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Con nieve y sin clavos en las ruedas. 25 años después del RAC que quiso ser Rally de Suecia

Hemos tenido un inicio del Rally de Gales que podemos decir que se ha caracterizado por estar acompañado por la meteorología habitual a la que nos tiene acostumbrados la prueba británica. La lluvia, los grandes charcos, esa niebla que parece tragarse a los coches, el frio después de un verano que también se ha alargado por esas latitudes. A nadie le pilló por sorpresa que Michelin decidiera llevar el compuesto más blando de sus neumáticos de tierra, el cual fue creado precisamente para condiciones como las que hemos visto hoy mismo.

Precisamente uno de los fabricantes que actualmente compiten en el WRC realizaba una curiosa advertencia en su información previa a la cita de Gales: «en caso de nieve, los neumáticos con clavos no están permitidos«. Sin duda esta frase habrá sorprendido a más de uno, sin embargo, la cita de las islas no es ajena a estas condiciones extremas, especialmente cuando ocupaba el último hueco del calendario.

Es cierto que hemos visto placas de hielo, heladas, e incluso zonas del temido ‘Black-Ice’… sin embargo, la edición de 1993 del RAC tuvo algo más que eso. Se cumplen 25 años de aquel Network Q RAC Rally (21–24 de noviembre de 1993) en el que Juha Kankkunen, ya cuatro veces Campeón del Mundo de Rallyes conseguía la victoria y se la dedicaba a su copiloto, Nicky Grist, el cual había llegado a la derecha de KKK después de que su tradicional copiloto, Juha Piironen, sufriera una hemorragia cerebral antes del Rally de Argentina. No era necesario que la pareja anglo-finesa tomara parte de aquella edición, pero aun así Kankkunen quiso correr la cita para brindarle a Grist su primera victoria en casa.

Las previsiones anunciaban hielo, sin embargo, la nieve pilló prácticamente a todo el mundo por sorpresa, unos cuantos centímetros de nieve fresca recién caída ya apareció en la jornada del domingo. Sí, aquella edición comenzaba en domingo y terminaba en miércoles, precisamente con Birmingham como sede. Los equipos obviamente tampoco disponían de neumáticos con clavos para tramos en los que los espectadores tenían serias dificultades para mantenerse de pie y no resbalar con el hielo.

Obviamente el talento escandinavo se impuso en estas condiciones, con Colin McRae siendo la principal amenaza para el ya campeón del Mundo. El cual recurrió a los neumáticos con la estructura más estrecha que se disponían para completar especialmente las especiales que se encontraban en peor estado, las del martes y las del miércoles. En cuanto a los ‘Micky Mouse’, los tramos espectáculo que se disputaban en parques, los equipos disponían de neumáticos de asfalto, aunque afortunadamente la nieve no cubría la superficie ya que hubiéramos podido ver lo más parecido a un Rallye de Monte-Carlo en las superespeciales galesas.

Fue completamente dantesco. Había una buena cantidad de agarre en la nieve a pesar de que corríamos sin clavos en los neumáticos. Ese hielo, esas pistas forestales congeladas eran tan peligrosas como parecía. Juha, con su carácter tranquilo, rebosante de talento natural, se lo tomó todo a su ritmo y, salvo una ligera salida en Yorkshire, fue todo muy fluido.

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