Solo el titular ya es para pensarlo un rato, porque Nigel Mansell y Fernando Alonso no son precisamente contemporáneos. Llevar a un señor de pasajero en un F1 no es nada del otro mundo, pero hubo un evento muy espectacular para el público, y para quien pagaba por subirse, en el que se hizo una carrera con F1 biplazas. En esta ocasión, en el circuito de Donington Park, Nigel Mansell pilotaría un Minardi biplaza para llevar a un millonario hombre de negocios, Jonathan Frost, que pagó 50.000 libras por sentarse tras el León. El resto de pilotos en tan singular carrera fueron Paul Stoddart, que llevaba a la cantante Kelis, Fernando Alonso con la comentarista de la ITV-F1 Louise Goodman, Alex Yoong con Des Kelly, del Daily Mirror, y Tarso Marques con Shane Lynch. Y como diría el maestro Villadelprat, con Mansell siempre había espectáculo.
Aunque está claro que es una cosa rara, no me quiero ni imaginar qué debió de pensar el pobre Jonathan Frost, que se llevó una experiencia de carrera irrepetible (hablamos nada menos que de Nigel Mansell al volante), con accidente leve incluido. Esto no lo tiene cualquiera. Afortunadamente nadie salió herido, y la carrera terminó con Stoddart vencedor, Mansell segundo, Alonso tercero, Yoong cuarto y Marques retirado por problemas mecánicos. Como la vida misma. Como causa probable del accidente, se apuntó a que Alonso habría aflojado al entrar en la recta de meta en esa última vuelta, y Mansell se lo tragó. Menos mal que era una carrera benéfica.
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