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2.5 TFSI: los secretos del motor deportivo de cinco cilindros de Audi y sus 400 CV de potencia

Ha llovido, y mucho, desde el lanzamiento de los primeros motores de cinco cilindros de Audi. En agosto de 1976 se presentaba el primer cinco cilindros de Audi, coincidiendo con la llegada de la segunda generación del Audi 100 (ver el especial sobre los 40 años del motor de cinco cilindros de Audi que lanzamos en su aniversario). De los 136 CV de potencia de aquel sedán familiar, hasta los 400 CV de potencia del nuevo 2.5 TFSI empleado por el Audi RS3 Sportback, el Audi RS3 Sedán y el Audi TT RS han sucedido muchos acontecimientos. Y mucho ojo, porque el motor de cinco cilindros de Audi está más vivo que nunca. Hasta el punto en que la posibilidad de que llegue a alcanzar cifras estratósfericas, hasta 600 CV de potencia, no es nada descabellada. ¿Pero cuáles son los secretos del nuevo 2.5 TFSI de Audi, empleado por los RS3 y el TT RS?

La revisión de un bloque que lleva con Audi desde 2009

La gama compacta más deportiva de Audi no se entendería sin su motor de cinco cilindros en línea, que fue el origen de la gran ampliación de la gama RS de Audi

En el año 2009 se presentaba el Audi TT RS, un modelo que de alguna forma abrió las puertas a la ampliación de la gama RS de Audi. Por aquel entonces, la oferta RS de Audi se limitaba a los RS4 y RS6. Audi quiso extender su gama más deportiva a sus productos compactos, hasta el punto en que hoy en día podemos encontrarnos las siglas RS incluso en un SUV. Esa oleada de productos de corte deportivo no hubiera sucedido, o al menos no se hubiera producido de esta forma, sin el estreno por aquel entonces del nuevo bloque 2.5 TFSI. Un motor con cinco cilindros y turbo que a su vez había partido de la base de un bloque que ya había utilizado años antes Volkswagen, sobre todo en su oferta de productos en Estados Unidos. Pero, obviamente, el motor de Audi, y su filosofía, nada tendría que ver.

Así las cosas, desde el año 2009, hasta ahora, el 2.5 TFSI de Audi ha evolucionado desde los 340 CV de aquel TT RS, hasta los 400 CV entregados por los nuevos RS3 y TT RS.

El nuevo bloque es 26 kilogramos más ligero y se han realizado importantes mejoras en la reducción de la fricción de los componentes y el rendimiento térmico

Audi se enorgullece, entre otras cosas, de haber creado un motor muy compacto. La longitud de este bloque de cinco cilindros en línea es inferior a medio metro. Con respecto a aquel bloque original, que entonces marcaba sobre la báscula 183 kilogramos, Audi ha seguido aplicando diferentes mejoras hasta llegar al bloque actual, que es 26 kilogramos más ligero. Para conseguirlo, Audi ha optimizado el grosor y la geometría de muchas piezas. Pero el mayor ahorro ha llegado, sin duda, con la incorporación de una nueva culata de aluminio, que por sí misma es responsable de que la masa del bloque en su conjunto se haya reducido en 18 kilogramos.

Más allá de su aligeramiento, también es importante el trabajo que se ha realizado para reducir la fricción y mejorar el rendimiento térmico. Audi ha empleado tecnologías, ya presentes en otros motores, para mejorar el recubrimiento de las camisas de los cilindros con el fin de que las fricciones se reduzcan. Al respecto de su rendimiento térmico, Audi ha empleado una bomba para el circuito de refrigeración más potente y precisa, con la que evitan la circulación del refrigerante durante el arranque en frío – por ejemplo – para alcanzar antes la temperatura de servicio.

Otro de los aspectos que más destaca Audi, y otra de las razones – más allá que la necesidad de potencia e incluso la nostalgia de sus motores de cinco cilindros de antaño – que llevó a los de Ingolstadt a apostar por este motor, fue su sonido. Como los clientes demandan cada vez más deportivos que suenen mucho en conducción deportiva, y sean más tranquilos en la conducción del día a día, y los turbos limitan la sonoridad del escape, Audi ha apostado últimamente por sistemas de escape con válvulas que acentúan el sonido en su modo más deportivo – dynamic – e incluso producen detonaciones que, son un escándalo para ir por la ciudad, pero nos encantan cuando estamos disfrutando de una buena carretera de montaña o conduciendo en circuito.

Aunar inyección directa e indirecta supone conseguir que un motor se beneficie de las ventajas de ambas soluciones, lo mejor de dos mundos

Otro aspecto interesante del 2.5 TFSI lo encontramos en su inyección dual. Este motor es capaz de trabajar inyectando combustible en el colector de inyección, como un motor de inyección indirecta, o directamente en la cámara de combustión, como un motor de inyección directa. Una solución tan interesante que hasta deportivos como el Ford Mustang con motor V8 ya han acogido (ver las razones por las que la inyección dual, directa, e indirecta, solo aporta ventajas). Tal y como os contaba mi compañero David Clavero, esta solución aporta lo mejor de dos mundos. Mejor carburación con inyección indirecta para cargas bajas y medias y un mayor control de la detonación de la mezcla con la inyección indirecta.

El motor 2.5 TFSI de Audi también es capaz de controlar el alzado de válvulas en dos fases, según la presión sobre el acelerador y la carga del motor, buscando el ahorro de combustible en cargas bajas y parciales, y una respuesta mayor en cargas más altas. Recordemos que este motor emplea un turbo que trabaja con una presión de hasta 1,35 bares y un intercooler perfeccionado.

Tecnologías como el uso de compresores eléctricos podrían hacer que este motor se aplicase, incluso, en los buques insignia de la gama deportiva RS de Audi

Tal y como ya os decíamos, el motor de cinco cilindros de Audi está muy vivo. Tan vivo como lo estén los modelos más deportivos de la marca. Mientras haya versiones muy deportivas de sus compactos, habrá motores de cinco cilindros. Ni tan siquiera podemos descartar la posibilidad de que este motor acabe empleándose en modelos superiores de la gama RS de Audi. En algún momento se ha llegado a hablar, incluso, de la posibilidad de que veamos un Audi R8 con motor de cinco cilindros. Una posibilidad a priori descabellada, aunque no tanto si recordamos que el primer Audi R8 se presentó con un motor V8 de 420 CV de potencia. En una hipotética carrera de aceleración de 0 a 100 km/h entre aquel Audi R8 V8 primigenio, y un Audi TT RS o RS3 moderno, ganarían los últimos, con un motor de cinco cilindros.

Y sin duda este motor podría tener mucho futuro en deportivos de muy altas prestaciones, si nos atenemos a lo que hemos visto en prototipos como el Audi TT Clubsport Turbo Concept de 2015. Audi nos presentó un TT muy radical en el que su motor de cinco cilindros había alcanzado los 600 CV de potencia, y 650 Nm de par máximo, recurriendo entre otras cosas a un compresor eléctrico.

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