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Gran Premio de Australia 2001: Primer paso de una leyenda

Nos saltamos el protocolo por partida doble esta semana, aunque la ocasión lo merece. A pesar de estar ante un Gran Premio de Abu Dhabi, esta vez nos va a tocar repasar lo ocurrido en un Gran Premio de Australia, aunque no uno cualquiera sino el de 2001, en el que Fernando Alonso disputó su primera carrera en la Fórmula 1. Y ahí está la segunda ‘saltada’ de protocolo, pues por una vez nos centramos no en la carrera en sí, sino en la actividad y la actuación del entonces debutante español, que vivió su primer fin de semana en un Gran Circo que le daría sus mejores alegrías en el mundo del automovilismo. La carrera deportiva de Fernando Alonso no termina aún, aunque su andadura en la Fórmula 1 sí llega a su fin el próximo domingo. Por ello, nada mejor que recordar el primer domingo.

La llegada de Fernando Alonso a la Fórmula 1 se había producido entre gran expectación ya entre la prensa internacional. El asturiano había ganado en Spa-Francorchamps en la Fórmula 3000 en el año 2000, con tan solo 18 años, y debutaba en la categoría reina con 19 y con el aura que caracteriza a los grandes pilotos. Después de un año como piloto de pruebas de Benetton bajo la dirección de Flavio Briatore, el italiano se las arregló para conseguirle un volante en Minardi. Así, después de una pretemporada sin subirse al coche por falta de dinero del equipo, Alonso se presentaba en Albert Park con 19 años y como el entonces tercer piloto más joven en disputar un Gran Premio de Fórmula 1. Aunque fuera con el oscuro y poco competitivo Minardi, la expectación por ver de qué era capaz era importante.

En su primera actuación, Alonso no decepcionó y demostró una habilidad que le acompañaría toda su carrera deportiva con una capacidad típica en los pilotos ‘peleones’ como es la de sacar un partido casi sobrehumano de monoplazas poco competitivos. De esta forma, Alonso lograba una aparentemente poco remarcable décimo novena posición en parrilla… pero lo hacía con un tiempo dos segundos y medio más rápido que el de Tarso Marques, su compañero de equipo. El brasileño había sido confirmado menos de dos semanas antes del inicio del mundial y había disputado carreras de Fórmula 1 algunos años antes. Como contraste, Alonso le había sacado prácticamente la misma distancia a su compañero que la que él perdía con respecto a David Coulthard, sexto con un McLaren.

Aunque estaba claro que Marques era poco más que un piloto de pago y que el talento del equipo recaía en el joven debutante, la gesta no pasó desapercibida, como tampoco otras clasificaciones a lo largo de la temporada 2001. Su inicio en la Fórmula 1 no tuvo problemas y mantuvo la décimo novena posición a pesar de ser superado por Luciano Burti en el Jaguar. Ello se debió a la salida de pista de Eddie Irvine en la primera vuelta. Alonso subió un puesto más con la retirada de Enrique Bernoldi en la vuelta 2, mientras Tarso Marques tenía que retirarse un giro después. El accidente entre Ralf Schumacher y Jacques Villeneuve en la vuelta 4 situó al futuro bicampeón del mundo en décimo sexta posición.

Las paradas en boxes permitieron que Alonso llegara a una más que correcta décimo tercera posición, ayudado también por el abandono de Mika Häkkinen, pero a pesar de no poder frenar el avance de un Irvine en su intento de remontada, sí logró mantener a raya a los dos Benetton, con el coche menos competitivo de su historia. A veinte vueltas del final de carrera, el único Minardi superviviente parecía destinado a terminar décimo cuarto, lo que habría tenido una curiosa simetría con el dorsal usado desde 2014, pero los abandonos de Jarno Trulli y Juan Pablo Montoya le elevaron hasta el duodécimo puesto que mantuvo hasta la bandera de cuadros, aunque fuera a dos vueltas de un Michael Schumacher que se llevó la victoria.

Con los números en la mano, el debut no había sido nada especial, habiendo terminado penúltimo entre los coches que cruzaron la línea de meta y ayudado por los problemas de los Benetton (Giancarlo Fisichella terminó una vuelta por detrás). De hecho, Alonso quedaba también un giro por detrás de Irvine, lo que le dejaba en tierra de nadie. Pero en una Fórmula 1 en la que las diferencias entre monoplazas eran mucho mayores que las de ahora, los habitantes del paddock intuyeron que estaban viendo los primeros pasos de algo especial. A lo largo de su primera temporada en la Fórmula 1, solo en el Gran Premio de Alemania (décimo) y en el Gran Premio de Japón (undécimo) logaría Alonso superar el resultado de su debut. Tendría que esperar dos años más para lograr sus primeros puntos, en el GP de Australia de 2003. Pero para entonces era menos promesa y más un talento confirmado.

Como anécdota, Alonso fue uno de los pilotos en usar un motor Cosworth en su Gran Premio número 500 en la Fórmula 1, además de debutar el mismo día que Juan Pablo Montoya y Kimi Räikkönen. El colombiano estaría fuera de la categoría reina poco más de un lustro después. Mientras tanto, Räikkönen acabaría convirtiéndose también en campeón del mundo, como Alonso. Ambos coincidirían en Ferrari en 2014 antes de salir el español camino a McLaren en 2015. En 2019, «Iceman» volverá al equipo que le vio debutar. Pero el cambio más sentido será el de Fernando Alonso, uno de los mejores pilotos de la historia de la Fórmula 1, que dejará la categoría reina en principio para siempre. Le esperan otros desafíos en otras categorías. Pero a pesar de su rendimiento en la Fórmula Nissan y la Fórmula 3000, todo empezó un domingo en Melbourne…

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