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El caso de los diésel de Volkswagen sigue abierto

Septiembre de 2015. Una investigación en Estados Unidos destapa uno de los mayores escándalos de la historia más reciente del automóvil. Sobre Volkswagen pesa la acusación de haber introducidos diferentes trucos en sus motores con los que alterar el resultado de los procesos de homologación de emisiones. Volkswagen reconoce los hechos. Y a partir de ahí se desata una oleada que no solo afecta a millones de coches, de todas las marcas del grupo alemán, sino que también pone en el punto de mira a los diésel de otros muchos fabricantes. La persecución que hoy en día vive el diésel, y la introducción de cada vez más restricciones es, en parte, una consecuencia de este escándalo.

El caso de los diésel de Volkswagen sigue abierto

Octubre de 2019. El caso de los diésel de Volkswagen sigue abierto. Cerca de 470.000 propietarios de diésel de Volkswagen, en Alemania, se unieron a una demanda colectiva, cuyo juicio ha comenzado estos días. El objetivo de los clientes no es otro que buscar una compensación. La Asociación Alemana de Organizaciones de Consumidores (VZBV), y el ADAC, dirigen este complejo proceso que se está celebrando estos días en Brunswick, a tan solo media hora en coche de Wolfsburg, la sede de Volkswagen.

Ahora bien, ¿prosperará esta demanda colectiva por el caso de los diésel de Volkswagen?

Cerca de 470.000 propietarios de diésel de Volkswagen se unieron a una demanda colectiva por el escándalo que se destapó en 2015, por el que Volkswagen reconoció haber trucado sus diésel para alterar el resultado de las pruebas de homologación de emisiones

Imagen de archivo, de Martin Winterkorn, CEO de Volkswagen hasta 2015, y Angela Merkel, Canciller de Alemania desde 2005.

Volkswagen es consciente de que este proceso no será sencillo y que podría dilatarse por varios años. La factura del escándalo de los diésel aún no está amortizada. Se estima que Volkswagen ya ha tenido que desembolsar más de 30.000 millones de euros, en sanciones, compensaciones, reparaciones, y otros gastos derivados del escándalo. La fiscalía de Brunswick, encargada del proceso, iniciaba estos días una acusación formal dirigida a Herbert Diess, actual CEO, y Martin Winterkorn, que lo fuera hasta 2015, por entender que en este caso podría haber existido una supuesta manipulación del mercado de valores. La fiscalía entiende que podrían haber informado demasiado tarde de un escándalo cuyas consecuencias afectarían, necesariamente, al negocio de la empresa, tal y como reza en la nota de prensa publicada el 24 de septiembre.

¿Prosperará la demanda colectiva por el caso de los diésel?

En un momento en que Volkswagen busca pasar página, centrando sus esfuerzos económicos, y de comunicación, en su ofensiva de coches eléctricos, es evidente que el grupo alemán, y sus marcas, no tienen absolutamente nada que ganar con un proceso de estas características. En cualquier caso, tampoco parece que vaya a resultar sencillo para los demandantes.

El juicio impide a Volkswagen pasar página y presenta no pocas dificultades para los demandantes, de manera que no debería descartarse un acuerdo amistoso

El mayor problema que han de afrontar los demandantes, y al que ya apuntaba el juez encargado, Michael Neef, reside en que los propietarios de los diésel afectados han seguido utilizando sus coches, contraviniendo «el asunto central» de la demanda, y la razón por la cual los clientes solicitan indemnizaciones. De manera que los únicos frentes que pueden quedar abiertos tendrían que ver con las restricciones que se están introduciendo en muchas ciudades alemanas, con el grado de afectación de cada demandante, y con la valoración de hasta qué punto esas restricciones son la consecuencia del escándalo desatado en 2015 y, por lo tanto, responsabilidad de Volkswagen. Es evidente que no será nada sencillo conectar todos estos hilos. También se han de estimar otros daños y perjuicios, como la posible depreciación añadida que han sufrido los coches por el mero hecho de destaparse el escándalo.

Incluso en el caso de que se falle a favor de los demandantes que, insistimos, son cerca de 470.000, no se esperan indemnizaciones generales. A la hora de establecer responsabilidades e indemnizaciones, habría que estudiar el perjuicio generado en cada caso individual.

Lo único seguro es que un proceso como este no ayudará a Volkswagen a pasar página del escándalo de los diésel. De manera que tampoco puede descartarse que esta demanda se paralice, antes de tiempo, y se cierre con un acuerdo amistoso de interés para ambas partes, que podría ir desde la indemnización económica, a reparaciones como las que ya se están llevando a cabo en Alemania, que impliquen soluciones técnicas más complejas y caras que las aplicadas hasta la fecha.

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