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5 razones y un Ferrari para demostrar que los superdeportivos cabrios no solo sirven para vacilar

Fue la noticia de ayer. Muchos medios anticipaban que sería el día en que se presentaría la versión de altos vuelos, aún más rápida y potente, del Ferrari F12 Berlinetta. Pero para verlo es probable que aún tengas que esperar unos meses, hasta finales de año. En cualquier caso, la sorpresa de ayer – el nuevo Ferrari 488 Spider – retoma uno de los grandes dilemas. ¿Descapotar un superdeportivo significa sacrificar sus prestaciones, ver reducido su potencial como deportivo propiamente dicho? ¿Significará rendirse al papel del deportivo como coche para vacilar y poco más? Ni mucho menos. Y este nuevo Ferrari 488 Spider es el mejor ejemplo.

1. Pesará más, pero no tanto como te imaginas. La diferencia de pesos entre un Ferrari 488 Spider y un 488 GTB es de 50 kilogramos. El Spider sigue siendo más pesado, pero dentro de unas cifras muy aceptables si tenemos en cuenta que requiere de un dispositivo para abrir y cerrar su capota, y toda una serie de refuerzos de chasis para compensar la pérdida de uno de los elementos más críticos en la rigidez estructural de un coche, su techo. Esa diferencia de pesos, para entendernos, es equiparable a llevar su depósito de gasolina medio lleno o medio vacío. Sin más.

Su relación entre peso y potencia cae a 2,12 kilogramos/CV, frente a los 2,04 kilogramos/CV del 488 GTB. Su distribución de pesos, entre ejes, es exactamente la misma: 41,5% sobre el eje delantero y 58,5% sobre el eje trasero.

2. Un 2×1. Es coupé y roadster a la vez (si estás en PC, pasa el cursor por la imagen superior para abrir y cerrar el techo). Su capota rígida hace que en 14 segundos pueda transformar su diseño, de agresivo coupé biplaza con unos evocadores apéndices aerodinámicos que fusionan su spóiler trasero con el techo, a un auténtico roadster extremadamente potente. 14 segundos, ni uno más, ni uno menos. Algún neófito, que lo vea con la capota cerrada, ni se imaginará que este Ferrari 488 Spider es descapotable.

3. Sus prestaciones son exactamente las mismas (o casi). Da igual que te lo compres coupé o Spider, tanto el Ferrari 488 Spider, como el 488 GTB, aceleran de 0 a 100 km/h en 3,0 segundos. La velocidad punta se ve reducida levemente a 325 km/h (-5 km/h). Una diferencia mínima, como la que se aprecia en otras métricas. De 0 a 200 km/h tarda 8,7 segundos (+0,4 segundos), de 0 a 400 metros tarda 10.55 segundos (+0,1 segundos) y de 0 a 1.000 metros unos 18.9 segundos (+0,2 segundos). Son diferencias insignificantes.

4. El Ferrari 488 Spider gozará de la misma rigidez estructural que el 488 GTB. Al menos es lo que dice Ferrari. Su chasis y su estructura se han reforzado con nuevos elementos de aluminio y magnesio que compensen la pérdida de rigidez que supone eliminar el techo en un coche. Un dato que refuerza aún más el hecho de que, con todos esos refuerzos, el peso solo haya aumentado en 50 kilogramos.

5. Es tan impresionante, o más, que un 488 GTB (si estás en PC, pasa el cursor por la imagen superior para mostrar el 488 Spider azul y el 488 GTB rojo). Aún con la capota cerrada, el Ferrari 488 Spider difiere notablemente en algunos detalles con respecto al 488 GTB. En lugar de la luneta trasera acristalada, que nos deja contemplar el esplendor y la espectacularidad del motor V8 Turbo de este deportivo, el 488 Spider goza de un receptáculo cerrado en el que se pliega la capota. Ese receptáculo está flanqueado por dos apéndices aerodinámicos, que a su vez hacen las veces de columnas de seguridad en caso de vuelco.

El Ferrari 488 Spider también dispone de una luneta trasera practicable con tres posiciones, y prescinde del pequeño cristal triangular que veíamos en el pilar trasero del 488 GTB.

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