Audi R8 TDI Le Mans, diésel con corazón de competición

El R8 con más nervio ha regresado y en esta ocasión vestido de rojo para el Salón de Ginebra. Pocos son los cambios que podemos apreciar respecto al Audi R8 V12 TDI Concept, y esto no es malo en absoluto, ya que conserva el mismo motor TDI V12 de 500 cv. El monstruoso torque se mantiene intacto en los 1000 Nm, para este motor derivado del que equipa el R10 que tantos éxitos le está dando a Audi en la competición.

Precisamente de la competición hereda esta máquina su nombre, con unas cifras a la altura, pasa de 0 a 100 km/h en 4.2 segundos y sigue acelerando hasta pasar los 300 km/h. Otra de las cifras relevantes son la bajas revoluciones a las que alcanza el torque máximo este motor V12 a 60 grados, tan sólo 1750 revoluciones por minuto. Audi mantiene el compromiso de sus coches diésel con el medio ambiente, consiguiendo que este R8 cumpla con la normativa Euro 6, así como las más duras normativas vigentes en Estados Unidos.

La tecnología de inyección es de las más avanzadas hasta la fecha en diésel, tratándose esta de un common rail que llega a alcanzar una presión de 2000 bares. La alta presión consigue una distribución óptima del carburante en la cámara de combustión, lo que resulta en mayor eficiencia del motor y menores emisiones. Los piezo-inyectores de los que dispone permiten variar el número de inyecciones de gasoil por ciclo, ya que los piezo cristales que los forman se expanden en fracciones de milisegundo.

Los turbos llegan a alcanzar una presión de 2.6 bares y gracias a su geometría variable se asegura su óptimo rendimiento incluso en régimenes bajos, esto contribuye a que los 1000 Nm se mantengan desde las 1750 rpm hasta las 3000 rpm. Por otro lado la frenada es tarea de cuatro pinzas de seis pistones, que detienen discos cerámicos similares a los usados en la Fórmula 1.

Audi R8 TDI Le Mans Salón de Ginebra