ESPACIOS
Cerrar CERRAR
Actualidad

6 MIN

Cuando un Citroën DS 19 y su suspensión hidroneumática frustraron el intento de asesinato de Charles De Gaulle

Ayer os hablaba del coche que Emmanuel Macron ha estrenado, un reluciente DS 7 Crossback E-Tense de 300 CV. Este buque insignia es importante para el Grupo PSA igual que lo es para Francia, que siempre ha apostado por su industria nacional del automóvil para elegir coche oficial a sus mandatarios. No es sólo cuestión de orgullo patrio, es un necesario voto de confianza a una de sus industrias más globalizadas y exportadoras. Los presidentes de Francia ya han usado antes vehículos DS. La historia que os voy a contar hoy habla de cómo Charles De Gaulle se enamoró de los Citroën DS 19 tras un grave incidente.

Charles De Gaulle y su Citroën DS 19 son los protagonistas de esta historia, que dio aún más fama y gloria al bello automóvil.

Un poco de contexto histórico, que nunca viene mal. De Gaulle no necesita presentación, pero es necesaria para poner en contexto esta historia. Héroe de la Primera Guerra Mundial, apostó por la modernización del ejército francés ante el rearme alemán, y fue uno de los más firmes creyentes en no capitular ante Alemania, cuando invadió Francia al poco de estallar la Segunda Guerra Mundial. En el exilio dirigió el ejército de la Francia Libre, dirigiendo el gobierno francés desde el exilio, en Reino Unido. Tras el conflicto, dirigió el gobierno provisional, hasta que un liderazgo estable se constituyó.

En 1958, volvió a ser elegido presidente, tras una crisis política en el seno de la República. Charles De Gaulle tenía una fuerte personalidad y unos ideales marcados, y la descolonización de Argelia en 1962 – aceptada por De Gaulle en referéndum popular – le granjeó muchos enemigos en el seno de Francia, que veían a Argelia como una parte integral e indivisible de Francia. Uno de estos enemigos se llamaba Jean-Marie Bastien-Thiry. Diseñador de misiles, empleado de las Fuerzas Aéreas y confeso seguidor de De Gaulle, se volvió en su contra tras la independencia de Argelia. Y trató de asesinarlo.

En el día de su presentación en el Salón de París, se registraron 12.000 pedidos del Citroën DS 19.

Por aquella época, el Citroën DS 19 era ya toda una institución en Francia. Era uno de los coches favoritos de las personas de cierto poder adquisitivo, y era una máquina extremadamente adelantada a su tiempo. No sólo era su diseño – futurista a la par que refinado y francamente bonito – sino que también era su tecnología, su caja de cambios manual con embrague automático, sus discos de freno delanteros o su dirección asistida. Pero sin duda, su suspensión era la característica que definía a los Citroën DS. La primera aplicación de la fantástica suspensión hidroneumática de Citroën.

Esta suspensión garantizaba un confort máximo a bordo, manteniendo la carrocería estable ante grandes irregularidades del terreno. Hay vídeos que muestran a coches equipados con esta suspensión circular sin problema alguno sin una de las ruedas. Además de efecto de alfombra voladora y una asombrosa estabilidad, era posible regular de forma manual la altura libre del coche al suelo. Volvamos a la historia, al 22 de agosto de 1962. Charles De Gaulle y su mujer circulaban en su coche oficial por la Avenue de la Liberation, de camino al Aeropuerto de Orly, conducidos por un chófer.

La gran innovación del Citroën DS fue su brillante suspensión hidroneumática, hoy un signo de identidad para Citroën.

Un comando del OAS – el grupo paramilitar al que pertenecía Bastien-Thiry, que recordemos, quería la pertenencia de Argelia a Francia – abrió fuego sobre el vehículo. Algunas fuentes consultadas hablan de 140 disparos, otras dicen que se encontraron 187 casquillos de bala. Las balas mataron a los dos policías motorizados que acompañaban al coche, e impactando en su carrocería. Algunas fuentes dicen que las balas pincharon los cuatro neumáticos, otras dicen que pincharon dos o tres, y otras dicen que los pincharon a pesar de que estaban construidos de forma reforzada.

En lo que todas las fuentes coinciden es en que la suspensión hidroneumática permitió al coche permanecer estable y maniobrable, gracias a lo que el chófer pudo huir, salvando la vida a De Gaulle y su esposa. Una desestabilización tan grande habría seguramente provocado una pérdida de control en otro coche, especialmente teniendo en cuenta la calidad de los neumáticos y el firme de primeros de los años 60. Tras el intento de asesinato, De Gaulle se convirtió en una especie de «embajador» involuntario del Citroën DS 19: no quería viajar en otro vehículo, bajo ningún tipo de circunstancia.

El artífice del atentado, Bastien-Thiry, fue el último hombre ejecutado públicamente en Francia. Fue fusilado en 1963.

Su amor por Citroën no terminó ahí. Cuando la empresa atravesaba dificultades económicas, en 1969, Fiat trató de adquirir el control de la marca mediante la compra de una parte significativa de sus acciones. De Gaulle tenía el poder para limitar la influencia italiana en Citroën, fijando en un 15% el total de participaciones que los italianos podían adquirir. Se aseguró así que Citroën permanecería en manos francesas. Una década después, se uniría a Peugeot formando el que hoy conocemos como el Grupo PSA, un enorme conglomerado automovilístico europeo que también incluye a Opel entre sus filas.

La triste reflexión es que la suspensión hidroneumática es ya cosa del pasado. Cuando el actual Citroën C5 deje de venderse – lo hará de forma inminente – no volverá a venderse un coche nuevo con este tipo de suspensión. Citroën ha desarrollado una nueva suspensión con topes hidráulicos, que estrena el nuevo Citroën C5 Aircross. Tendremos que comprobar si mantiene el nivel de confort y estabilidad de la antigua Hydractive, de vejez problemática y mantenimiento complejo, pero absolutamente genial cuando funcionaba adecuadamente. Incluso salvó la vida al artífice de la Francia moderna.

Cargando...