DesignWorksUSA, uno de los grupos de diseño automovilístico de BMW, presentó a finales de 2008 en el prestigioso concurso de diseño LA Auto Show Design Challenge un prototipo propulsado por hidrógeno llamado Salt Flat Racer. Aunque la victoria en el desafío se la llevó el Mazda Kaan, merece una mención especial por su original concepción de diseño: de los objetos más comunes a partes del coche.
Concebido para un futuro de austeridad y ausencia de petróleo, el prototipo constituye un pequeño vehículo de cuatro ruedas monoplaza con una aerodinámica tomada directamente de la del fuselaje de una avioneta con cierta inspiración en los vehículos de carreras de mitad del siglo pasado. Una sencilla pero transparente cabina facilitaría la vida al conductor, que iría recostado tal cual va un piloto de Fórmula 1.
Más curioso es sin duda la base para la creación del artefacto en cuanto a materiales. En lugar de optar por tomar materiales en bruto como el aluminio o la fibra de vidrio sus creadores se han decantado por piezas ya utilizadas en otros elementos. Las ruedas están fabricados con restos de las parrillas de las barbacoas, los paneles a partir de barriles de aceite, etc. Para rematar el toque ecológico/ahorrativo justo detrás de la cabina hay una pecera con peces reales. Su utilidad es discutible pero es “ecológico”.
Para propulsarse el Salt Flat Racer utiliza una célula de combustible de hidrógeno, que transforma el básico elemento en energía eléctrica que posteriormente se convierte a su vez en fuente de movimiento. A diferencia de los innumerables prototipos que utilizan el hidrógeno éste cuenta con su propio tanque de agua con el que obtener suficiente cantidad de este átomo. De esta forma resulta más sencillo su repostaje aunque esperemos que el agua utilizada no sea la de la pecera.
BMW Hydrogen Powered Salt Flat Racer
Vía: autobloggreen
En Diariomotor: RMIT Formula H, hacia el récord de velocidad con hidrógeno
