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Visitamos la sede de Endesa en Madrid y nos reunimos con sus responsables de vehículo eléctrico

[ACTUALIZACIÓN] A fecha del 14 de febrero de 2012 se ha realizado una actualización de algunos de los contenidos de esta entrada con el fin de aclarar algunos datos erróneos y puntos que podían dar lugar a malentendidos.

Mi objetivo se encuentra a escasos 600 metros de la Feria de Madrid, bajando desde la estación de Metro de Campo de las Naciones por la Avenida de la Capital de España Madrid. Antes de tomar la glorieta dedicada a Juan de Borbón ya se intuye, enorme y majestuoso, a la ribera de la M40, cobijado por el resto de edificios de acero y cristal que le aportan a esta zona de la capital ese aspecto moderno y sofisticado tan característico de las grandes áreas de negocios; una estética casi neoyorquina, aunque a una altura mucho más baja que la del skyline -en un sentido estrictamente objetivo. Ninguno de estos es un rascacielos.

Me acerco despacio, aún es pronto, pero enseguida estoy dentro. El interior impresiona aún más si cabe. Sin duda Rafael de La-Hoz hizo un gran trabajo de diseño cuando proyectó este edificio. Si aún no lo habéis reconocido por la foto y por la descripción de su ubicación, me encuentro en la Sede Central de Endesa, donde fui convocado el pasado martes para un encuentro informal con otros bloggers del sector y algunos de los responsables de la empresa, tanto a nivel administrativo como tecnológico.

Me recibe Julián Corredera, de comunicación, quien me acompaña personalmente hasta la Sala Vía Láctea, donde todo parece preparado para comenzar. De repente, suena la característica música de Star Wars. Julián se ausenta un momento para coger el teléfono. Minutos más tarde los demás empiezan a aparecer. Entre ellos, Pilar Sevilla, Subdirectora Técnica de España y Portugal de Endesa, y jefe del Gabinete del Director.

Breve puesta en órbita sobre el sector energético

Desde el primer momento, Pilar nos dejó clara su intención de convertir su ponencia en una charla participativa, con una conversación activa que, sin duda, siempre resulta mucho más enriquecedora que un monólogo, por bueno que sea el conferenciante.

Todos mis esquemas se rompieron con la segunda diapositiva que apareció en el proyector: un gráfico de tarta que mostraba tanto la capacidad instalada como la producción de energía de Endesa, ambas divididas en secciones por tecnología, con datos correspondientes al ejercicio de 2010 (los de 2011 aún no han sido publicados).

La casi total ausencia de espacio dedicado a las renovables me dejó desconcertado. Tan sólo un 0,2% de la capacidad instalada, que se convertía en un 0,6% de la energía producida. No pude evitar preguntarme bajo qué premisa una empresa energética que apenas produce electricidad utilizando fuentes renovables (exceptuando la hidráulica, que tradicionalmente no se considera como renovable en el mix de producción y de capacidad instalada) habría reunido a un grupo de bloggers que se dedican, sobre todo, a escribir sobre tecnología y energías limpias. No fui el único. “En Endesa no tenemos presupuesto para renovables», respondió pilar ante las dudas de los asistentes. El presupuesto destinado por el grupo Enel (del que Endesa forma parte) al desarrollo de energías renovables lo acapara Enel Green Power España, de la que Endesa participa en un 40%.

No puede dejar de invertirse en las tecnologías tradicionales en favor de las renovables. Para Endesa todas las tecnologías actuales son necesarias y, por lo tanto, ninguna es prescindible.

No obstante, la postura de Pilar frente a este tipo de tecnologías fue clara en todo momento: no puede dejar de invertirse en plantas de producción tradicionales en beneficio de las renovables, sujetas a demasiados factores climáticos y ambientales que no permitirían asegurar el suministro eléctrico. Para Endesa todas las tecnologías actuales son necesarias y, por lo tanto, ninguna es prescindible. Sin duda una posición muy respetable y realista, aunque matizable y discutible en muchos aspectos.

En términos económicos, las renovables siguen siendo caras de instalar y requieren de un largo periodo para su amortización. Sin embargo al final salen rentables. Como ejemplo, la energía hidroeléctrica, que representa el 33,4% de la capacidad instalada de Endesa y el 32,8% de la producción energética, el mayor porcentaje en ambos casos, aún estando su uso condicionado por numerosos factores (la producción energética es la última en la cadena de prioridades de uso del agua).

Además, y según la propia Pilar Sevilla, se trata de la energía más barata de producir, frente a la
solar y la térmica de fuel gas
, que se reparten el primer y el segundo escalón del podio de las energías más caras: la primera, por volumen de inversión frente a beneficios obtenidos, y la segunda por el alto coste del petróleo y la variabilidad de precios a la que está sometida. Sin duda la política hidrológica del generalísimo ya está más que amortizada.

Otro de los temas que ocupó una buena parte de nuestro tiempo fue el relativo al carbón, más exactamente al carbón nacional: caro e ineficiente debido a su mala calidad y su bajo poder calorífico inferior y uno de los emisores de CO2 más importantes del sector, tanto en valores absolutos como relativos a la tonelada de carbono emitida por KWh producido, cuyo uso sólo se justifica por razones políticas (independencia energética y reinversión de los beneficios en territorio nacional frente a las importaciones) que obligan a las compañías eléctricas a reconvertir calderas para su quema.

La energía hidroeléctrica es la más barata de producir, frente a la solar y la térmica de fuel gas, las más caras.

Conviene apuntar que el coste económico derivado de la emisión de CO2 que la quema de combustibles fósiles origina sólo se internaliza en términos de producción propia, por lo que las sanciones internacionales impuestas al Estado por exceder los límites de emisiones no computan a la hora de calcular el precio real de la electricidad producida en centrales térmicas.

Esto quiere decir que, en el caso de que un Estado Miembro no cumpla en términos de alcanzar las exigencias del Protocolo de Kioto, las sanciones impuestas no repercuten al precio de la electricidad. No ocurre lo mismo en el caso de que sea la compañía quien exceda el nivel de emisiones al que tiene derecho según el Plan Nacional de Asignación, en cuyo caso la sanción impuesta por la Unión Europea recae íntegramente sobre el operador.

A partir de aquí, la conversación derivó fundamentalmente hacia otro de los puntos clave de la jornada: el negocio de la electricidad, lo que incluyó una visita al Centro de Control, donde pudimos ver in situ cómo se realizan todas las operaciones de compra venta de electricidad, y cómo Endesa controla todo su parque de generación. Como curiosidad, citar que la sala que veis en la fotografía permanece activa 24 horas al día los 365 días del año, siempre con una persona al menos en su interior.

Vehículo eléctrico

Tras la visita al Centro de Control y el correspondiente coffee brake llegó el momento de hablar de vehículos eléctricos. Para ello contamos con la presencia de Jorge Sánchez Cifuentes, Subdirector de Vehículo Eléctrico de la compañía; Eduardo Mascarell, responsable del proyecto; y Rafael del Río, Director de Vehículo Eléctrico de Mitsubishi España.

Si algo me quedó realmente claro, es que la electricidad se ha convertido en los últimos años en la única alternativa a tener en cuenta por las compañías frente a la combustión interna tradicional. Sin embargo, aún no se trata de un negocio rentable para nadie más allá de los fabricantes de componentes y baterías. Quedó bien claro con la respuesta de Rafael del Río a la pregunta de por qué Mitsubishi no aplicaba un descuento al i-MiEV similar a los 5.700€ que Citroën y Peugeot le aplican al C-Zero y al Ion respectivamente: pierden dinero con cada unidad vendida.

En general, el único beneficio que los coches eléctricos le reportan a las marcas generalistas en la actualidad tiene que ver con la imagen de marca, y la inversión en el sector corresponde únicamente a una estrategia de negocio a medio y largo plazo.

Algo parecido ocurre con los puntos de recarga, de los cuales Endesa ya ha instalado más de 300 alrededor de todo el país, la mayoría de uso público. En total, en España hay unos 1.000 repartidos por las ciudades más importantes. Sin embargo, su uso es casi nulo. Con un parque eléctrico comprendido por unas 800 motos y unos 300 coches, la presencia de estos puntos es una forma de marketing que pretende dar seguridad a los potenciales compradores y mejorar la imagen de la fiabilidad del vehículo eléctrico entre los ciudadanos.

Y es que, a pesar de las previsiones optimistas que envuelven al sector, el discurso fue muy realista en todo momento. Los 27 millones de vehículos eléctricos que se espera formen parte del parque móvil español en 2020 contrastan con los datos relativos a la tasa de reposición, calculada en 10 años y aumentando cada día con motivo de la crisis económica. Como es obvio, la cifra no se va a cumplir. Tampoco estamos preparados para ello: en caso de que se alcanzase, sería necesario aumentar en un 18% nuestra capacidad de producción energética. No obstante, en el caso de que se alcanzase, nuestro consumo energético tan sólo aumentaría un 18%, lo que significa que no sería necesario aumentar nuestra capacidad de producción.

Tampoco faltaron las comparaciones entre motores eléctricos y de combustión interna. Gracias a un proyecto realizado por Endesa, en el que se recorrieron más de 4.000 kilómetros de pruebas en diversos tipos de recorridos y en distintas ciudades de España, se han obtenido una serie de datos reales que inclinan aún más la balanza a favor de la electrificación del parque móvil.

En primer lugar hay que destacar que el coche eléctrico no dejó tirado a nadie. Tampoco es de extrañar, ya que tanto los recorridos urbanos como los recorridos periurbanos habituales no suelen exceder la autonomía del vehículo. Además, entre el 90% y el 92% del tiempo de vida de un vehículo, éste permanece aparcado, tiempo más que suficiente como para recargarlo. Por lo tanto, parece que la utilidad del coche eléctrico para transportes urbanos es real.

En segundo lugar, el coste de recorrer 100 kilómetros con un coche eléctrico ronda los 2€ frente a los 6€* que costaría con un vehículo de combustión tradicional, las emisiones reales de CO2 por kilómetro recorrido (correspondientes a la generación de la energía eléctrica consumida) se sitúan entre los 34 y los 35 gramos, y la eficiencia energética ronda el 28% en los vehículos eléctricos, casi el doble que en los de combustión interna, donde se sitúa en torno al 15%.

La mayor eficiencia y economía propiciada por los vehículos eléctricos será un factor clave en las próximas décadas. En 2050 se prevé que el parque móvil mundial sobrepase los 3.000 millones de vehículos.

Estos datos no son baladí, aún menos si tenemos en cuenta que los 800 millones de vehículos que hay ahora mismo en el mundo se multiplicarán hasta los 3.000 millones que se calcula circularán por las carreteras de todo el planeta en el año 2050.

Aún así, aún queda un gran trabajo por hacer, sobre todo en cuanto a eficiencia real y sistemas de recarga inteligentes, capaces de ayudar al consumidor y a las generadoras a casar la oferta y la demanda, aprovechando de forma real las fuentes de energía renovables y disminuyendo realmente la dependencia de los combustibles fósiles. Aunque lo más importante es que todo esto ya está en marcha.

Debo reconocer que salí de aquél edificio con el total convencimiento de que tanto los fabricantes como los productores de electricidad, las dos piezas clave para el desarrollo de este sector, están poniendo toda la carne en el asador para potenciar esta industria, y seguirán haciéndolo durante los próximos años, hasta que gane la suficiente popularidad entre los consumidores.

Tras la intervención sobre el vehículo eléctrico, vino una sobre telegestión, y finalmente la posibilidad de visitar el punto de recarga de la fotografía y de probar el Mitsubishi i-MiEV. Por desgracia tuve que abandonar antes de que finalizara. En cualquier caso, me quedo con la experiencia de una tarde apasionante y muy enriquecedora, y lamento no poder plasmar aquí todo lo que aprendí. No obstante, en sucesivas publicaciones prometo ampliar algunos temas que me he dejado en el tintero.

*Datos de IDAE y del precio medio de la gasolina en 2010 según estadísticas del MITYC

Fotografías: Alfonso Benayas | Rafael de La-Hoz | Especial agradecimiento a Alberto de Desenchufados por dejarme utilizar sus fotografías del evento debido a un problema con mi cámara
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