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Renault propone una segunda vida para sus baterías en casa, y es una gran idea

Que Renault se ha convertido en uno de los referentes en movilidad eléctrica a nivel europeo nadie lo duda, gracias a una oferta de modelos amplia y competente, en la que el recién estrenado ZOE 40 se coloca como la punta de lanza de una ofensiva en la que uno de los escollos más grandes del vehículo eléctrico, el de la autonomía de sus baterías, comienza a ver su final cada vez más cercano.

Un vehículo eléctrico tiene en su batería de tracción, la encargada de dotar de energía al motor, uno de sus puntos clave. Las baterías de los vehículos eléctricos son por lo general grandes y pesadas, y están compuestas, en su mayoría, por metales pesados y tierras raras, escasas y con una extracción que supone un gran impacto medioambiental.

El correcto reciclado de este componente es fundamental en el ciclo de vida útil de un coche eléctrico. Dejaría de ser todo lo ecológico que parece si, de buenas a primeras, las baterías no se reciclasen y tratasen como es debido, dando lugar a unos residuos especialmente peligrosos con el medio ambiente. Pero, ¿cuál es entonces una correcta manera de reciclarlas?

Una segunda vida útil es, idealmente, de las mejores opciones, ya que apenas se generan residuos y, además, siguen resultando útiles en un segundo ciclo operacional. Renault ha anunciado ahora un acuerdo de colaboración con la empresa británica Powervault para dar una segunda vida a las baterías usadas de sus vehículos eléctricos.

Una batería de un coche eléctrico tiene una capacidad que ronda en la actualidad, de media, los 30 kWh. Esta capacidad es suficiente para cubrir de sobra las necesidades de un hogar medio durante un largo periodo de tiempo, de forma que una utilización doméstica parece una buena forma de reaprovechar las cualidades de este caro componente.

Una batería de coche para utilizar en casa

No creas que cuando retiran una batería de un ZOE o de una Kangoo Z.E se instala en casa directamente. El proceso es algo diferente, ya que un domicilio no necesita tanta capacidad de batería. Es por ello que las baterías, una vez terminada su vida útil en el vehículo, se segmentan en módulos de menor capacidad -entre 2 y 6 kWh- y se reacondicionan para una utilización doméstica completamente segura. 

Una vez instaladas en la red doméstica -puede ser también un pequeño negocio, una escuela, una oficina…- son capaces de almacenar energía bien sea de fuentes renovables (unos paneles solares instalados en el tejado, por ejemplo) o de la propia red convencional en las horas más baratas. Una vez almacenada la electricidad, se puede utilizar en cualquier momento del día pero, claro está, con un coste de uso sensiblemente inferior.

De momento esta idea se ha cristalizado en una experiencia piloto en Reino Unido, donde 50 clientes británicos ya cuentan con este sistema a modo de prueba. Powervault ya cuenta con una amplia experiencia con fabricantes de automóviles, ya que trabaja con marcas como Tesla ofreciendo un sistema de almacenamiento de energía solar. Parece, por tanto, que el futuro eléctrico doméstico irá también sobre ruedas.

Fuente: Renault

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