

  • Las luces antiniebla delanteras, opcionales en muchos automóviles, es muy RECOMENDABLE utilizarlas SIEMPRE que la niebla haga acto de presencia, o en condiciones de visibilidad delicadas, como intensa lluvia, nubes de humo o polvo. Su iluminación no deslumbra a otros conductores y aunque la mejora de la visibilidad que nos generan siempre es un tanto relativa, contribuyen a ensanchar el haz de luz y a facilitarnos la visión de los límites de la calzada.
  • Dicho lo cual, sé muy consciente de que las luces antiniebla traseras no han de conectarse cuando iniciemos un viaje y desconectarse cuando lleguemos a nuestro destino. Tampoco han dejarse conectadas todo el año. Ni tan siquiera habrán de conectarse en el momento en que la señalización variable nos indique niebla sobre la carretera. Es decir, el conductor deberá conectar y desconectar la iluminación antiniebla trasera solo cuando sea estrictamente necesario – probablemente varias veces en un viaje – y como ya hemos contado en el apartado anterior. La iluminación antiniebla delantera tampoco ha de conectarse en octubre y desconectarse en marzo. Es decir, no podemos dejarlas conectadas por defecto, sino utilizarlas únicamente en los casos que sea recomendable su uso. El uso incorrecto de la iluminación antiniebla es motivo de sanción, de multa.
  • NUNCA, y repetimos una vez más, NUNCA hemos de utilizar las luces de largo alcance cuando circulemos en un tramo con niebla sobre la carretera. La luz de largo alcance no siempre va a aumentar nuestro campo de visión y por contra si puede provocarnos deslumbramientos por el efecto de reflexión que se produce cuando la potente luz de los faros de largo alcance atraviesa las gotas de agua.
  • Para facilitar nuestra visibilidad es importante que hagamos un uso coherente del barrido del limpiaparabrisas delantero. La niebla suele generar la concentración de gotas de agua sobre la luneta delantera que a la larga pueden perjudicar nuestra visibilidad.

¿Qué otros consejos hemos de seguir conduciendo con niebla?

La información es importante para que conozcamos las incidencias a las que nos podremos encontrar antes de salir de viaje. La DGT ofrece una aplicación web desde la que podremos conocer si el tráfico se encuentra interrumpido por un accidente u obras, si es necesario el uso de cadenas en un puerto de montaña y, en el caso que nos ocupa, si en algunos tramos la visibilidad es reducida por la presencia de niebla (enlace recomendado: portal de tráfico de la DGT)

El primer error y el más habitual es que los conductores mantengan sus hábitos y su ritmo de conducción con niebla, lluvia intensa, nevada, etcétera. Si la visibilidad disminuye hemos de ser conscientes de que es necesario reducir nuestro ritmo, en ocasiones drásticamente si la niebla es suficientemente espesa como para tener dificultades para contemplar los márgenes de la carretera y las líneas que nos delimitan el carril diez metros por delante. Si nuestra capacidad para observar a otros coches, o cualquier obstáculo en la carretera, se ve afectada, tenemos que reducir la velocidad para que nuestra capacidad de reacción, incluso de practicar una frenada de emergencia en un momento dado, sea acorde con la visibilidad.

También has de ser consciente de otro de los grandes peligros de la niebla. La niebla facilita que se produzca la concentración de gotas de agua sobre el asfalto, con lo que la adherencia de este puede verse reducida drásticamente, sobre todo cuando esas gotas de agua se entremezclan con los restos de arenilla y aceite que se depositan en el asfalto. Si el frío es intenso, esa niebla y esas gotas de agua acumuladas sobre el asfalto pueden helarse.

En carreteras convencionales, de doble sentido, no solo debemos ser conscientes de que nuestro ritmo ha de acondicionarse al grado de visibilidad que permite la niebla. Los adelantamientos estarán prohibidos siempre y cuando la niebla no garantice nuestra seguridad y no nos permita ver en una distancia suficiente como para estar totalmente seguros de que no circula ningún coche en sentido contrario.

Imágenes: Google Maps | Mercedes-Benz | Volvo
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