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Alguien compró un Lancia Delta Integrale HF Evoluzione Martini Racing y jamás lo disfrutó

Está claro que quien adquirió este Lancia Delta Integrale HF Evoluzione Martini lo hizo con el objetivo de que su valor se apreciase. Aunque entendemos los motivos de su propietario – el mercado de coches clásico vive una burbuja sin aparente fin – sentimos no compartirlos. Tener encerrado una bestia creada por y para los rallyes es uno de los mayores pecados que podría cometer cualquier aficionado sensato al automóvil. Eso sí, su dueño sacará un buen dinero en la subasta. ¿Por qué? Tiene sólo 49,9 km en el odómetro.

Los Inegrale Evoluzione Martini Racing son posiblemente los Lancia Delta más deseados jamás producidos.

El Lancia Delta Integrale HF Evoluzione Martini fue creado a principios de los años 90 – concretamente en el lejano año 1992 – con el objetivo de celebrar la quinta victoria consecutiva de Lancia en el Campeonato del Mundo de Constructores. Su principal diferencia con respecto a otros Integrale de la época estaba en su exterior, decorado con los colores de Martini. El patrocinador dio la mano a Lancia en el mundo de los rallye durante años y años. Una tira de colores rojo y azul recorre de forma longitudinal la línea lateral del coche.

Sólo 400 unidades fueron construidas, y todas ellas están numeradas y documentadas. Dudo que haya unidades con menos kilómetros que esta, que será subastada en el Race Retro International Historic Motorsport Show 2016, en Reino Unido. Con chasis número 124/400, su dueño – el mismo que adquirió el coche en 1992 con el objeto de invertir en su apreciación – espera obtener hasta 150.000 euros por su venta. El coche salió a subasta el año pasado, pero no se alcanzó el precio de reserva que su dueño había marcado.

Bajo el capó de este Lancia Delta nos encontramos con un mítico 2.0 turbo de 16 válvulas, con la tapa de balancines pintada en color rojo. Un pata negra que desarrollaba 215 CV de los de antes, bien arriba y con un importante retardo en la entrada del turbo. Eso sí, cuando entraba, su patada quitaba el hipo. Su potencia pasaba al suelo a través de las cuatro ruedas – con llantas OZ blancas, dicho sea de paso – y permitía un 0 a 100 km/h en sólo 5,7 segundos. En la época, sólo el Ford Escort RS Cosworth le hacía algo de sombra.

En su interior, tenemos bacquéts forrados en Alcantara y una instrumentación muy old-school: completa y con los relojes enmarcados en color amarillo. Un fino volante deportivo y una caja de cambios manual, no necesitamos más para divertirnos a su volante. Qué pena que su dueño lo haya tenido enjaulado durante 24 años. Quizá su nuevo dueño le permita estirar un poco más las piernas. Al menos, que pueda completar su rodaje. Y si ya se lo llevan a recorrer algún tramo mítico de rallyes, nos quedaríamos mucho más tranquilos.

Fuente: Carscoops
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