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La velocidad tenía sabor francés en 1925: así era el espectacular Renault 40CV Type NM, creado para batir récords

Los coches creados para batir récords de velocidad me llaman la atención poderosamente, no lo puedo evitar. Es el caso del GAZ que en la década de los años 30 batía récords en la URSS. Al mismo tiempo, Hitler soñaba con un Mercedes T80 que podría haber superado los 700 km/h. Retrocedemos un poco más en el tiempo, y nos transportamos al año 1925, hace ya 90 años. La construcción del oval de Linas-Montlhéry en Francia cuasó el estallido de una brutal guerra de récords de velocidad con sabor francés.

La construcción del oval de Montlhéry marcó el inicio de la fiebre francesa por la velocidad.

Aunque Malcolm Campbell había establecido récords de velocidad sobre tierra superiores a los 250 km/h ya en 1925, Renault quería arrebatar parte de la gloria al británico. Para ello, construyeron el espectacular Renault 40CV Type NM, basado en el 40CV, el coche que articulaba el grueso de la gama del fabricante francés. Renault sabía que no podría competir en velocidad punta con los ingleses, pero sí en velocidad media. Para demostrar la fiabilidad de su 40CV, se propusieron arrebatar el récord de velocidad media en 24 horas.

24 horas rodando a alta velocidad en el circuito oval de Linas-Montlhéry. Una hazaña impresionante, habida cuenta del estado de la técnica a principios del pasado siglo. Muchos coches actuales tendrían problemas en mantenerse 24 horas a su máxima velocidad, imaginad el mismo escenario hace 90 años. El Renault 40CV Open Tourer que Renault empleó en 1925 era ya un coche veterano, un diseño que databa del año 1911. Pero era una máquina sólida, muy resistente, con un robusto motor de seis cilindros en línea y 9,1 litros de cilindrada.

La aerodinámica del 40CV Type NM era muy rudimentaria, pero era efectiva.

Este descapotable de una sola plaza recorrió la friolera de 3.384,74 km en un periodo de 24 horas, a una velocidad media de 141,03 km/h. Su velocidad máxima en un cómputo de una vuelta fue de 178,47 km/h. El coche devoraba combustible y neumáticos, requiriendo de decenas de paradas para repostar y reemplazar neumáticos. Este récord no convenció a los pilotos, que en 1926 volvieron al oval con el 40CV Type NM. Es el coche que tenéis en vuestras imágenes, un monoplaza que se asemeja a un ataúd con ruedas.

Renault carrozó a esta evolución del 40CV con un carenado aerodinámico – la aerodinámica no era una ciencia tan avanzada, se asemejaba más a la intuición por aquél entonces – y potenció su motor algo más. Aunque retenía sus 9,1 litros de cilindrada, su potencia aumentaba hasta los 140 CV. Su escape era libre, y el coche se pintó del característico color azul en competición de los vehículos franceses. Para llevar a buen puerto sus 24 horas en el circuito oval, se entrenó a un equipo de 14 personas para sus paradas en boxes.

14 personas que tendrían que llevar a cabo repostajes y cambios de neumáticos en sólo 50 segundos, cifra impresionante si tenemos en cuenta que estamos hablando de hace 90 años. En 24 horas, esta bala azul recorrió nada menos que 4.167,57 km, a una velocidad media de 173,65 km/h, arrebatando el récord. Además, también se llevó a Francia el récord de velocidad media en 50 millas, con una cifra de 190,01 km/h. Alemania arrebataría todos los récords en la década siguiente, pero el orgullo francés estaba más que satisfecho.

Fuente: Petrolicious | Supercars
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