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La historia de El Coche Fantástico, las réplicas falsas y el triste final de los KITT originales

Para todos aquellos nacidos en algún punto de los años ochenta, si nos preguntasen por nuestro coches preferidos del cine – y la televisión – estaría claro que, junto con el DeLorean de Regreso al Futuro, KITT, El Coche Fantástico, estaría entre los grandes iconos de nuestra infancia. De aquellos años en los que los coches el cine necesariamente tenían que volar, y protagonizar acrobacias espectaculares al otro lado de las cámaras, os podéis imaginar que uno de los requisitos fundamentales de una serie como El Coche Fantástico, Knight Rider en versión original, era contar con muchos coches para poder rodar las escenas de acción, o con un equipo de chapistas competente para reparar los coches dañados en acto de servicio. Pero si ya estás temiendo que ese fuera el fin de los KITT originales, no temas, no lo fue.

Se estima que solo existirían cinco unidades originales de KITT, de al menos veinte que llegaron a existir

Recientemente, Newsweek publicaba un artículo imprescindible para los fans de la serie de televisión, los amantes de los coches, y los nostálgicos de aquellos maravillosos años ochenta, en general. Un artículo llamado a desentrañar la realidad existente tras cada coche que, de cuando en cuando, se subasta haciéndose pasar por un KITT original. Y de cómo las réplicas han inundado el mercado, a menudo haciéndose pasar por originales, y han estado vagamente relacionadas con historias tan dramáticas como la de los fallecidos hermanos Kissel, un promotor inmobiliario que intentó vender como original una réplica falsa.

Por desgracia, de los KITT originales, esa suerte de Pontiac Trans Am remozado con un frontal con aristas marcadas y una luz roja parpadeando y dotando de personalidad a un coche que hablaba y se movía sin conductor, apenas quedaron cinco unidades. Una auténtica lástima, teniendo en cuenta que llegaron a existir más de 20. Pero, de nuevo, ¿qué sucedió con los KITT originales?

Los productores de El Coche Fantástico encontraron en el Pontiac Trans Am, que en realidad era una versión del Pontiac Firebird, y su preparación, el coche perfecto para la trama argumental. El gran problema de los productores no era otro que la alta demanda de los Trans Am existente en los años de rodaje Knight Rider. Inicialmente, para el rodaje de El Coche Fantástico solo pudieron contar con cuatro coches.

* Un coche que protagonizaría las escenas en las que apareciera David Hasselhoff
* Un coche para acrobacias, y sobre todo saltos, que siendo más ligero y contando con carrocería de fibra de vidrio acostumbrarían a lanzar por rampas y rodar saltos espectaculares
* Un coche «sin conductor», en el que se habrían instalado controles ocultos detrás del asiento trasero, con un sistema de volantes y pedales parecido al utilizado en coches de autoescuela, para que un conductor lo manejase frente a las cámaras creando la impresión visual de que el coche en realidad circulaba sin conductor
* Un segundo coche de acrobacias, que a menudo se utilizaba para escenas con derrapes y donuts, o para arrancar de cuajo puertas y vallas

Pero claro, como estaréis imaginando, los chapistas en plantilla tenían un trabajo muy intenso por delante para asegurar que los cuatro KITT originales estuvieran siempre operativos. Resultaba esencial no siniestrar, por completo, ningún coche. Y las reparaciones de chapa y pintura se solucionaban continuamente con una capa de pasta de carrocero y un repintado.

Universal Studios recibió entre diez y doce Pontiac Trans Am nuevos, con la condición de que fueran achatarrados al terminar el rodaje de la serie

Lo curioso sería que, de una desgracia, los productores se encontrarían con una buena oportunidad para aumentar su flota de Coches Fantásticos. En la primavera de 1983 descarrilaba un tren que se dirigía a California, curiosamente, cargado de Pontiac Trans Am. Aunque ninguno de los coches sufriera daños, las leyes del estado impedirían a Pontiac vender esos vehículos, o al menos que esos automóviles tuvieran una salida en el mercado. De ahí que Pontiac regalase estos coches al equipo de rodaje de Knight Rider, al precio simbólico de un dólar por cada uno de ellos. La única condición que tenían para quedarse con ellos, entre diez y doce Pontiac Trans Am nuevos, era achatarrarlos cuando terminase el rodaje de la serie, puesto que no podrían ser utilizados de nuevo en la calle.

El equipo de rodaje de El Coche Fantástico aún tendría la oportunidad de adquirir otros seis vehículos en el transcurso del rodaje, hasta el año 1986.

Con los cuatro KITT iniciales, los seis comprados a posteriori durante los años de rodaje,y entre diez y doce «regalados» por Pontiac, podría decirse que al menos existieron veinte KITT originales, veinte KITT utilizados para el rodaje de la serie.

Los KITT originales achatarrados primero tuvieron que enfrentarse a un truco final, ser aplastados por una grúa y una bola gigante en los estudios de Universal hasta quedar completamente inservibles

Habida cuenta de que entre diez y doce Pontiac Trans Am, los del descarrilamiento de 1983, tenían necesariamente que ser destruidos, la lista de vehículos KITT originales se reducía a menos de la mitad del total. Lo sorprendente, y lo hilarante de su destrucción, sería que aquellos KITT aún debían estar preparados para un truco final. El responsable de logística de Universal Studios no dudó en preparar una grúa, con una enorme bola, como las utilizadas para derribar edificios, con la que aplastarían hasta dejar completamente destrozados a aquellos pobres KITT de los que bien pudimos disfrutar de pequeños. Una imagen que vemos en este reportaje de hace unos años de la publicación Hot Rod.

De los restantes, no resulta nada sencillo discernir réplicas, de KITT originales. En cualquier caso, Joe Huth y A.J. Palmgren habrían investigado su destino, en sus propias palabras «investigando más de lo que cualquier humano debería haber investigado». Para ellos, todo KITT utilizado en el rodaje debía ser considerado un KITT original. Y todo KITT original cuenta con un número de serie, del inventario del estudio de grabación, estratégicamente escondido bajo la carrocería.

Se tienen perfectamente localizados a cinco KITT originales, que fueron utilizados durante el rodaje de la serie

De esta forma, estos investigadores trazarían el destino de cinco KITT originales, cuatro de los cuales fueron adquiridos y posteriormente vendidos por el coleccionista Carl Casper, para acabar en el museo del automóvil de Indiana, en Reino Unido, en el museo de Miami y, un cuarto, en manos de Huth y Palmgren, que no dudaron en comprarlo para satisfacer su obsesión por El Coche Fantástico. Un quinto, empleado en las escenas de acción, permanecería durante años en el parque temático de Universal Studios, hasta que Huth y Palmgren, de nuevo, se hicieron con él, para dejarse ver por diferentes eventos que recuerdan aquella mítica serie de los años ochenta en Estados Unidos.

Dicho lo cual, mucho nos tememos que tener en el garaje uno de los KITT originales sería, como mínimo, un plan muy caro, y nada sencillo. Tal vez por eso sean relativamente comunes los kits y preparaciones con los que no es demasiado difícil preparar un Pontiac Firebird Trans Am de la época para asemejarse, de manera muy creíble, a aquel fantástico KITT con el que pasamos tantos buenos ratos de niños.

Recomendamos la lectura del artículo de Newsweek, «The case of the missing ‘Knight Rider’ Cars».

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