No podemos evitarlo. Las copias y los plagios chinos se han convertido en uno de nuestros fetiches. Creíamos que con el avance de la industria del automóvil en China los plagios más descarados eran cosa del pasado. Eso creíamos. Entonces conocimos el Landwind X7, un todocamino que lejos de con conformarse con tomar la inspiración del modelo más famoso de Land Rover, apostó por plagiar, por completo, al Range Rover Evoque. Y ahora es Land Rover quien ha decidido plantar cara al Landwind X7, pedir explicaciones por este plagio del Range Rover Evoque y, de paso, librar una batalla que no es ningún baladí para la industria del automóvil europea.
Lo cierto es que es un movimiento un tanto sorprendente. Un plagio automovilístico no engaña a nadie y nos cuesta creer que este Landwind X7 vaya a tener posibilidades de competir con el Range Rover Evoque. Tal vez por eso rara vez tengamos noticia de movimientos judiciales. Pero por lo visto Land Rover no ha querido dejarlo pasar.
Esta semana se registraba una demanda contra el Landwind X7 de la compañía china Jiangling alegando que este había vulnerado los derechos de copyright del Range Rover Evoque, obviamente en manos del grupo Jaguar Land Rover, empresa subsidiaria de la india Tata Motors. Así lo conocíamos en Automotive News estos días.
Más allá del daño que pueda ejercer el Landwind X7 al Range Rover Evoque, la indefensión ante los plagios chinos, y el conocimiento de que estos litigios rara vez salen adelante, también disuade a los fabricantes europeos de tomar acciones legales en estos casos. En su día, Honda tomó una iniciativa muy parecida para enfrentar un plagio del Honda CR-V, y el caso se dilató durante doce años. Cuando se había resuelto, evidentemente, aquel Honda CR-V ya estaba descatalogado, y la compensación que recibió Honda fue a todas luces ridícula.
Por no hablar del revés para Land Rover que podría suponer que China entendiera el movimiento como un ataque a su industria local. Recordemos que China mantiene un férreo proteccionismo para con su industria, que empieza por impedir que un fabricante extranjero produzca localmente, salvo que este estreche lazo con una de sus compañías.
La pregunta del millón, ahora, es si este litigio llegará a buen puerto. Si Jaguar Land Rover consiguiera su cometido sentaría un precedente, para la industria del automóvil, y para la industria global. Si bien la industria del automóvil nos ofrece casos pintorescos de plagio, los daños que se generan en otras industrias, como la de la moda, y los productos deportivos, son inmensos.
Decía Automotive News que los conductores chinos pueden comprarse tres Landwind X7 por el precio de un Range Rover Evoque. Y que incluso las pequeñas diferencias que se aprecian en lo estético, entre uno y otro, podrían salvarse con kits de accesorios muy económicos que se venden para lograrlo.
Casualidad o no. Las ventas de Jaguar Land Rover se han hundido un 20% este año (entre enero y marzo), en el mismo periodo en que años atrás crecían un 36%, y en un momento en que el mercado chino está creciendo un 19%.
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