ESPACIOS
Cerrar CERRAR
Actualidad

4 MIN

Lotus puede acabar en manos chinas (y ser lo mejor que le habría sucedido a la marca en mucho tiempo)

Siempre que pienso en Lotus me resulta realmente complicado no recordar lo sucedido a lo largo de los últimos siete años. Rememorar aquella ambiciosa presentación en el Salón de París de 2010, en la que Lotus anunciaba una ruptura muy drástica de su filosofía del deportivo ligero, para apostar por el enfoque de fabricantes de deportivos consolidados como Ferrari, Lamborghini o – más recientemente – McLaren. Pero todo fue un espejismo. El artífice de aquel proyecto acabaría saliendo de Lotus por la puerta trasera y desde entonces la situación de la marca no ha podido ser más complicada. Los que llegaron tras él solo encontraron una salida, una planificación económica austera y amortizar los productos ya veteranos de Lotus. A día de hoy, Lotus vuelve a ser una marca rentable. Y todo apunta a que el fabricante británico podría acabar en manos de Geely, del capital chino.

Tanto Geely como PSA habrían pujado por Proton, el fabricante malayo que ostenta la propiedad de Lotus

La clave está en los acuerdos que próximamente cierre DRB-HICOM, un conglomerado industrial de Malasia, junto con su filial Proton Holdings Berhad, propietaria de Lotus desde 1996. Según diferentes informaciones, publicadas en los últimos días por medios como Reuters (ver Automotive News), Geely habría pujado por Proton y, como consecuencia de ello, por Lotus. En Francia incluso ya apuntan que PSA Peugeot Citroën – que en los últimos días también ha estado muy de actualidad por su posible compra de Opel – quiere adquirir Proton para reforzar su actividad en Asia (ver noticia en Les Echos).

Ahora bien, ¿qué consecuencias tendría para Lotus su adquisición por parte de Geely?

Desde que Volvo se desvinculó de Ford y pasó a formar parte del capital de Geely, la marca sueca está viviendo una edad dorada trabajando en un proyecto ambicioso, con personalidad, con tecnologías propias y realmente prometedoras

Con todos los acontecimientos que se han producido en la casa de Lotus en los últimos años sería muy difícil pronosticarlo. Con el fin de la austeridad que acompaña el regreso a los beneficios, Lotus ya está trabajando en proyectos tan ambiciosos como alejados de su negocio habitual, de la creación de deportivos tan pasionales como ligeros, en proyectos como un SUV.

Lo que sí podemos hacer es mirar atrás y ver lo que sucedió con una marca tan importante en Europa como Volvo, desde que se desvinculó del abrigo de Ford Motor Company y pasó a ser propiedad de Geely. Basta mirar atrás, a 2010, y de nuevo ver la situación actual de Volvo para comprender cómo el fabricante sueco se ha reinventado y cómo se ha ido desvinculando de las ataduras de ser una filial no prioritaria de un gran grupo automovilístico occidental. Desvinculándose para gozar de la tranquilidad que le pudo aportar el conglomerado chino. Y, sobre todo, que esa tranquilidad permitiera a Volvo centrarse en lo que mejor saben hacer, crear coches con mucha personalidad, una gran diferenciación estética, calidad, y unos estándares de seguridad, de la mano de las últimas tecnologías, que sitúan a Volvo como uno de los fabricantes más avanzados en ese campo.

Ver artículo: lo que nadie te contará hoy sobre el desarrollo del Volvo XC90 y otros Volvo que están por llegar.

Dicho lo cual, ¿será la adquisición de Geely la que de verdad pueda aportar la tranquilidad suficiente a Lotus para apostar por proyectos tan alejados de su core, con la creación de un SUV, y seguir desarrollando lo que mejor saben hacer, deportivos ligeros? Tal vez pronto salgamos de dudas.

En Diariomotor:

Cargando...