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De viaje en un Lexus RC F y un Lexus GS F: ocho cilindros japoneses y cerca de 1.000 CV

Hasta hace unos años entendíamos que un deportivo debía gozar de un motor de ocho cilindros atmosférico. Por decirlo de alguna forma esa era la norma, y no la excepción. De un tiempo a esta parte nos hemos acostumbrado a conducir deportivos con motores cada vez más compactos, con menos cilindros, menor desplazamiento, y más turbo. Hemos llegado a un punto en que cada vez que probamos un deportivo con un motor V8 atmosférico no podemos evitar la sensación de que esa podría ser la última vez. Pero no, ese no es el caso de Lexus. De ahí que recibiéramos con los brazos abiertos la propuesta que nos hizo la marca de viajar hasta Valencia, con motivo de la reunión de 6to6, para realizar esta prueba de los nuevos Lexus RC F y Lexus GS F. Dos deportivos con la misma tecnología, enfoques diferentes, y un motor V8 y 477 CV de potencia para cada uno de ellos.

Lexus ha apostado en su gama más deportiva, y seguirá apostando, por los motores V8 atmosféricos, incluso para su nuevo buque insignia deportivo, el Lexus RC 500.

El futuro más deportivo de Lexus se entiende bajo la receta del motor V8 atmosférico. Y ya no solo hablamos del Lexus RC F y el Lexus GS F, sino también de lo que está por llegar. El halo más distinguido, deportivo, y pasional de la marca estará presente en un nuevo Lexus LC 500, un coupé deportivo de 2+2 plazas que también utilizará este motor V8 de 477 CV.

La pregunta que nos hacemos es la siguiente. En el torrente de motores turbo que ha conquistado el mercado del coche de lujo y los deportivos, tanto que incluso fabricantes como Ferrari no han podido resistirse y se han dejado llevar por esta tendencia, ¿estará Lexus nadando contracorriente?

A estas alturas Lexus nada tiene que demostrar en lo que respecta a eficiencia. Pocas marcas han mostrado una determinación tan sólida para defender sus principios, el convencimiento de que los híbridos son el futuro más próximo de la industria del automóvil, y de sus bondades en términos de eficiencia y respeto al medioambiente, frente alternativas como los diésel. Una defensa a ultranza que ha ganado argumentos en estos días en los que los motores diésel han sido el centro de atención mediático.

Esa conformación de una gama eminentemente híbrida ha insuflado confianza a Lexus para delegar en los motores V8 atmosféricos el desarrollo de su gama más deportiva. Y nos congratula. Nos hemos acostumbrado a conducir deportivos que empujan con energía desde abajo, y ese no es el caso de los Lexus RC F y GS F. En su lugar, tenemos dos máquinas que pueden ser tan rápidas como sus rivales teóricos, con la sutil diferencia de exigir apurar al máximo cada marcha, mantenernos constantemente en la parte alta del cuentarrevoluciones, en su zona dulce, y disfrutar con un delicioso rugido que por desgracia está siendo abandonado por muchas marcas, y muchos deportivos, en favor de un sonido más artificial fruto del ajuste de válvulas de escape y petardeos por doquier.

¿Son esos aspectos los únicos que podrían decantar la balanza hacia un Lexus, en vez de un BMW M4 Coupé, o un Audi RS5 Coupé? No, no lo son.

Tras recoger las llaves de los coches que nos acompañarán esta semana, iniciamos nuestro viaje a Valencia. Mario Herraiz, Juanma García Cámara y servidor nos ponemos a los mandos del RC F y el GS F, para llegar a medio día a Valencia y probar estos deportivos por los mismos tramos en los que días antes habíamos estado probando el nuevo Ford Focus RS.

El Lexus RC F es probablemente uno de los coupés deportivos, y de dimensiones contenidas, más confortables que hayamos probado. La calidad de rodadura es excelente, y en ello también ha influido que el subchasis delantero de este deportivo no haya sido heredado de la elección que hubiéramos considerado natural, el Lexus IS, sino de su hermano mayor, el Lexus GS. El aislamiento acústico del RC F y el GS F es excelente, incluso a velocidades de crucero realmente altas que solo deberías mantener en tramos sin límite de velocidad de Autobahn. Ideal para relajarnos escuchando buena música en un equipo Mark Levinson Premium Surround Sound, aunque nosotros preferimos la alternativa, la de deleitarnos con los rugidos guturales de su motor de ocho cilindros.

Y he aquí la dualidad de Lexus RC F y Lexus GS F. Ambos pueden cumplir con creces, como dos buenos y confortables coches de lujo, pero a la vez transformarse como el Doctor Jekyll y Mister Hyde cuando queremos disfrutar conduciendo, e incluso resultar altamente precisos y efectivos en circuito. Servidor ya ha tenido ocasión de probar a fondo a este Lexus RC F en Ascari, y Mario hizo lo propio con el Lexus GS F en el Jarama.

¿Y qué ha hecho Lexus para desarrollar esa dualidad entre confort y deportividad? Como ya sucediera en el antiguo Lexus LFA, los japoneses han diseñado un actuador que, instalado tras el salpicadero, intenta acentuar los sonidos mecánicos, de admisión y de escape, del motor, y que estos resuenen en el habitáculo. Esta función solo se activa en el modo más deportivo, el Sport+, y aunque en ocasiones pueda parecernos un poco artificial, especialmente a medio régimen, no camufla, ni eclipsa, el verdadero rugido de su motor de ocho cilindros. Según Lexus, el verdadero objetivo de este sistema era el de alcanzar un equilibrio entre el sonido de admisión y escape.

Al hilo de esa dualidad, también hemos de tener en cuenta que su cambio de ocho relaciones nos permitirá circular a velocidades de crucero legales – al filo de los 120 km/h – con el motor a poco más de 2.000 rpm, en el mayor de los silencios. No es el cambio más rápido y suave que hayamos probado, ni goza de un sistema sofisticado de doble embrague, pero cumple perfectamente con su papel, y ha sido diseñado para empujar con fuerza abajo y aprovechar el torrente de par desarrollado por estos motores de ocho cilindros, y ahorrar combustible en cruceros de autopista. Aunque hablar de consumos en un deportivo sea como preguntar a una dama su edad, hay que decir que a velocidades legales se pueden alcanzar registros en torno a los 9 litros/100 kilómetros. Si elevamos el ritmo, o exigimos un rendimiento mayor en un tramo revirado, o nos movemos por la urbe, el consumo se puede disparar prácticamente hasta donde queramos llegar.

Por otro lado, y aunque a priori ambos utilicen el mismo motor y la misma línea de escape, con muy pequeñas diferencias, nos percatamos de que tanto en el exterior, como en el interior del habitáculo, el sonido del Lexus GS F era algo más contundente (una diferencia sutil, pero existente) que el del propio RC F.

Una sonoridad y un carácter que, por desgracia, se está perdiendo con la irrupción de motores V8 turbo y el downsizing. La mejor prueba la tuvimos en las reacciones de algunos de los espectadores que acudieron al aeródromo de Requena, cerca de Valencia, para disfrutar de una serie de aceleraciones con las que los participantes del evento de 6to6 deleitamos a los allí presentes. Entre varios Nissan GT-R preparados extremadamente rápidos, pero con un sonido falto de carácter, el V8 de los Lexus RC F y GS F con los que acudimos sacó una sonrisa al personal, y no desentonaron demasiado entre algún Ferrari, y algunos Lamborghini.

Tal vez pienses que el Lexus GS F no será tan excitante de pilotar, a un ritmo alto, como el Lexus RC F. Nada más lejos de la realidad. El tacto de este inmenso sedán de 4,91 metros, su agilidad, y su rendimiento, no tiene nada que envidiar al de su hermano pequeño el coupé. De hecho, hasta cierto punto pensamos que el Lexus GS F bien puede ser el modelo que mejor se sitúa frente a sus rivales en el mercado, incluso a tenor de que máquinas como el BMW M5 ya gocen de 560 CV de potencia (83 CV más que el Lexus). Y es que Lexus ha conseguido que el GS F alcance un peso sobre la báscula excelente, de manera que con 20 centímetros de longitud adicionales respecto al RC F, más equipamiento, un buen trabajo de aislamiento acústico, etcétera, este sedán que marca 1.830 kilogramos en vacío solo pesa 35 kilogramos más que el coupé.

Nos bajamos del Lexus RC F, nos subimos al GS F, y la sensación que tenemos a los mandos de uno y otro no es demasiado diferente. Me sorprende muy gratamente como un sedán tan cerca de los 5 metros puede desenvolverse con tal soltura en tramos realmente complejos, y estrechos, de montaña. Probablemente ese no sea su hábitat natural, como sí lo serían tramos de rectas infinitas y curvas de radio largo en la Autobahn, para desayunar en Stuttgart, hacer unos negocios en Múnich, y regresar para el almuerzo a Stuttgart una vez más. Pero cumple.

Hay que reconocer que ambos han superado nuestras expectativas, con un chasis que tendrá aspectos más o menos positivos y, sobre todo, con un pequeño prodigio tecnológico llamado TVD.

El Lexus GS F (arriba) goza de una pantalla más generosa para su equipo de entretenimiento, y una interfaz basada en un selector parecido a un joystick. El Lexus RC F (abajo) goza de una pantalla más pequeña y una interfaz táctil, parecida al touchpad de un ordenador portátil. Del Lexus GS F nos ha gustado especialmente su head-up display, para mostrarnos el velocímetro e información relevante en el parabrisas y, sobre todo, sus faros adaptativos, un elemento de equipamiento que hace que cualquier viaje nocturno sea más agradable, confortable, y seguro.

En la imagen inferior puedes ver con más detalle cómo es el touchpad del Lexus RC F. Es una solución curiosa, y no inédita, en tanto también hemos visto interfaces similares en vehículos de la competencia, como el nuevo Audi Q7. En cualquier caso, hubiéramos preferido que esta solución combinase con un selector giratorio más sencillo, cómodo y preciso para navegar por el equipo de entretenimiento.

Olvídate de esa parafernalia que a menudo se comercializa como diferencial electrónico, o sistema vectorial de reparto de par, que habitualmente es un control de tracción y estabilidad perfeccionado para ofrecer un rendimiento más deportivo a un coche para todos los públicos, a costa de actuar sobre los frenos de una rueda para compensar la falta de giro en la opuesta. Lexus comercializa un sistema que, por su nombre, fácilmente podría llevarnos a confundirlo con estos otros dispositivos, el Torque Vectoring Differential, más conocido por sus siglas TVD. El TVD es de serie en toda la gama Lexus GS F, y en las líneas Luxury y Carbon Package del Lexus RC F, en el resto se emplea un diferencial Torsen convencional.

Si buscamos deportivos de tracción trasera que equipen un verdadero diferencial electrónico como el de Lexus, capaz de ajustar el reparto de par en el eje trasero en milésimas de segundo para alcanzar la máxima precisión, nos encontraremos con que en el mercado las opciones son realmente limitadas, y en la mayoría de los casos competen a deportivos con nombres como Ferrari o McLaren. Hablamos de un diferencial muy preciso, que es capaz de controlar la guiñada de nuestro Lexus para facilitarnos el paso por curva y compensar, en buena medida, algunos de los vicios adquiridos por el hecho de haber montado en el frontal un motor del tamaño y la masa de este V8 de 5.0 litros.

Por su arquitectura, estos dos Lexus van a tener cierta tendencia natural a salirse por la tangente, a subvirar. Y es ahí donde podemos disfrutar al máximo de las bondades del TVD, y del modo que personalmente más me gusta, el modo Slalom. En este modo el objetivo del diferencial pasa por ayudarnos a alcanzar el vértice de la curva, con suavidad y progresividad, sin empujones bruscos que nos sorprendan. Y en ese preciso instante nos percatamos de que gracias a este sistema Lexus ha conseguido que sus deportivos gocen de un paso por curva endiablado.

Aunque, como ya decíamos anteriormente, no sintamos esa brusquedad habitual en otros diferenciales para llevarnos hacia el vértice de la curva, rápido constataremos que sin necesidad de demasiado giro de volante, y algo más de presión sobre el acelerador que la puntita de gas que prudencialmente mantendríamos con un deportivo potente y de tracción trasera, el TVD nos ayuda a redondear las curvas. Y aunque sus tres modos, Standard, Slalom, y Track, ya trabajen para evitar el temido subviraje, el modo en el que más se aprecia su capacidad para devorar curvas es precisamente el modo Slalom.

Más allá de la efectividad de su diferencial electrónico, hemos de decir que los Lexus RC F y Lexus GS F aportan una confianza a un ritmo alto que cada vez es más difícil de encontrar en un mercado conquistado por los motores turbo. La confianza de tener absoluto control sobre el empuje del motor manteniéndonos a un régimen concreto de revoluciones, la confianza de que en ningún momento vamos a sentir que la trasera de nuestro coche nos adelanta por la derecha al abrir gas, salvo que ese sea nuestro objetivo y lo forcemos jugando con el cambio. La confianza que te llevará, incluso, a jugar con los controles de tracción, con el denominado Vehicle Dynamic Integrated Management (VDIM), que goza de modo Normal, Sport y Experto con ayudas limitadas, y Off sin ayudas.

Y es que desconectar ayudas, con un motor tan progresivo como este ocho cilindros, no es ninguna locura si recordamos que estamos conduciendo deportivos muy cerca de los 500 CV, y somos conscientes de las precauciones que hemos de tomar en el momento de liberarnos de esta «niñera» que en el día a día puede evitar que suframos un accidente. En esa sensación de seguridad también influye, y mucho, un buen neumático. Y los Michelin Pilot Super Sport que equipan los RC F y GS F que estamos probando gozan de unas prestaciones excelentes, especialmente manteniendo el contacto con el asfalto en curva, siempre y cuando nos hayamos asegurado de calentar muy bien el neumático antes de acercarnos a sus límites.

Nosotros lo tenemos claro. Con una solución diferente a la tomada por sus rivales en los últimos años, que han evolucionado hacia motores más pequeños turboalimentados, Lexus ha conseguido su objetivo, el de proporcionarnos un coupé de dimensiones contenidas, y un sedán deportivo de lujo, con unas prestaciones soberbias. En segundo lugar, tenemos dos productos que aportan mucha frescura, con un diseño que nada tiene que ver con el de sus rivales alemanes. Y es ahí donde precisamente nos encontramos con otra de las claves del Lexus RC F y el Lexus GS F, su atractivo estético.

Por último, nos han recordado por qué amábamos a los motores V8 atmosféricos, por qué los seguimos amando, y por qué esta solución sigue pareciéndonos la más adecuada para un deportivo. De este tema os seguiremos hablando en los próximos días, y emparejaremos al Lexus RC F con el rival a batir, el todopoderoso BMW M4 Coupé.

Y ante todo Lexus se ha desmarcado apostando en sus deportivos por una solución técnica inédita en su categoría, una solución que de verdad marca la diferencia en la conducción de Lexus RC F y Lexus GS F, su diferencial electrónico TVD. Una solución de la que, sinceramente, Lexus debería presumir mucho más.

Mientras tanto, ya estamos deseando conocer de primera mano cómo es el próximo deportivo con motor V8 de Lexus, el nuevo Lexus LC 500. Y creedme, muy pronto os traeremos buenas nuevas al respecto de este último.

Fotografía: Juanma García Cámara

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