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Prueba Opel Mokka X: Opel quiere ¿y puede? desbancar a Qashqai y compañía

Opel tiene ante sí uno de los retos más importantes de su historia, además del nuevo rumbo como fabricante del Grupo PSA, tiene por delante el lanzamiento de nada menos que 2 nuevos SUV como son el Opel Crossland X y Opel Grandland X, pero antes de la llegada al mercado de estos dos nuevos coches está el Opel Mokka X que ponemos a prueba hoy. Tras dar relevo al Opel Mokka, la llegada del nuevo Opel Mokka X no es un mero restyling, sino un profundo cambio en diseño y equipamiento que nos sirven para conocer la Opel que está por venir.

El Opel Mokka X es mucho más que una actualización del Mokka

El fabricante alemán no ha querido quedarse en un simple restyling para actualizar a uno de sus productos estrella , y eso que pasados los 4 años de vida del Opel Mokka, las ventas del modelo seguían avalando su continuidad en el mercado con nada menos que 600.000 unidades fabricadas desde 2012. Está claro que el Mokka funcionaba, pero aún así Opel ha apostado por refrescar la filosofía del Mokka añadiendo una X a su nombre comercial que será a partir de ahora un elemento identificativo de todas las carrocerías de tipo SUV de Opel, tengan o no tracción total.

Esta renovación ha sido mucho más que una actualización, y es que la llegada del Opel Mokka X se firma con un completo rediseño del frontal que se adapta a la estética estrenada por Opel Astra y continuada por el nuevo Opel Insignia, añadiendo un habitáculo completamente nuevo donde nos encontramos un salpicadero de nueva factura que elimina el grueso de los botones para centrar todo el protagonismo en la nueva interfaz Opel IntelliLink y el nuevo cuadro de instrumentos. Opel ha querido marca distancia con el Opel Mokka, y con sólo echar un vistazo rápido al Opel Mokka X descubres que hablamos de un coche prácticamente nuevo.

El objetivo de Opel con la renovación del Opel Mokka X ha estado en ofrecer un aumento de calidad y marcar aún más su personalidad, y visto lo visto lo han conseguido. El diseño exterior gana enteros con las nuevas ópticas que pueden equipar iluminación Full-LED IntelliLux con función AFL, la nueva parrilla frontal o los nuevos pilotos posteriores que también emplean tecnología LED. En la vista lateral y en la zaga son menores los cambios.

El salpicadero del Mokka X es completamente nuevo, con mejores calidades y mucha más tecnología y funcionalidad

Hemos de tener en cuenta que el Opel Mokka X es un SUV que podemos ubicarlo a medio camino de los B-SUV y C-SUV, aunque con la llegada del Opel Crossland X (más pequeño) nos vemos obligados a colocarlo en el segmento de los C-SUV donde se destapa como uno de los SUV más pequeños con una longitud de 4,28 metros, pero esta cota está bien aprovechada en el interior con un habitáculo amplio y aún mejor resuelto con el estreno del nuevo salpicadero. La sensación de calidad a bordo es alta y en términos generales encontramos un buen nivel de ajuste y tacto en los materiales. Sólo en materiales más alejados del uso habitual encontramos una menor calidad, pero que a la postre no desmerecen el conjunto del Mokka X que hace valer su profundo rediseño en materia de calidad.

La nueva consola del Opel Mokka X deja atrás las clásicas botoneras, integrando todas las funciones de infoentretenimiento en el sistema Opel IntelliLink en su versión 4.0 que puede estar asociado a una pantalla tácil de 7 u 8 pulgadas según la versión instalada. Esta interfaz ofrece un nutrido número de funciones, un manejo sencillo y un entorno gráfico atractivo y fluido. Es compatible además como Apple Car Play y Android Auto y puede combinarse con los servicios de OnStar para asistencia personal, llamada de emergencia o asistencia en carretera. Junto a esta nueva interfaz se integra un nuevo cuadro de instrumentos, con dos relojes analógicos, pero con posibilidad de instalar una pantalla a color de hasta 4,2 pulgadas en los acabados más altos. En las versiones más modestas la pantalla central del cuadro de instrumentos es monocromo con 3,5 pulgadas, aunque con independencia del tipo de pantalla empleada el nivel de información mostrado es siempre alto. El volante multifunción se mantiene sin cambios con respecto al Opel Mokka, una pena ya que su renovación habría sido la guinda de un habitáculo que ha dado un contundente salto cualitativo.

Cabe destacar en el Opel Mokka X que ahora están disponibles los asientos ergonómicos con certificado AGR. Estos asientos ofrecen un elevado nivel de confort, además de múltiples ajustes para encontrar una posición de conducción óptima. En cuanto a capacidad de carga, el Opel Mokka X ofrece un volumen de maletero de 356 litros en configuración de 5 asientos, un dato algo justo frente a los 357 litros del Toyota C-HR o los 430 litros del Nissan Qashqai. El volumen de carga máximo abatiendo la banqueta trasera que es de tipo 40/60 alcanza los 1.370 litros.

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La gama del Opel Mokka X está compuesta de 3 niveles de equipamiento: Selective, Excellence y Color Edition. Las posibilidades en cuanto mecánicas se limitan a un motor gasolina 1.4 Turbo de 140 CV, una versión del 1.4 Turbo adaptada a GLP con los mismos 140 CV y un motor diésel 1.6 CDTI de 136 CV. Tanto las mecánicas gasolina como diésel están disponibles en versiones 4×2 y 4×4. La transmisión es manual de 6 relaciones de serie en ambas motorizaciones, aunque existe la posibilidad de instalar un cambio automático de 6 relaciones por convertir de par en los motores diésel y gasolina siempre y cuando estos sean tracción delantera. En el caso de buscar una combinación de caja de cambios automática y tracción total, la única posibilidad es el motor gasolina 1.4 Turbo cuya potencia pasaría de 140 a 152 CV.

Para los amantes de la bici, el Opel Mokka X permite instalar el sistema escamoteable FlexFix con el que llevar 2 MTB de forma rápida y sencilla

Durante la presentación del nuevo Opel Mokka X hemos podido probar la motorización diésel 1.6 CDTI de 136 CV y el motor gasolina 1.4 Turbo de 140 CV asociados al cambio manual de 6 relaciones y a la tracción total. El motor gasolina nos ha parecido un motor agradable por su baja sonoridad y por la suavidad con la que trabaja, sin embargo el propulsor diésel nos ha convencido en mayor medida por un funcionamiento muy similar al propulsor gasolina, con una sonoridad no tan agradable, pero unos consumos notablemente más reducidos. Mientras el motor 1.4 Turbo de 140 CV se ha movido durante la prueba de conducción en torno a los 7 l/100 km, el motor 1.6 CDTI de 136 CV se quedó en 5 l/100 Km. En ambas motorizaciones encontramos potencia suficiente para mover el vehículo, aún así no debemos esperar que el Opel Mokka X se comporte como un coche ágil o de respuesta rápida, especialmente en las versiones de tracción total donde se nota el peso extra.

En lo referente a comportamiento, el Opel Mokka X se muestra de enfoque claramente urbano. La puesta a punto de suspensión, dirección y neumáticos hacen del Opel Mokka X un SUV cuyo comportamiento no difiere en exceso de las reacciones de un coche urbano o compacto medio. Las reacciones de la carrocería son predecibles y la estabilidad es buena en casi todo tipo de carreteras, sólo se compromete el aplomo a altas velocidades y ritmos rápidos donde el Mokka X no se siente tan cómodo. Su capacidad como todocamino es justa aunque pueda instalar tracción total con reparto 50/50 y la altura libre al suelo es de 15,8 centímetros, con unos neumáticos más capaces afrontaría con mayor resolución terrenos abruptos, pero queda claro que no es la intención del público que se plantea la adquisición del Mokka X.

En materia de precios el Opel Mokka X está disponible desde 21.837 euros para el motor 1.4 Turbo en acabado Selective. Hablamos del precio PVP al que habrá que descontar campañas promocionales y descuentos por financiación.

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