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Dossier: Emisiones de NOx en 7 preguntas y respuestas, ¿por qué es tan peligroso este contaminante? ¿por qué es tan grave el caso Volkswagen?

En Diariomotor ya hace tiempo que nos propusimos dirigir nuestra línea editorial hacia un foco muy concreto: destapar los falsos mitos del diésel, explicaros cómo afrontaba la industria las nuevas preocupaciones medioambientales, y cómo quedaría condicionada por ello la tecnología de nuestros coches, especialmente los diésel. Y tratamos de hacerlo desde el punto más objetivo posible, sin fobias infundadas, con una serie de artículos que han llegado a cientos de miles de lectores. El asunto de Volkswagen ha puesto en tela de juicio a los diésel y reabre el debate medioambiental y el modelo de los ciclos de homologación. Los responsables de todo este asunto son los NOx. Y llegados a este punto nos preguntamos, ¿por qué son tan peligrosos estos contaminantes? ¿qué relación guardan con los diésel? Y por último, ¿por qué es tan grave el escándalo de Volkswagen? Hablaremos de todo ello en esta guía sobre NOx, en 7 preguntas y respuestas acerca del asunto.

1. ¿Qué son los NOx?

Aunque los gobernantes y la opinión pública centró toda su atención en el CO2 y los gases responsables del efecto invernadero, los NOx son uno de los mayores responsables de la elevada contaminación de nuestras ciudades y generan graves problemas para la salud.

NOx es la nomenclatura que utilizamos para englobar a todos los compuestos químicos gaseosos formados por la combinación de oxígeno y nitrógeno. Cuando hablamos de ellos en este contexto, lo hacemos principalmente para hablar del óxido nítrico (NO) y el dióxido de nitrógeno (NO2). Aunque la comunidad científica, y nuestros gobernantes, hayan puesto el foco principalmente en los gases de efecto invernadero (especialmente el CO2), por sus implicaciones globales, los NOx son tan perjudiciales, o más, si cabe. Acarrean consecuencias muy graves para la salud.

La razón de simplificar englobando a todos los compuestos bajo NOx tiene mucho sentido. Hablamos de compuestos altamente contaminantes generados por la mano del hombre, y no producidos (como por ejemplo el CO2) por procesos naturales, generalmente por procesos de combustión, como el que tiene lugar en los motores de explosión de nuestros coches o en las calderas de las calefacciones de nuestros hogares.

Esas combustiones generan primordialmente la emisión de NO, que a partir de otros procesos se oxida y se transforma en NO2 y NO3. Estos compuestos, tras atravesar otros procesos, también son precursores de otros contaminantes como el ozono, de los que os hablaremos más adelante.

2. ¿Qué consecuencias tienen para la salud?

Son especialmente dañinos para niños, ancianos y enfermos crónicos, generando y agravando enfermedades respiratorias, oculares y cerebrobasculares.

En sus Guías de Calidad del Aire, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de las graves consecuencias que una concentración muy elevada de dióxido de nitrógeno tiene para nuestra salud. La propia OMS reconoce que no existe una base sólida para hallar efectos directos de una exposición prolongada a estos contaminantes, aunque existen pruebas que generan preocupación. Algunos estudios epidemiológicos habrían demostrado que los síntomas de la bronquitis en niños asmáticos aumentan en asociación con la concentración anual de NO2, y que el menor aumento de la función pulmonar de los niños está vinculado a concentraciones elevadas de NO2.

Está demostrado también que la exposición de corta duración a altas concentraciones de NOx ya puede generar efectos muy nocivos para la salud, como la irritación de los sistemas respiratorio y ocular, y el agravamiento, o incluso aparición, de enfermedades respiratorias crónicas y cerebrobasculares.

Los niños, los ancianos, y las personas con problemas de salud (como asma, enfermedades del corazón y pulmonares) serían los más afectados por las altas concentraciones de NOx. Una concentración elevada de NOx en los centros de medición de una ciudad, como mínimo, ha de disparar una alerta a la población y recomendaciones como no hacer deporte al aire libre.

Los NOx también contribuyen a la acidificación del agua, al fenómeno conocido como lluvia ácida.

3. ¿Cómo se considera una alta concentración de NOx?

En ciudades como Madrid, en 2014 se superaron con creces algunos de los límites de contaminación por NOx impuestos por la Unión Europea.

En nuestras ciudades existen sistemas capaces de medir las concentraciones de ciertos gases contaminantes, atendiendo a las recomendaciones de la OMS y las normativas europeas. Los límites vigentes en la Unión Europa, a partir de los cuales se considera que existe un problema importante de contaminación, se establecen en base a los límites establecidos por la OMS. Hablaríamos de concentraciones medias en un periodo determinado de tiempo, de 40 µg/m3 de media anual y 200 µg/m3 de media en una hora. Exceder esos límites exige comunicar el problema a la población; si el caso se agrava, establecer restricciones de tráfico o tomar medidas – a menudo contundentes – para atajar el problema; e incluso sanciones cuantiosas para las ciudades que excedan estos límites con reiteración.

Aunque las concentraciones de NOx en Madrid han disminuido en los últimos años, ¿sabías que 6 de las 24 estaciones de medición de Madrid excedieron la media anual de 40 µg/m3 en 2014? Más allá de los tintes ideológicos de los partidos que gobierna y han gobernado en la capital española – en lo cual no vamos a entrar – la contaminación es un problema que los gobernantes han de atajar, tal vez incluso con medidas excepcionales y muy drásticas.

Los NOx son parcialmente responsables de esa nube tóxica, conocida coloquialmente como boina, que cubre la ciudad de Madrid muchos días. Una nube que generalmente no vemos cuando estamos en el interior de una ciudad, pero que contribuye a generar una estampa, a veces tétrica, a veces bucólica, del skyline de la ciudad cuando nos aproximamos a ella desde las afueras.

4. ¿Por qué los NOx se asocian habitualmente a los diésel?

La combustión de los diésel genera el perfecto caldo de cultivo para el NOx. Las emisiones de NOx de los diésel son muy superiores a las de los motores de gasolina, de ahí que la Euro VI entrase en juego para limitar las emisiones de NOx.

Existen numerosos estudios al respecto, con cifras que también varían, pero que por norma general llegan a conclusiones muy parecidas. A lo largo de las dos últimas décadas, las normativas europeas llevaron a una reducción considerable en la emisión de partículas, que está relacionado con la combustión, pero no tiene que ver estrictamente con el NOx. En cambio, se detectó que entre las normativas Euro 3 y Euro V los vehículos en Europa habían reducido muy levemente sus emisiones de NOx (ver informe de The ICCT), el parque automovilístico no había dejado de crecer, y el problema de contaminación en las ciudades se había agravado. Esa fue la razón que llevó a la implantación de una normativa Euro VI muy estricta con los NOx.

La combustión de los motores diésel es el lugar perfecto para maximizar la generación de NOx. Las condiciones de temperatura y presión bajo las que trabaja un motor diésel hacen que la emisión de NOx en estos sea muy superior a la emitida por los motores de gasolina. Un estudio realizado por el Ayuntamiento de Madrid en 2009 llegaba a la conclusión de que los turismos diésel emitían, de media, 3 veces más NOx y concretamente 29 veces más NO2 por kilómetro recorrido que un turismo de gasolina.

5. ¿Cómo podemos librarnos de los NOx?

Con la normativa Euro VI en ciernes, y el foco puesto en los NOx, la industria tuvo que prepararse para atajar el problema cuanto antes. Para vencer a los NOx, o al menos atenuar drásticamente su concentración, lo suficiente para superar las normativas de emisiones futuras, los fabricantes emplearon diferentes soluciones basadas en pretratamientos, post-tratamientos, modificación de la combustión y del proceso. En general cada fabricante ha buscado la solución más rentable para alcanzar sus intereses, y sin entrar en demasiado detalles os contaremos las más comunes.

Marcas como Mazda han conseguido algunos de los resultados más satisfactorios mejorando la calidad de la combustión de sus motores diésel modernos (os recomiendo leer acerca de su tecnología SKYACTIV). Algunos motores de baja cilindrada han conseguido superar la normativa Euro VI mediante catalizadores que literalmente atrapan las moléculas de NO y NO2 y las absorben como si de una esponja se tratase. Una esponja que cuando está llena ha de purgarse, o regenerarse. De ahí que estos sistemas se conozcan como NOx trap, o trampa de NOx.

Otra de las soluciones, de la cual ya hemos hablado largo y tendido, es la de los sistemas de tipo AdBlue. Requieren la instalación de un dispositivo adicional, y el consumo de una solución acuosa de urea (denominada comercialmente como AdBlue), con la cual se consigue reducir drásticamente la emisión de NOx. Evidentemente, esta técnica aumenta la complejidad del motor, exige un mantenimiento y requiere recargas periódicas del aditivo. Os recomiendo la lectura de nuestra guía sobre AdBlue para aclarar cualquier duda al respecto.

La introducción de todos estos sistemas fue la principal motivación de artículos como «8 razones para no comprar un diésel, especialmente para ciudad«. Sin entrar en demasiado detalle en el problema medioambiental, intentamos buscar justificaciones económicas y técnicas para recordar por qué el diésel no es siempre (me atrevería a decir que casi nunca lo es) la alternativa más interesante para la mayoría de los conductores.

6. ¿Qué tiene que ver el ozono en todo esto?

Es probable que estés más habituado a oír conversaciones acerca de lo peligrosa que es la falta de ozono en la estratosfera. De ahí que coloquialmente suela utilizarse los términos – terribles por otro lado – de «ozono bueno» y «ozono malo». Pero el ozono es un contaminante que ha de preocuparte mucho cuando está presente en el aire que respiras. El ozono troposférico, el O3, se forma en la atmósfera mediante reacciones fotoquímicas, en presencia de la luz solar y contaminantes precursores como los NOx.

El entorno que más favorece la generación de ozono es precisamente el de las ciudades con altas concentraciones de NOx, altas temperaturas y una gran radiación solar. Es decir, agosto en una capital española es perfecto para que las concentraciones de ozono se disparen. De hecho, el ozono es uno de los contaminantes que más quebraderos de cabeza genera, y problemas medioambientales y de salud, en verano.

7. ¿Por qué es tan grave el caso Volkswagen?

Es grave en términos económicos. Las sanciones que puede acarrear Volkswagen superan a los beneficios antes de impuestos obtenidos durante todo un año con la venta de más de 10 millones de vehículos. Es aún más grave en Estados Unidos, donde el engaño acarrea consecuencias fatales para cualquier fabricante y donde son expertos en reclamaciones por daños y perjuicios y en las demandas colectivas.

Pero sobre todo es grave por haber utilizado una técnica torticera, la del defeat device, para comercializar vehículos con unas emisiones de NOx muy superiores a las reales engañando al consumidor y a las autoridades encargadas de poner cerco a las emisiones de estos gases.

Y como ya habrás visto en este artículo, los NOx son un problema realmente serio como para mirar hacia otro lado y olvidarnos de un compuesto, que aunque no lo veamos, lo estamos respirando a diario.

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