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Historias del Dakar: Heinz Kinigadner, las alas de KTM y de la vida

Siempre desprendiendo una fuerza vital que marca, Heinz Kinigadner ha sido muy importante en la historia del Dakar, de KTM y de la famosa iniciativa de Wings for Live, esta última pretende ayudar a recaudar fondos con el objetivo de tratar las lesiones medulares. Campeón del Mundo de MotoCross, de los muy talentosos, el motor siempre ha estado ligado al apellido Kinigadner, concretamente a las dos ruedas.

Su exitosa relación con la firma de motos de su país, KTM, nació ya en su etapa en el cross y se extendió hasta que en la década de los noventa, ‘Kini’ decidió competir en el Dakar. En el fabricante austriaco no las tenían todas consigo. Dentro de KTM muchos pensaban que Heinz estaba loco al tratar de afrontar la distancia del rally-raid más famoso del planeta con una moto derivada del motocross. “No llegará muy lejos, la moto no está preparada para cubrir esas distancias” decían a sus espaldas.

Sin embargo, Heinz se exprimió a fondo. Con un pilotaje espectacular sobre una KTM que todavía no lucía el ya tradicional color naranja corporativo (llevaba un morado muy noventero, e incluso la palabra Ibiza donde el asiento, demostrando su gran amor por la isla), Kini estaba decidido a aparecer en televisión y dejar algunas de las imágenes más impresionantes que deparó la carrera y otros raids en aquella época (ganó el Faraones’94 y el París-Moscú-Beijing de 1995). Buscaba promoción para el fabricante, que fuera más allá de la disciplina en la que fue Campeón y de las fronteras austriacas.

Nunca llegó a ganar un Dakar. Muchos abandonos por problemas mecánicos y caídas al intentar recuperar después de más problemas mecánicos marcaron la trayectoria de uno de los pilotos más rápidos y talentosos que se recuerdan de la etapa africana, con el siempre problema del exceso de fogosidad y los errores de navegación. Llegó a ser líder de la carrera en varias ocasiones y terminó a convencer a KTM de que era necesario tener un equipo oficial en el París-Dakar.

Después de eso, la historia todos la conocéis, quince victorias consecutivas en la categoría de motos para la marca, pero también el adiós a muchos pilotos que fallecieron compitiendo en rally-raids (Pit Beirer es la única excepción). La relación de Kini con Red Bull, y concretamente la amistad con ‘el jefe’, desembocó en el apoyo de la firma de bebidas energéticas a KTM. Al fin y al cabo, eran paisanas (sus sedes están separadas por menos de 50 km de distancia) y ambas compartían la misma pasión.

Tras colgar el casco en el año 2000, Kini se encargó del área deportiva de KTM, así como la creación junto a sus hijos Hannes e Isabell de la firma de ropa deportiva (motocross principalmente) KINI, mientras que su hermano, Klaus, es responsable de las experiencias de conducción que realiza la marca. Sin embargo, hubo dos momentos convulsos en la vida de Heinz que le hicieron también iniciar un nuevo proyecto, el Wings for Life.

El 14 de octubre de 1984, su hermano mayor, Hans, sufría un fuerte accidente a los 28 años que acababa con su carrera deportiva y le obligaba a pasar el resto de su vida en un silla de ruedas. Casi 20 años después, era el hijo de Heinz, Hannes el cual sufría otro desgraciado accidente en una carrera benéfica en 2003. Las consecuencias eran similares: lesión medular, que le dejaba paralitico. Inspirado por este trágico suceso, Kini tomaba la decisión junto a Dietrich Mateschitz de crear esta fundación para ayudar en la investigación de un posible tratamiento para este tipo de lesiones.

Fotos | KTM

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