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Cascos históricos: Alex Wurz

Alex Wurz pertenece a una estirpe de piloto de otra época, una estirpe que duró apenas unos años en la década de los 90, de aquellos que llegaron a la Fórmula 1 tras haber pasado por el mundo de los turismos. Entre ellos se encuentran otros nombres conocidos como Giancarlo Fisichella o Juan Pablo Montoya. Puede que por eso tuviera una forma de pilotar tan característica. Se trata del último austríaco en subirse al podio en la categoría reina pero también es el hombre más joven en ganar las 24 horas de Le Mans -carrera que ha ganado en dos ocasiones-.

Hay cascos que pasan a la historia por sus simples pero elegantes diseños. Otros lo hacen por ser especialmente laureados y los hay que se recuerdan por pertenecer a grandes estrellas del deporte, más allá del diseño o de los éxitos que llegaran -aunque hay que reconocer que un piloto popular suele tener un cierto grado de éxito-. Alex Wurz consigue ser único en ese sentido también ya que en la Fórmula 1 no pasó de un puñado de podios.

El casco de Wurz es recordado por ser mucho más llamativo que sus contemporáneos. El del Austríaco usó como uno de los puntos clave los colores de la bandera de su país; el rojo y el blanco, aunque de una forma más abstracta y que no recordaba a la bandera en sí misma. Pero por otra parte, la zona inferior del casco adoptó colores amarillos, azules oscuros y verdes. Mientras tanto, la parte superior adoptó el azul tan común en la época aunque una vez más, con un toque distinto en forma de picos en lugar de un simple círculo.

Pero uno de los motivos por los que Wurz y su casco son conocidos es porque el ex-piloto de Fórmula 1 los pinta él mismo. El actual miembro de la escuadra de Toyota en el WEC recibe los cascos, los desmonta y prepara de forma especialmente meticulosa su propio diseño. Pasando por las etapas de diseño, muestra inicial en un papel, desmontado de casco, pintura -en varias etapas- y lacado, se prepara ‘sus propias armas’.

El casco de Alex Wurz ha ido cambiando ligeramente a lo largo de los años, con los tonos de los colores amarillo, verde y azul volviéndose más claros. Lo que antes era azul marino, hoy en día es prácticamente azul celeste mientras que el verde que recordaba al British Racing Green es ahora un color tirando a pastel. Un cambio importante a nivel visual aunque el diseño se mantiene prácticamente igual.

De hecho, este diseño data de la época en la que Wurz estaba empezando en los monoplazas así que ya se le vio usarlo en la Fórmula 3 primero y en el ITC más adelante. Precisamente en esa corta época en los turismos, el piloto austríaco llegó a competir con un Opel que usaba la decoración de su casco extendida a todo el coche, dando como resultado un coche que puede gustar más o menos pero que era muy visible.

Aunque durante buena parte de su carrera deportiva -antes y después de la Fórmula 1-, Wurz ha estado en coches cubiertos, la personalidad de su diseño siempre ha llamado la atención. Aunque el casco resultaba mucho más colorido que sus contemporáneos en la Fórmula 1, no llega a los minúsculos detalles de los cascos de hoy en día, lo que hace que sean menos identificables desde la distancia. Casi podría decirse que es un diseño a medio paso entre los cascos tradicionales y los de hoy en día… ¡pero funciona!

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