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La NHTSA se pone seria con el caso del Volt incendiado y abre una investigación formal

El caso prometía dar mucho de que hablar, sin embargo, todo parecía que se quedaría en una mera anécdota que acabaría con un informe sobre que medidas tomar después del accidente de un coche con baterías. Al final no ha sido así, y el asunto se ha puesto feo para General Motors, teniendo que lidiar con una investigación formal centrada en los Chevrolet Volts, y la agencia de seguridad pretende llegar hasta el fondo del asunto con el incendio repentino después de un choque.

Tres pruebas después del primer incendio han arrojado dudas sobre la seguridad de sus baterías

Todo este asunto comenzó con una unidad de Chevrolet Volt, que tres días después de someterse a unas pruebas de impacto, se convirtió en pasto de las llamas de manera súbita. Tras conocer la noticia, tanto la NHTSA, como General Motors, se apresuraron en lanzar sus comunicados pertinentes, la compañía automovilística afirmó su colaboración con la agencia y reiteró la seguridad del vehículo. Sin embargo, la agencia de seguridad norte-americana, concluyó que repetiría las pruebas de choque con el único fin de repetir las condiciones que pudieran provocar el incendio.

La NHTSA ha realizado tres pruebas, todas ellas bajo las mismas condiciones y con la única premisa de repetir, de manera fiel, las circunstancias que llevaron al primer incendio. El primer ensayo se realizó el 16 de Noviembre, y no acabó en incendio de ningún tipo, la segunda prueba, realizada al día siguiente, si que reveló un aumento de la temperatura en las baterías, mientras que la tercera y última de las pruebas, si que registró una subida de temperatura hasta los 180º, y tras unas horas, el compartimento de las baterías comenzó a expulsar humo y se visualizaron algunas chispas.

La acción formal de la NHTSA es la peor publicidad para el Volt

Tras estos resultados, la NHTSA no ha dudado ni un solo instante en levantar un acta formal, con número de registro PE11037, para indagar en las entrañas del Chevrolet Volt, y poder emitir un juicio capaz de revelar cualquier riesgo o deficiencia en el vehículo. Las repercusiones, en el peor de los casos, pueden llegar hasta la retirada de las unidades vendidas si se detecta un peligro potencial. Así que el asunto se pone peliagudo para General Motors y la NHTSA se afianza como verdugo del Volt.

¿Entonces, es excesiva la fijación de la NHTSA? pues como usuario, claro queda, que todo es poco si el objetivo es evitar cualquier riesgo para los posibles pasajeros del Chevrolet Volt. El fabricante norteamericano emitió un comunicado nada más conocer la acción formal de la NHTSA. En el escueto texto, se remetía a la seguridad del Volt como un hecho contrastado y real, puntualizando que 215.500 incendios registrados en EE.UU. se referían a vehículos con motores de gasolina y diésel, sin una sola presencia de híbridos o elétricos.

Seguiremos atentos al «Voltgate», promete mucho de que hablar y sobre todo, puede convertirse en un caso aplicable a otros sistemas que empleen baterías, tanto para bien, como para mal. Lo malo de todo esto, es el hecho de provocar un halo de excepticismo en posible compradores, lo cual, no es la mejor publicidad para una tecnología que necesita de un gran impulso para llegar a cada hogar.

Fuente: Carscoop
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