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¿Por qué el McLaren 650S?

Desde que McLaren nos advirtió de que habría sorpresa en el Salón de Ginebra, hemos estado mirando a Woking con cierta expectación, e incluso ilusión. Y os contaremos por qué. Sabemos que McLaren tiene un proyecto ambicioso, un meticuloso plan con el que medirse con los que consideramos los referentes de las más altas prestaciones. Un coupé deportivo de acceso, un 911; una bestia de motor central, lo que entendemos por un Ferrari o un Lamborghini con todas sus letras; un hiperdeportivo, con halo de Enzo, LaFerrari, etcétera…

Y entonces, cuando conocimos que el McLaren 650S no era más que una versión mejorada del McLaren 12C con cara de McLaren P1, más apuesto y rápido, pudimos sentirnos decepcionados, pero también desconcertados. ¿Qué pasaría con el 12C? ¿Nos diría adiós a la tierna edad de tres años?

La respuesta ya es oficial. El McLaren 650S ha sustituido al McLaren 12C, que a partir de ahora no volverá a fabricarse. Pero esto no le sorprenderá a nadie. McLaren tardó poco tiempo en constatar que por una diferencia mínima, lo que cuesta un Volkswagen Golf bien equipado, según precios de Reino Unido, sus clientes ya solo estaban cerrando reservas para el nuevo chico malo del barrio, el 650S.

Qué son 20.000 libras de diferencia para el que está dispuesto a gastarse 200.000 en un deportivo. Calderilla. Tampoco seré menos objetivo por reconocer que la estética del McLaren 650S es extraordinariamente atractiva, contundente, fiel a esa imagen moderna y tecnológica que quiere transmitir McLaren, salida de las plumillas de Frank Stephenson y su equipo.

Ese frontal tan característico del McLaren 650S me ha enamorado, aunque si lo viera por el retrovisor del coche tendría ciertas dudas, me costaría saber si me persigue un P1 o un 650S. En cualquier caso no habrá problema alguno, en cuanto su piloto toque ligeramente el acelerador me habrá rebasado y podré ver su zaga, una zona que, si bien es cierto ha cambiado, sigue manteniendo algunos de los rasgos inconfundibles del 12C. En esa zaga, por cierto, nos encontramos con un inmenso spoiler activo mejorado que según McLaren incrementa el downforce a 240 km/h en un 24%.

Y aunque tenga sentimientos encontrados por la manera en que McLaren ha sustituido al deportivo que brindó el renacimiento o, mejor dicho, el verdadero nacimiento de esta marca de deportivos, creo firmemente que el McLaren 650S tiene sentido. Muchísimo sentido.


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Cuando inviertes más de 200.000 euros en un deportivo, estás en disposición de exigir. McLaren realizó un trabajo soberbio con su primer modelo, el que por aquel entonces conocíamos como MP4-12C. Pero no se libró de las críticas, de aquellos que dijeron que le faltaba esa pasión del Mediterráneo. También de los que vieron en él, que en su ansia de lograr una máquina efectiva en condiciones deportivas de la mano de la tecnología y muy apta para el día a día, McLaren no había conseguido captar el desenfado y el toque de locura que marcas como Ferrari y Lamborghini siempre saben otorgar a sus productos.

En el fondo, cualquiera que se decide por un McLaren, tiene muy clara su elección y, probablemente, no sea el único deportivo de altos vuelos que tiene en el garaje. Pero en cualquier caso, el McLaren 650S viene a resolver las dudas de aquellos que pudieran llegar a preguntarse si de verdad habían hecho una buena elección, vencer cualquier posibilidad de arrepentimiento por no haber escogido la alternativa de Ferrari, Lamborghini, algún 911 con las siglas GT o incluso, sin salir de las islas, un Aston Martin.

Compararlo con el Huracán no es honesto, la tracción total del Lamborghini aporta otros alicientes. Compararlo con un Ferrari 458 Italia o Speciale, tampoco es del todo justo, ocho cilindros atmosféricos frente a seis ocho más turboalimentados que nunca. Pero precisamente en esa apuesta de tracción trasera, turbo y tecnología para dosificar esas prestaciones a raudales, es donde puede radicar la fortaleza de este nuevo McLaren 650S, que desde el frío análisis de las cifras, también vence.

44 CV más de potencia que un Ferrari 458 Speciale, al que gana en velocidad máxima (333 km/h) y con el que se equipara en el 0 a 100 km/h (3.0 segundos). Toneladas de par, muchísimo más que el que puede ofrecer todo un Huracán con su motor V10. El Lamborghini tampoco puede hacer nada contra el McLaren, ni amparándose en su tracción a las cuatro ruedas. Pero la diferencia se hace más patente en el cuarto de milla, en el primer kilómetro, o en el tiempo en que tarda el 650S en alcanzar los 200 km/h desde parado.

En apenas 8,4 segundos al sprint, el tiempo en que tarda un McLaren 650S en superar la barrera de los 200 km/h, el británico ya le estará sacando varios cuerpos al Ferrari, 7 décimas más lento para alcanzar esta velocidad.

En definitiva, lo dicho. Un McLaren más apuesto, rápido y espectacular, con una diferencia de precios mínima, lo que cuesta un Volkswagen Golf. ¿Por qué el McLaren 650S? Estaba claro. Porque querían ver por el retrovisor a las bestias de Maranello…

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