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Como sardinas en lata: así de ingeniosamente se transportaban en tren los Chevrolet Vega

Cuando se comunica el precio de un coche, se suele incluir el coste de transporte y matriculación, idéntico para el territorio nacional – a veces a excepción de Canarias y/o Baleares. Pero en Estados Unidos, un país mucho más grande, el coste de transporte de los coches solía ser una parte importante del coste. Con la idea de reducir la llamada «destination charge», General Motors y Southern Pacific Railroad decidieron crear un nuevo método para transportar los entonces nuevos Chevrolet Vega. Un método bastante sorprendente.

Este ingenioso método permitía que en un vagón de tren cupiesen nada menos que 30 coches.

A finales de los años 50, los sedanes full-size se transportaban en vagones de tren de 16 metros de largo, en los que apenas cabían cuatro coches. Cuando en los 60 los coches empezaron a disminuir de tamaño, se empezaron a usar vagones de casi 30 metros de largo en los que entraban hasta 18 coches. Pero Chevrolet quería reducir aún más los costes. El método fue bautizado como Vert-A-Pac, uno de esos juegos de palabras que tanto gustan a los estadounidenses. Con este método, 30 coches cabían en cada vagón de tren.

Desde la planta de montaje en Lordstown (Ohio) hasta la costa oeste de Estados Unidos, esto permitió reducir el coste por coche a sólo 160 dólares, cuando anteriormente era casi imposible bajar de los 260 dólares. La clave para meter 30 coches en cada vagón era que los coches viabajan verticalmente, boca abajo. Los coches se montaban en rampas – más bien plataformas – que después se levantaban – y también bajaban – con la ayuda de una carretilla elevadora pesada, equipamiento convencional en estaciones de carga.

El sistema permitía reducir el coste de transporte de los Vega hasta sólo 160 dólares por coche.

Los coches no estaban diseñados para ser transportados verticamente, ningún coche lo está, de hecho. Para evitar que el aceite del cárter inundase el primer cilindro de los Vega, se instaló un hueco adicional en el cárter que prevendría que el aceite llegase al cilindro. La batería también hubo de ser modificada para que el ácido no se virtiese al adoptar la posición vertical, y el carburador recibió una línea adicional que permitía la evaporación del combustible en caso de que este llegase al punto de derramarse.

Se instalaron bloques separadores de plástico entre motor y transmisión, así como en zonas de los ejes. La idea era evitar que las partes chocasen entre sí y se dañasen en el transporte. El problema era que algunos concesionarios se olvidaban de quitarlas al entregar el coche. El chasis del coche tenía unos insertos especiales para fijarlos correctamente a las puertas del vagón. El sistema funcionó excepcionalmente bien entre 1970 y 1977, años en los que el Chevrolet Vega estuvo a la venta en EE.UU.

El problema fue que los Vega no disfrutaron de ventas excelentes. Fueron coches desarrollados a toda prisa, y su calidad terminó resultando bastante baja. Sus ventas pronto cayeron y dejó de ser rentable el uso de los sistemas Vert-A-Pac. Los vagones fueron reconvertidos a vagones convencionales y el sistema nunca se uso más. No hubo problema para su venta, el transporte de carga se hacía y sigue haciendo principalmente mediante ferrocarril en EE.UU. Es curioso echar un vistazo al pasado y conocer estos detalles del pasado.

Fuente: Jalopnik
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