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Comer hamburguesas y salchichas provoca cáncer, pero no más que las emisiones de los diésel

Al menos eso es lo que demuestran las investigaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En uno de sus últimos informes, la OMS establece una conexión inequívoca entre el consumo de carnes procesadas (por ejemplo salchichas, hamburguesas y embutidos con tratamiento industrial, que no es lo mismo que adquirir una pieza de carne y transformarla en hamburguesas en casa) y el riesgo de sufrir más de una docena de cánceres diferentes. De los 800 estudios diferentes en los cuáles han hallado esa conexión, la OMS asegura que consumir una porción de 50 gramos diarios aumenta el riesgo de sufrir cáncer de colon en un 18%. Eso no es todo, el consumo de estas carnes procesadas podría ser responsable de 50.000 muertes por cáncer al año todo el mundo (ver informe de la OMS). Pero, ¿cuáles son los riesgos a los que nos enfrentamos por el consumo de diésel?

El número de fallecimientos que se producen cada año por cánceres relacionados con el consumo de carnes procesadas es muy inferior al que se estima por las emisiones de los diésel.

El diésel es responsable de algunos de los agentes contaminantes más peligrosos para la salud. Y cuando hablamos de diésel, no solo hemos de fijarnos en el utilizado por nuestros turismos – que ya es culpable de una parte importante de la contaminación de nuestras ciudades – sino también del utilizado por vehículos industriales, por la industria, y por los sistemas de calefacción de hogares y negocios.

Entre los agentes más peligrosos, derivados de la combustión del diésel, los famosos NOx del caso de los TDI de Volkswagen y las partículas suspendidas en el aire, que son especialmente peligrosas y han sido asociadas a diferentes casos de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, incluido el cáncer de pulmón. De ahí que tanto el NOx, como las partículas, hayan sido objeto de la lucha que autoridades (con normativas de emisiones) y fabricantes (con nuevos sistemas anticontaminación) han librado en los últimos años para reducir de manera notable su influencia (ver guía de calidad del aire de la OMS).

Según la OMS, 200.000 personas fallecen cada año en el mundo debido a cánceres derivados de la polución en el aire. De ahí que sea tan importante seguir abogando por mejorar aún más la tecnología de los motores de combustión, y limitar al máximo las emisiones generadas por estos motores, ya sea en tráfico rodado, en la industria, o en calderas del hogar.

En cualquier caso, ni las carnes procesadas, ni los diésel, son los mayores «asesinos» con los que convivimos a diario. La OMS estima que el número de fallecidos por cánceres relacionados con el tabaco en todo el mundo es de 1 millón de personas al año. El alcohol tampoco está demasiado lejos de esas cifras, con 600.000 fallecimientos al año (ver monográfico de la OMS).

Fuente: OMS
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