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Si los humanos estuviéramos preparados para soportar accidentes de coche, este sería nuestro aspecto

Diariomotor no se ha convertido en un blog de «body horror», esperpéntico género cinematográfico que se alimenta del miedo y temor que nos producen las deformidades extremas. Pero alguien en la TAC (Transport Accident Commission) australiana sí parece fan de dicho género. Cuando no son durísimas campañas para concienciar a la población del peligro de los accidentes de tráfico, contratan a escultores que crean humanos artificiales. Nuestro protagonista se llama Graham, y es un humano capaz de soportar accidentes de tráfico.

Graham ha sido modelado por Patricia Piccinini, una artista y escultora australiana.

Sí, su aspecto es terrorífico, y si bien está claro que es reconocible como un ser humano, hay muchas diferencias con un humano estándar. Fijaos en su cabeza: aunque su cerebro es del mismo tamaño que el nuestro, su cráneo es mucho más grande y grueso, para evitar daños cerebrales ante impactos craneales. Su cráneo está repleto de fluido, y su fortísimo cuello evitaría el temido latigazo cervical. Tanto sus orejas como nariz están recluidas, protegidas de cualquier impacto de un objeto externo.

Fijaos en su pecho. Esos extraños pliegues son una especie de bolsas de aire, que protegen su cavidad pectoral de los impactos frontales contra un volante. Sus costillas son también más grandes y fuertes, protegiendo sus órganos internos con una disposición en forma de barril. Quizá la única parte convencional de Graham son sus brazos, idénticos a los brazos de un humano común. Sus piernas son diferentes. Concretamente sus pies, que se asemejan a los de un perro o un gato: están diseñados para saltar grandes distancias.

Grandes distancias que le permitirían escapar de atropellos y situaciones de peligro en las que un peatón tendría problemas. El único problema es que nadie es como Graham. El ser humano no está evolutivamente preparado para soportar los accidentes automovilísticos, y por muy seguros que sean nuestros coches – cada vez lo son más – una concienciación acerca de los peligros que implica la conducción sigue siendo vital. Fabricantes como Volvo quieren que en apenas tres años y medio nadie muera en sus vehículos.

El coche autónomo también contribuirá de forma sustancial a la reducción de la mortalidad en carretera. Es una carrera de fondo que tardaremos años en completar, de ello no os quepa duda. Graham ha sido modelado por la escultora australiana Patricia Piccinini, con la ayuda de varios expertos en morfología médica del Royal Melbourne Hospital.

Fuente: Meet Graham
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