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El sueño se convierte en el principal problema del coche autónomo y Ford decide no jugársela

Ni tecnología, ni límites físicos, ni siquiera la tediosa burocracia, el gran problema de los coches autónomos es el sueño que provoca en sus conductores. Ha sido Ford quien ha dado la voz de alarma a través de los resultados obtenidos en su programa de conducción autónoma, donde ha descubierto que los coches autónomos que necesitan de la supervisión de un ser humano al volante son un elevado riesgo ante la imposibilidad de los conductores para mantener la atención y no dormirse al volante.

El aburrimiento de «conducir» un coche autónomo termina por hacer que el conductor pierda atención y se duerma

Ford, al igual que otros muchos fabricantes, está experimentando con una flota de coches autónomos con los que madurar la tecnología y pulir sus defectos. Hablamos de un programa cuya misión es acumular millones de kilómetros y abordar todo tipo de situaciones, incluyendo la circulación en escenarios de tráfico real. Pero en EE.UU. se ha establecido un marco para regular la implantación del coche autónomo a nivel comercial, un marco que describe 6 claros escenarios para llevar el coche autónomo a la producción en masa.

Aunque existe un escenario 0 donde no hay asistencia alguna al conductor, podemos definir que la conducción autónoma se rige realmente a través de 5 escenarios. Estas 5 etapas van desde la conducción asistida donde diferentes tecnologías apoyan la conducción y donde es siempre el conductor quien conduce (escenario 1), hasta la última fase donde el conductor es simple y llanamente un pasajero más y es la tecnología quien gobierna por completo el vehículo (escenario 5). El problema que ha encontrado Ford durante sus pruebas experimentales está justamente en el escenario 3, etapa donde el coche posee funcionalidad autónoma, pero donde el conductor tiene la misión de supervisar de forma permanente qué hace el vehículo, estando obligado a tomar el control de forma instantánea si el vehículo sufre un problema.

Es imposible que los conductores permanezcan 100% atentos al vehículo, y la tecnología tampoco es infalible

Durante los ensayos llevados a cabo en base a los requisitos de este escenario, Ford ha descubierto cómo los ingenieros que hacían las veces de conductores tarde o temprano reducían su atención y terminaban durmiéndose al volante. Conducir un coche que se lleva por sí sólo debe ser lo más aburrido del mundo, más aún cuando no puedes hacer otra cosa que supervisar permanentemente lo que hace una máquina. Tras probar diferentes fórmulas para solucionar este problema y adaptarse a los requisitos del escenario 3 donde se obliga a instalar avisadores y alarmas si se percibe que el conductor no reacciona durante 10 segundos, Ford ha tomado la drástica decisión de eliminar de sus planes la venta de coches sujetos al escenario 3.

Para hacernos una idea de qué es lo que supone esta decisión tomada por Ford, renunciar al escenario 3 supone un verdadero desafío para la marca ya que inevitablemente deberá posponer el lanzamiento de sus coches autónomos. Además, la revelación de estos hechos vuelve a poner en el punto de mira a fabricantes como Tesla que basan sus sistemas de conducción autónoma en el escenario 3 donde la supervisión y la responsabilidad de cuanto suceda recae en el conductor.

Fuente: Bloomberg
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