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La IndyCar compensa la espera con un gran final en Texas

Once semanas después de que se pospusiera la cita en el óvalo de Texas Motor Speedway la IndyCar Series retomó su carrera más larga de la temporada con total éxito. El certamen de monoplazas ofreció a los aficionados exactamente lo que de él se espera en un óvalo rápido, con una parrilla igualada y pilotos de talento: adelantamientos constantes, vehículos en paralelo y accidentes no muy graves, suficientes para reagrupar el pelotón sin alargar los parones.

Cuando Josef Newgarden y Conor Daly protagonizaron su tremendo accidente el pasado mes de junio al frente se encontraba James Hinchcliffe. Por lo tanto fue el canadiense quien disfrutó de la curiosa pole para esta media carrera y el piloto de Sam Schmidt Petersen demostró tener ritmo de sobra para optar al triunfo durante toda la prueba. Pero como él, casi media docena de pilotos, lo que nos permitió disfrutar de duelos espectaculares.

Finalmente el gato al agua fue para Graham Rahal en su primera victoria de la temporada al lograr aventajar por un morro a Hinchcliffe, mientras que Tony Kanaan y Simon Pagenaud se debieron conformar con el tercer y cuarto puestos pese a estar metidos de lleno en la pelea a pocos metros del final. Ese resultado del francés es extraordinario de cara a sus aspiraciones al título, pues coincidió con el peor resultado de Will Power en tres meses, una octava posición tras Castroneves, Kimball y Muñoz, quedando Montoya justo tras su compañero de equipo.

Ello deja la diferencia entre Pagenaud y Power en 28 puntos con más de 150 aún en juego. Serán por lo tanto las carreras ruteras de Watkins Glen y Sonoma, que vuelve a valer doble, las que decidan quién se adjudica la corona de la IndyCar Series 2016.

Foto | IndyCar Series

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