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Coches de competición para recordar: Marcos

Fundada en 1959 por Jem Marsh y Frank Costin -hermano mayor de Mike Costin, uno de los fundadores de Cosworth-, Marcos empezó de forma humilde como constructor británico con una idea para utilizar contrachapado para la construcción de los chasis. Poco a poco fueron entrando en el mundo de las carreras, incluso a través de sus cambios de propietarios, llegando a participar en varias ocasiones en las 24 horas de Le Mans en varias décadas distintas.

Marcos GT – Gran Turismo

La denominación GT es usada por Marcos para prácticamente todos los coches que se diseñaron y fabricaron hasta la llegada del Mantis en 1970. Aunque en realidad hubo varios modelos distintos al cambiarse los motores, todos ellos comparten un ADN común. Inicialmente el coche se fabricó partiendo de la idea inicial de los chasis de madera, usando motores Rover. Más adelante acabaron existiendo versiones con chasis de acero y motores Ford. En el mundo de la competición, pilotos como Jackie Stewart y Jackie Oliver comenzaron sus carreras deportivas con los Marcos GT.

En un principio, los GT se prepararon para competir en carreras de club, con pocas aspiraciones a convertirse en luchadores internacionales. Con el paso de los años, los coches fueron recibiendo la homologación FIA y compitiendo en categorías de mayor nivel, aunque su principal foco de atención fueron siempre las carreras locales en Gran Bretaña. A finales de los 70, aún había varios Marcos GT compitiendo en algunas categorías e incluso Jonathan Palmer llegó a ganar el Modsport Championship en 1977. Hoy en día siguen en activo en carreras de coches históricos.

Tras nueve años con la producción parada, el GT volvió en 1981 y en 1983 evolucionó a su nueva forma de Mantula, apenas el mismo coche pero con motorización distinta. Este recibió también una versión Spyder y al final de su vida, un nuevo modelo llamado Martina, que en realidad era prácticamente igual al Mantula aunque con algunas pequeñas diferencias principalmente estéticas. La producción se mantuvo en el caso del GT original hasta 1992, mientras los modelos derivados no dejaron de fabricarse hasta 1993, cerrando una historia de treinta años de vida.

Mini Marcos – Gran Turismo

El Mini Marcos tiene una historia curiosa al haber partido de un diseño original de un coche llamado Mini DART… sin ser el único. De esta forma, el Mini DART dio a luz a varios proyectos con un aspecto muy similar: el Mini Marcos, el Mini Jem y el Taylorspeed Jem. La realidad es que todos ellos son prácticamente iguales, excepto los Taylorspeed, con diez unidades hechas a manos y altamente personalizadas para cada cliente, lo que hace que a nivel estético no se parezcan tanto.

Con un motor de 1.300 centímetros cúbicos y cuatro cilindros en línea y un peso total de apenas 476 kilogramos, el Mini Marcos no parecía ser el mejor coche para lanzarse al mundo de las carreras. Pero lo hizo y compitió en las 24 horas de Le Mans de 1966. El coche fue inscrito dentro del equipo privado capitaneado por Jean-Louis Marnat, uno de los dos pilotos del coche junto a Claude Ballot-Léna, piloto francés que llegó a competir en la NASCAR años después.

El Mini Marcos fue el único coche fabricado en el Reino Unido que finalizó la carrera, en décimo quinta y última posición. El coche siguió compitiendo de forma semi regular hasta 1971, subiéndose a lo largo del camino al podio en varias ocasiones aunque jamás logró una sola victoria. Para Marcos, que acabó inscribiendo su coche de forma oficial en algunas carreras, era el inicio de una relación algo más estrecha con el mundo de la competición que les vería evolucionar como marca.

Marcos XP – Sport-Prototipo

Tras la experiencia en las carreras y en Le Mans con el Mini Marcos, la marca británica se marcó como objetivo volver a la carrera de resistencia más importante del mundo con garantías de luchar por la victoria. Para ello, empezó el desarrollo de un auténtico Sport-Prototipo como los Ford GT40 o los Ferrari 330 P… pero siempre siendo fiel a su estilo. En Marcos primaba la ligereza del conjunto, de manera que la carrocería se construyó en fibra de vidrio y los «cristales», en polimetilmetacrilato. El resultado era un coche de aspecto imponente.

El propulsor que empujaba el ligero prototipo XP -oficialmente llamado Mantis pero… sin tener nada que ver con el Mantis más conocido- era un Repco V8 proveniente del equipo Brabham de Fórmula 1, con unos 400 caballos de potencia. El coche realizó sus primeras pruebas y mostró un gran potencial, con un equipo que estaba entusiasmado y veía las 24 horas de Le Mans como una oportunidad. Pero antes de llegar a Francia, el debut se produjo en los 1000 kilómetros de Spa-Francorchamps.

Con una lluvia torrencial cayendo sobre el circuito belga, se confirmaron los peores temores de Dennis Adams, que había pedido una sola pieza de plástico para cubrir el habitáculo. Puesto que conseguirlo suponía un trabajo extremadamente complejo, se había optado por varias piezas pero las juntas no eran herméticas y el agua se filtraba por todas partes. El coche tuvo que retirarse tras hacer un agujero en el suelo del coche para evacuar agua pero con el motor que amenazaba con ahogarse. El proyecto perdió inercia tras ese primer fracaso y no volvió a competir. Fue restaurado en 2008.

Marcos Mantis – Gran Turismo

El primer Marcos Mantis se diseñó y fabricó en 1968 de forma puntual, con la producción quedando retrasada hasta 1970. A pesar de todo, ese modelo inicial que compartía elementos de su aspecto con el espectacular Marcos XP tiene poco que ver con el Mantis estrenado en 1997, más allá de haber usado el nombre como referencia a su pasado. El nuevo Mantis montaba un motor Ford V8 de 4.600 centímetros cúbicos, dando unos 500 caballos de potencia. Suficiente como para atreverse a tomar parte en competición.

Una vez más, el ideal de Marcos mantuvo el peso muy por debajo de lo esperable, con la versión de competición del Mantis pesando 950 kilogramos. Con estos coches se organizó una copa monomarca de la mano de Dunlop pero la inscripción fue relativamente pequeña. Afortunadamente, los Mantis fueron aceptados en 1998 en otros campeonatos como el británico y el francés de GT’s en las categorías de GT2 y GT3 respectivamente. En Francia llegó la primera victoria pero la alegría duró poco.

Las copas monomarca para los Mantara duraron poco tiempo y tras dos años, en el 2000 no llegó la esperada tercera edición del certamen. Aún así, los coches siguieron compitiendo en otros campeonatos. En el anecdotario, por lo menos uno de los 38 Mantara Challenge fabricados fue modificado para poder circular por carretera de forma legal. Su carrera deportiva tocó a su fin en líneas generales cuando Marcos fue vendida a Eurotech, aunque algunas unidades siguieron en el Britcar durante bastantes años.

Marcos Mantara – Gran Turismo

Pero el verdadero retorno de Marcos a las carreras tras la sequía de los años 70 y 80 se dio con el Mantara. Partiendo de la base del mencionado modelo, Marcos presentó en 1993 su versión de competición con la intención de volver a Le Mans. El LM500 le dio la primera alegría a Marcos en 1994, con una victoria en el campeonato británico de GT’s. Sabiendo que esta vez sí tenían un coche ganador, la marca no reparó en gastos y al año siguiente Marcos se imponía finalmente en un campeonato al triunfar en Gran Bretaña.

Los coches fueron también a Le Mans en 1995 aunque los resultados no fueron los esperados. Uno de los coches se retiró con problemas eléctricos, mientras que el otro consiguió llegar a meta pero lo hizo a 114 vueltas del ganador y en penúltima posición -dentro de los coches que terminaron-. Los años trajeron la espectacular versión final del Mantara, el LM600 que repitió en el 2000 el título del británico de GT’s en el que se habían impuesto no solo en 1995, sino también en 1996.

El Mantara siguió en activo durante muchos años, con un paso por el Campeonato de España de GT’s donde se convirtió en uno de los coches más populares. El último modelo de carreras de Marcos terminó sus días corriendo con Cor Euser en el certamen holandés de GT’s, ganando en 2002 y 2004, antes de hacerlo ya después de cerrar la marca, en 2009. Fue un éxito emotivo, llegando en el 50 aniversario de la fundación de la marca, y lo último que hizo en competición.

El 9 de octubre de 2007, Marcos Engineering -nuevo nombre de la empresa, refundada en 2002- cesó toda su producción y entró en liquidación voluntaria tras llegarse a un punto en el que la marca no conseguía sacar ningún beneficio y con cada vez más deudas, el único camino fue cerrar las puertas. Desafortunadamente, nadie tomó las riendas y la marca llegó a su fin hace poco más de nueve años. El ciclo natural se cobra sus víctimas y aunque con el paso de los años es lógico que algunas marcas dejen de existir, no es por ello menos triste.

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