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Artega Scalo: deportivo eléctrico y receta Tesla para resucitar a una marca de vida corta pero intensa

Nacida en 2007, la marca Artega, que se las prometía tan felices, sufrió no pocos problemas para salir adelante. Hasta el punto en que, sinceramente, no esperábamos volver a verles en citas tan importantes como el Salón de Frankfurt. Pero Artega, la marca que creó un deportivo que estéticamente lucía como el hijo ilegítimo de un Ferrari y un Porsche, está de regreso. Un regreso en el que el gran protagonista será el Artega Scalo, una evolución del ya conocido Artega GT, que durante años se paseó por los más importantes salones internacionales, para reconvertirse en un deportivo eléctrico. ¿Será esa la solución a todos los problemas de Artega?

El Artega Scalo, derivado del antiguo Artega GT, es estéticamente como el hijo ilegítimo de una noche loca entre un Porsche y un Ferrari.

Estéticamente, el Artega Scalo sigue siendo una belleza. Reconozco que el Artega GT era uno de los deportivos que más me gustaba antaño, uno de los que más me atraía en los stands de salones como París, Frankfurt y Ginebra. El Artega Scalo preserva prácticamente sin cambios esa imagen, ese frontal de faros curvos y capó estrecho, que tanto nos recordaba a Porsche; y esa zaga prominente, con un buen difusor trasero y una superficie negra sobre la que se sitúan sus faros redondos, que también nos recordaba al Ferrari F430.

¿Y cuáles son las cifras del nuevo Artega Scalo?

El Artega Scalo ahora es eléctrico. Cuenta con dos motores síncronos que desarrollan conjuntamente 300 kW (y 390 kW en momentos puntuales) para lograr unas prestaciones ciertamente sorprendentes. El 0 a 100 km/h lo practicará sobre los 3.6 segundos y alcanza los 250 km/h, siempre y cuando sus baterías dispongan de más de un cuarto de la carga.

Artega se ha aplicado la receta de Tesla. Y su Artega Scalo presume de una autonomía eléctrica sobre los 400 kilómetros, cifras más que suficientes para convencer a algunos compradores de que este deportivo eléctrico puede ser una alternativa interesante.

Para desarrollar tales prestaciones, y aún así mantener una autonomía tan elevada, Artega nos avisa de que habrían utilizado una tecnología similar a la empleada por los monoplazas de Fórmula 1, y por la Fórmula E. Su almacenamiento energético se basa en sistemas de alta potencia, condensadores, y módulos de batería de ión de litio.

El habitáculo, a mi juicio, es uno de los puntos más flojos de este deportivo. Artega ha buscado un diseño lujoso, con una combinación atípica de colores, y un halo tecnológico, con un cuadro de mandos completamente digital y una consola central dominada por una buena pantalla. Y a mi juicio lo que han conseguido es que su interior parezca el de aquellos prototipos que hace 30 años se imaginaban cómo sería el futuro en el Siglo XXI. Y obviamente no acertaban.

Fuente: Artega
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