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David Villarreal

En 2007 comenzaba su andadura en los medios en internet y en el mundo del motor. Dos años después David se unía a uno de los proyectos incipientes de la prensa del motor, el de Diariomotor.

Desde entonces, ha conseguido lo que en sus propias palabras ha sido "hacer que su pasión sea su trabajo", conduciendo, viajando, escribiendo, y siendo testigo de una de las épocas más agitadas para la industria del automóvil.

David Villarreal desempeña la Dirección del Equipo Editorial de Diariomotor.

Conociendo a David Villarreal

¿Cómo empezó tu pasión por los coches? ¿Cuál fue el primer coche que te llamó la atención?

Desde muy pequeño siempre supe que quería estar rodeado de coches. Me fascinaba pasar por delante de un taller y ver todos aquellos coches, de todo tipo, y de todos los colores, hasta el punto de envidiar y desear algún día el trabajo de los mecánicos, que tenían la suerte de conocer lo que se escondía debajo del capó de un automóvil y haber hecho de ello su profesión.

Nunca olvidaré aquella vez que, durante unas vacaciones en la playa, tuve la suerte de encontrarme con una concentración de Ferrari en la que brillaba con luz propia un flamante Ferrari Testarossa. Ni tampoco aquellas interminables tardes jugando con mis coches en miniatura, o sintiendo la velocidad jugando al Scalextric.

¿Qué marcas o modelos de coches tienen un lugar especial para ti y por qué?

Durante meses, mis padres se las habían ingeniado para organizarme planes con la familia y, mientras tanto, construir en el más absoluto de los secretos un circuito permanente de Scalextric, con dos niveles de altura, y el tamaño de una cama de matrimonio, con curvas amplias, pero también cerradas, chicanes, cambios de rasante, cruces de vías. Y cómo olvidar la ilusión, realmente mayor la de mis padres, que la mía, al llegar el día de mi cumpleaños y encontrarme con aquel espectáculo sin saber ni cómo empezar a disfrutarlo.

Allí estaba también un precioso Porsche 911 que no tardaría en convertirse ya no solo en la miniatura preferida de mi Scalextric, sino en mi coche favorito. Aquella silueta plagada de curvas, sus faros redondos, la descompensación del modelo de Scalextric que hacía, tal vez en un alarde de realismo, que sobrevirará en todas las curvas, pero también fuera fácilmente controlable.

Hasta nuestros días, el Porsche 911 se convertiría en mi coche fetiche. Y la experiencia de los años me hizo valorar aún más un deportivo que, gracias al trabajo de los mejores ingenieros, lleva sesenta años siendo el referente de la deportividad a pesar de montar el motor en el lugar equivocado.

Háblanos del coche que tienes actualmente o de aquellos que has tenido en el pasado. ¿Hay alguna historia o recuerdo particular que puedas contar respecto a alguno de ellos?

Aún corriendo el riesgo de sentirme demasiado viejo, no puedo evitar recordar el coche con el que aprendí a conducir. Un coche de otra época. De cuando el sedán aún estaba de moda. De cuando los diésel, sí, gastaban poco, pero eran muy lentos y pesados. Un Ford Orion diésel, y atmosférico, que encajaba más con un padre de familia al volante, que para un chaval con los dieciocho recién cumplidos.

Durante muchos años estuve deseando un roadster alemán, y sencillamente por su diseño, siempre quise que fuera el más bello que haya existido desde finales de los años noventa, el BMW Z3. En el proceso de búsqueda de ese coche de capricho valoré otras opciones, otros roadster, a ser posible alemanes y con un motor no necesariamente potente, pero sí grande, aunque lo uno realmente lleve a lo otro. Y esa búsqueda me llevó al Mercedes SLK R171, otro de los roadster más bellos de este siglo.

El hecho de ser el último descapotable de Mercedes-Benz que se comercializó con un motor de seis cilindros en uve y cambio manual hizo que me decidiera por esta opción, y por un deportivo cuyo motor ofrece muchas gratificaciones, que aún sigo teniendo la suerte de disfrutar.

Elige un único coche que de ninguna de las maneras debería faltar en tu garaje ideal

Sin duda ese sería un Porsche 911.

Respecto a qué generación dependería mucho de mis circunstancias. Si en lugar de un 911 pudiera tener dos, al menos uno de ellos sería un clásico de los años setenta o los ochenta. Si el dinero no fuera un problema, y como soñar es gratis, por qué no un Carrera RS 2.7. También podría ser un 964 Turbo.

Pero como no hay nada mejor que tener el coche de tus sueños, y poder utilizarlo a diario, probablemente no me conformaría sin un Porsche 911 997 en mi garaje, un deportivo que ya tiene sus años, con una imagen imponente, pero que no deja de ser un coche moderno, con todo lo que ello conlleva en términos de confort y seguridad.

¿Qué opinas de la cultura automovilística actual, especialmente de las comunidades y eventos que la rodean? ¿Participas activamente en alguno de ellos?

A menudo tendemos a pensar que la cultura automovilística está en declive. Pero basta salir un sábado, o un domingo, y contemplar el ambiente que rodea a las carreteras que suelen frecuentar los aficionados al automóvil para comprobar que la pasión por los coches sigue muy viva.

Mi comunidad favorita es, sin duda, 8000vueltas. No solo son muy buena gente, sino también unos auténticos entusiastas de los automóviles que a lo largo de muchos años, y con mucho esfuerzo, han conseguido crear una de las comunidades más sanas del panorama nacional.

Gran trabajo también el que está haciendo la comunidad de RoadStr, con la que siempre que puedo trato de encontrar un hueco para acudir a algunos de sus eventos.

Con el auge de los vehículos eléctricos y autónomos, ¿cómo ves el futuro de los coches? ¿Crees que estas tecnologías mejoran o empeoran la experiencia de conducir?

Considero que la llegada y la transición hacia el coche eléctrico es deseable y necesaria. Y aunque considero que el automóvil eléctrico y la evolución tecnológica de los coches modernos nos llevan a que se pierda el encanto de conducir un automóvil menos asistido, y de combustión interna, sigo pensando que las ventajas del eléctrico lo compensan. Asumiendo que, por desgracia, no somos tantos los que aún valoramos esa experiencia de conducción, y sí factores como el confort.

Lo único que espero y deseo es que esta transición hacia el coche eléctrico no acabe con la posibilidad de seguir disfrutando de los coches de antaño, que son aquellos que a muchos, entre los que me incluyo, nos hacen sonreír y disfrutar conduciendo. Tras el caballo y el carruaje llegó el automóvil. Tras el automóvil de combustión interna llegó el eléctrico. Me gustaría seguir montando en mi caballo.

Mi mayor preocupación con respecto al coche eléctrico no reside en que acabe con la combustión interna, ni con la posibilidad de poder seguir disfrutando los coches de otras épocas. Sino que la llegada del coche eléctrico acabe con el acceso al automóvil de que ahora disfrutábamos todos los ciudadanos, independientemente de la clase social.

¿Cuáles crees que son algunos de los retos a los que se enfrenta la industria del motor hoy en día?

No tengo ninguna duda, China será el factor que marque el devenir de la industria en los últimos años.

Durante años hemos considerado, con razón, que el producto fabricado en China era pobre, en términos de calidad, e inseguro. Pero, mientras Europa discutía cómo proceder a la transición al eléctrico, China actuaba erigiéndose en líder de la tecnología que requieren los coches eléctricos, aprendiendo de la industria del automóvil occidental y construyendo en tiempo récord una industria que ya no solo puede competir con la europea en el aspecto económico, el del precio, sino también en calidad, innovación y tecnología.

Europa tiene muchas tareas pendientes. No solo la de reducir su dependencia de la tecnología china, sino también la de propiciar un desarrollo de la industria del automóvil y de la transición hacia el coche eléctrico accesible para todos. De otra forma será China la responsable de crear el próximo "coche del pueblo europeo".

¿Cuál crees que es el futuro de Diariomotor en relación con la evolución de la industria?

Diariomotor debería seguir siendo el referente que es en información del motor, ya no solo analizando las novedades de la industria, sino también trasladando a nuestros lectores la reflexión concienzuda, y desde todos los puntos de vista posibles, de los grandes cambios a los que asistiremos en los próximos años.

Y si existe algún mínimo reducto que siga permitiendo el coche pasional, que existirá, mantener viva la llama de la cultura automovilística y trasladar a nuestros lectores la misma pasión que sentimos mientras llevamos a cabo nuestro trabajo.

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