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Barcelona se salta el guión y produce un fin de semana de Fórmula 1 apasionante

A veces hay que hacer las cosas al revés así que después de un fin de semana apasionante a varios niveles, empezamos con la conclusión: Liberty Media empieza con buen pie su reinvención de la Fórmula 1. Es posible que la experiencia sea parecida desde casa pero in situ la zona para los espectadores ha cambiado de forma importante con la inclusión de varias actividades para el público. También hay cambios en el paddock aunque estos son bienvenidos sobre todo por parte de la «población» de la Fórmula 1 que consta de trabajadores y VIP’s varios. Pero incluso el Gran Premio de España se saltó el guión habitual de carrera monótona y aburrida y trajo un buen espectáculo. ¿Pasa la prueba la nueva Fórmula 1? Por lo menos se merece el aprobado y la confirmación de que el camino que se está tomando es el adecuado.

Liberty Media y la nueva Fórmula 1

Si había algo que se criticaba de la experiencia del espectador en la Fórmula 1 era lo excesivamente tradicional del programa y lo poco atractivo que podía resultar como paquete, dependiendo casi exclusivamente de que hubiera una carrera interesante para resultar memorable. Liberty Media ha cambiado las reglas del juego y aprovechando lo que hay en el gran circo así como lo que no hay, consiguen tener un producto emocionante incluso antes de llegar a la salida de la carrera. Se mantienen las tiendas y el ambiente general, el circuito añade decoraciones con fotos de los pilotos y hay hasta una tirolina para que los aficionados puedan disfrutar más allá de el visionado de la acción en pista.

Aunque seguramente los mayores cambios se producen en el paddock, donde los contratos comerciales de la Fórmula 1 traen entre otras cosas un bar patrocinado por Heineken donde se sirve cerveza sin alcohol durante todo el día y con alcohol de noche. También llega un undécimo equipo a la categoría reina que hará recordar otros tiempos a los más veteranos. Los dos biplazas del «equipo» F1 Experiences forman parte de una estructura técnica y logística dirigida nada más y nada menos que por Paul Stoddart, lo que junto a sus pilotos -Patrick Friesacher y Baumgartner- convierte el equipo biplaza en una especie de resurrección de Minardi. Eso sí, de momento a los biplazas -con fabuloso motor V10- sólo pueden subirse invitados y VIP’s. Es un primer paso.

Mercedes y Ferrari… de momento

En las primeras carreras de la temporada, Mercedes y Ferrari han sido los principales protagonistas con batallas entre Lewis Hamilton, Sebastian Vettel, Valtteri Bottas y Kimi Räikkönen. Excepto el último, los demás han ganado por lo menos una carrera, repartiéndose dos a favor del británico y dos a favor del alemán con una para Bottas. La dinámica «bipartidista» que fue tan común en las últimas décadas y que parecía haberse perdido en los últimos años vuelve con fuerza y si nos fiamos de lo visto en Barcelona, Mercedes y Ferrari siguen estando en un pañuelo. Lo más destacado es seguramente la enorme ventaja entre los dos primeros clasificados hoy en el Gran Premio de España y todos los demás pilotos. Hamilton y Vettel doblaron a todos los pilotos excepto a Ricciardo, tercero pero no muy lejos de los dos titanes.

Este, junto a la distancia de un minuto y quince segundos con respecto a Ricciardo, es un dato demoledor que demuestra la enorme ventaja de los dos mejores monoplazas de la temporada 2017 respecto a sus rivales. Sí, en la sesión clasificatoria Daniel Ricciardo y Max Verstappen no estuvieron tan lejos pero en carrera se mostraron comparativamente más frágiles -por lo menos el Red Bull superviviente- y prácticamente parece que haya dos categorías distintas en la Fórmula 1 actual. En comparación con los coches de la zona media, los candidatos al título parecen imbatibles y una vez llegado el primer gran paquete de mejoras de Red Bull sin éxito excesivo, es difícil imaginar que cualquier equipo pueda lograr batir a los «cuatro fantásticos». La Fórmula 1 de 2007 y 2008 parece estar de vuelta en todo su apogeo.

Coches que corren, motores que frenan

Desafortunadamente -para los aficionados locales, por lo menos-, los pilotos españoles no están en posiciones destacadas y la ocasional presencia de Carlos Sainz entre los diez primeros es todo lo que se consigue en cuanto a éxito de los hombres de la rojigualda. Por si a alguien le quedaba alguna duda, este fin de semana Fernando Alonso dejó claro que el chasis del McLaren funciona muy bien. Puede que no sea el mejor del campeonato y como mínimo los Mercedes y Ferrari son mejores pero para clasificar séptimo en la sesión clasificatoria como hizo el asturiano hay que tener manos y máquina. Las velocidades punta de los dos McLaren Honda el sábado fueron las peores de entre los veinte participantes, con un significado más que evidente. El coche no corre, el motor le frena.

Otras máquinas sí funcionan mejor, como el Toro Rosso de Carlos Sainz, hecho que permite al madrileño lucirse y pelear por meterse en los puntos. Siendo realistas, en el Gran Premio de España tuvo un momento de desconexión cerebral al intentar adelantar a Kevin Magnussen por el lado derecho del carril de aceleración del pit-lane y quejarse por radio de que había sido echado de pista… pero por lo general, su rendimiento en pista es excelente y ello hace que se esté ganando no poca fama. Y no son pocos quienes le pretenden para un volante más competitivo de cara a 2018… sería un sueño para el hijo del bicampeón del mundo de rallyes pero por ahora aún tiene que centrarse en 2017 y sacarle el máximo partido a su coche. Por lo menos este no tiene un motor del año anterior.

Una clase media salvaje

Los equipos que están funcionando bien están claros, como también aquellos que lo están pasando mal o están por debajo de las expectativas. ¿Qué pasa entonces con la zona de mitad de tabla de la Fórmula 1? La realidad es que en Barcelona, primer lugar donde los equipos traen sus primeros grandes paquetes de mejorías, la «clase media» se ha mantenido como algo espectacularmente duro. Los Red Bull pueden estar en una especie de tierra de nadie pero prácticamente no hay diferencia entre los demás equipos. Sí, un Williams va a estar generalmente en el top 10 y un Sauber raramente va a lograrlo… pero ocasionalmente las cosas pasan y eso sólo es posible gracias a las mínimas diferencias que hay entre los Force India, Renault, Williams, Haas, Toro Rosso, Sauber y McLaren.

Es todo parte de esta «nueva» Fórmula 1 que sería increíble en términos de igualdad si los Mercedes, Ferrari y Red Bull en menor medida no estuvieran en otro mundo. Aunque es evidente que dependen de estructuras que funcionen bien y del talento de ciertos miembros clave de sus estructuras, el hecho que Force India esté manteniéndose en cuarta posición en la clasificación de constructores -¡y acercándose a Red Bull, hoy!- y Sauber logre puntuar con una estrategia inspirada muestra algo importante: la Fórmula 1 de 2017 es la más competida de los últimos años. Incluso sin un gran presupuesto se está logrando ser rápido. Llega en un momento ideal con un cambio de paradigma del deporte. En las dos semanas que pasaron entre el Gran Premio de Rusia y el Gran Premio de España, algo ha cambiado. Llevaba tiempo fraguándose, sí. Pero hoy se estrenó la nueva marca F1. Y de momento convence.

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