Andreas Preuninger es el máximo responsable de los productos GT en Porsche. El desarrollo de máquinas excelsas, como los Porsche 911 GT3 RS, ha recaído en sus hombros. También ha sido el artífice e impulsor del proyecto 911 R. El Porsche 911 R – cuya producción está limitada a 991 unidades – es el máximo exponente del purismo en la marca. Es un GT3, sin su kit aerodinámico, pero equipado con el mismo motor atmosférico de 500 CV, aligerado, guarnecido con toques retro y equipado con un cambio manual. Preuninger está enfadado con el Porsche 911 R, porque algunos clientes lo están tratando como un simple producto financiero.
Nada más ser puesto a la venta, se llegaron a ver precios hasta seis veces superiores a su precio de venta en el mercado secundario. Aunque los precios se han normalizado ligeramente, los pocos Porsche 911 R a la venta en el mercado de segunda mano tienen tres o cuatro veces el precio de fábrica. La pregunta que quizá te estés haciendo es por qué. La respuesta es que son coches de producción limitada, coches verdaderamente especiales, que dan señales de su enorme valor futuro al mercado actual. Si en 20 años lo puedo vender en subasta por dos millones de euros, ¿por qué no pagar 800.000 euros por una unidad hoy en día?
Es un caso claro de altas expectativas de valor futuro. Con los productos financieros en valores de rentabilidad casi nulos, muchos capitales han optado por invertir en arte, propiedades y automóviles. El Porsche 911 R es uno de los coches «calientes» para estos inversores, que planean revenderlos o subastarlos en unos años como piezas de colección, sin apenas kilómetros y con los protectores de asientos de fábrica. Y al padre de la criatura esto no le gusta. Para empezar, porque son coches creados para ser pilotados y disfrutados. ¿Acaso no es una gigantesca tontería tener un Porsche 911 R en el garaje y no disfrutarlo?
Ahora bien, si los coches no te importan lo más mínimo y los ves como un simple instrumento de inversión, puedo incluso llegar a entenderlo. Andreas Preuninger entra al trapo en esta polémica, y en una entrevista a Pistonheads se dirige a los especuladores que merodean a la marca, muchos de los cuales se quejaron de la limitada producción del 911 R. «No somos un fondo de capital riesgo», declara Preuninger. «Somos un fabricante de coches, vivimos de vender coches y obtener de ello un beneficio. No podemos vender coches con la promesa de un valor futuro superior a un reducido número de clientes privilegiados. No sería justo.»
Porsche seguirá fabricando deportivos para las masas, con precios que en el caso del Porsche 718 Cayman arrancan por debajo de los 60.000 euros. Puntualiza que el valor de los Porsche 911 GT3 RS, Porsche 911 R y Porsche 997 GT3 RS 4.0 no corre peligro, y no les afecta la existencia de productos complementarios, como el 911 GT3 de acceso o los nuevos 911 GTS. Estas declaraciones no pondrán freno a la especulación, pero al menos dejan claro que Porsche seguirá fabricando coches más asequibles, y que son conscientes del problema especulativo que les afecta. Ojalá todos los Porsche 911 R fuesen pilotados y disfrutados como el de este vídeo.
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