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Mazda MX-5 Roadster Coupé 2.0 de 160 CV a prueba (I)

No hay nada como poder disfrutar de un descapotable cuando tienes el tiempo atmosférico a tu favor y tu propio tiempo para dar unas vueltas, sentir el aire en la cara y todo eso. Así que siempre anima a uno al poder probar un coupé descapotable de la talla del Mazda MX-5.

La versión sobre la que hemos puesto las manos es la Roadster Coupé, es decir la que cuenta con techo retráctil rígido, y la que lleva el motor 2.0 gasolina de 160 CV con cambio manual. Como siempre comenzaremos por hablar de su habitabilidad, por la comodidad de sus dos pasajeros y, por supuesto, de su capota. Para más adelante queda la revisión del equipamiento y de su dinámica, sus rivales y la conclusión final.

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Diseño

Exterior

El MX-5 tras su cambio de generación se ha lavado mucho la cara y modernizado su diseño aunque sigue manteniendo el atractivo de toda la vida, por ser un descapotable pequeño y ágil. Quizás la mayoría de nosotros nos hubiésemos esperado un cambio más radical con unos toques más diferenciadores pero el resultado no es malo. Como es cuestión de gustos lo vamos a dejar así.

Interior

El interior del MX-5 no aporta un extra sobre el estilo de calidad de los Mazda en general, con un vistazo rápido sin conocer el coche se sabe la marca de procedencia. En el acabado Sportive el cuero es de serie para el tapizado de los asientos, que tienen en su esencia un intento de deportivos. El volante y la palanca de cambios también se visten de piel con una calidad que podríamos sentenciar como correcta.

Sin embargo la calidad del resto del interior brilla demasiado por los plásticos cuyo aspecto no trata de parecer otra cosa diferente. Los materiales que lucen en la consola central o en los botones tienen un tacto que no parece estar a la altura del descapotable, probablemente sólo les faltaría un abrillantado en algunos casos para tener una mejor apariencia.

Mazda MX-5 Roadster Coupé 2.0 de 160 CV a prueba

Habitabilidad

Confort interior

La carrocería de dos plazas no deja lugar para demasiada “alegría” en cuanto a espacio, pero es algo que ya se aprecia antes de entrar en ella. Al margen del detalle de las pequeñas puertas y el poco espacio que dejan para introducirse en los asientos, la altura a la que están los mismos no hace fácil meterse cómodamente sin una pequeña caída.

Los asientos de cuero son cómodos en su justa medida, con un viaje de más de una hora y media ya se empieza a notar cierta fatiga. Por otro lado el ajuste que tienen es limitado, especialmente en longitud debido al tamaño limitado de la cabina. Aún así ajustando bien la longitud, la altura, la inclinación del asiento y la altura del volante se puede ir medianamente cómodo.

Dentro todo está a mano para el conductor y los dos asientos están separados por un túnel central más alto de lo habitual. Esta parte choca no sólo por su altura sino porque concentra en poco espacio la corta palanca de cambios y el freno de mano, que está situado más hacia el lado del acompañante. Es incómodo por este aspecto pero no interfiere con el manejo del pomo del cambio en ningún momento.

Mazda MX-5 Roadster Coupé 2.0 de 160 CV a prueba

Hay huecos para varios objetos a lo largo y ancho del interior, lo que se agradece tremendamente. En las puertas hay las típicas fajas para alojar algunos documentos y un hueco especialmente colocado para llevar botellas cortas o latas de bebida. En el centro, por detrás del cambio y del freno de mano, se encuentra un compartimento con una tapa deslizante.

En él hay un hueco fino para un par de bolígrafos y un hueco rectangular más o menos grande para llevar distintos objetos, como un teléfono móvil o una cartera pequeña. Si se quiere se puede utilizar para dos pequeñas latas porque cuenta con un separador supletorio que divide el espacio en dos. Pero los huecos no acaban aquí.

Detrás de los asientos hay un pequeño espacio para carpetas o pequeños paquetes que no tengan demasiado grosor. Entre los asientos hay un pequeño espacio empotrado que tiene dos elementos, un hueco en el que guardar cosas y el tirador para abrir la tapa del depósito.

En definitiva aunque hay poco espacio en general en el Mazda MX-5 también hay muchos huecos dispuestos para diferentes funciones y que se pueden aprovechar bien.

Mazda MX-5 Roadster Coupé 2.0 de 160 CV a prueba

Aislamiento del exterior

El ruido dinámico sin duda es uno de los puntos no tan agradables de la historia. Aparentemente las gomas de las puertas y las juntas de la capota ofrecen una buena barrera para el ruido pero en realidad a la cabina llega casi intacto el ruido de la marcha. Incluso a la hora de pasar por zonas de mucha agua el ruido de la misma sobre los guardabarros es más que notable.

Otro asunto separado del ruido dinámico por el movimiento es la entrada de sonido del motor. En este punto el MX-5 se muestra muy favorable porque el sonido transmitido es agradable. Quizás no del todo por debajo de las 2.000-3.000 rpm en el que suena como un gasolina más, pero a partir de estas velocidades del motor el sonido es muy agradable.

Me atrevería da decir que en llegando a las 7.000 rpm el cuatro cilindros saca todo su esplendor y suena cual Fórmula 1 desde la grada. En la parte de la dinámica hablaremos de cómo se puede jugar con el Mazda MX-5, dentro de las normas por supuesto, y sacarle todo el partido al motor atmosférico de 160 CV.

Mazda MX-5 Roadster Coupé 2.0 de 160 CV a prueba

Visibilidad

La visibilidad hacia la parte delantera del vehículo es más que suficiente a pesar de que el tamaño del parabrisas no es tan grande como en otros coches. Un efecto similar pasa con la luneta trasera, pero a pesar de sus pequeñas dimensiones es más que suficiente para tener una correcta visión de lo que ocurre posteriormente a través del retrovisor interior. El apoyo de los amplios retrovisores laterales también ayuda a ver bien.

Quizás el mayor problema de todos es la altura del coche que puede impedir que otros coches te vean, porque el ángulo muerto de visión es ligeramente superior.

Sistema de capota

La capota del Mazda MX-5 Roadster Coupé es rígida y tiene un sistema de apertura/clausura totalmente automático. Se acciona mediante dos botones situados en la consola central, uno dedicado a la apertura y otro dedicado a la clausura.

Antes de realizar la apertura de la capota, partiendo de que está cerrada totalmente, es necesario arrancar el motor y retirar el seguro de la capota. Este seguro es un enganche situado justamente en el techo, a la altura del túnel central, y se puede eliminar pulsando un botón y tirando hacia atrás de una palanca.

Mazda MX-5 Roadster Coupé 2.0 de 160 CV a prueba

A partir de este punto la capota queda liberada y ya se puede pulsar el botón para la apertura. En ese momento suena un pitido y comienza un proceso, que puede pararse en cualquier parte con tan solo soltar el botón. Durante el proceso se eleva la tapa de la cubierta de la capota, la capota se pliega hacia ese hueco y por último se cierra la tapa.

El tiempo total, exceptuando la eliminación del seguro, es de 12 segundos. Todo un récord de tiempo que compensa la pega, relativa, que impide abrir o cerrar la capota con el coche en movimiento. Cuando el proceso, de apertura o de clausura, termina, suena un pitido largo pero si se interrumpe en algún momento suena un pitido corto.

Este pitido de error es más que necesario, pues por ejemplo la bajada de la tapa una vez abierta la capota es tan poco ruidosa que parece que ya se ha terminado el proceso. A la hora de volver a poner la capota en su sitio el proceso se da simplemente a la inversa. También hay que cerrar el seguro, que se basa simplemente en mover la palanca hacia adelante.

En este caso también se produce el pitido largo que confirma la clausura de la capota.

Mazda MX-5 Roadster Coupé 2.0 de 160 CV a prueba

Maletero

Oficialmente cubica 150 litros de capacidad, que es un valor bajo pero que hay que matizar conveniente. Para empezar, y como mencionaba anteriormente, el sistema de la capota utiliza un espacio para guardarla que está separado del maletero. Ello quiere decir que, con la capota o sin la capota puesta, existe el mismo espacio en el maletero.

Este espacio tiene dos profundidades diferentes y se extiende de un lado a otro, lo que favorece que se pueda aprovechar bastante bien el poco espacio que existe. Con el tipo de boca del maletero, que está prácticamente paralela al suelo, y con la altura del coche la introducción de objetos medianamente grandes es muy fácil.

Obviamente este espacio es finito y con dos maletas medianas se llena, aunque siempre quedan huecos para objetos pequeños como toallas, mantas o algún neceser. En resumidas cuentas ofrece el espacio suficiente para un mínimo equipaje para los dos pasajeros y un poco más para accesorios. Ni más ni menos.

Para la próxima entrega hablaremos de todo el equipamiento del Mazda MX-5 a fondo. En la tercera y última parte comentar la dinámica, los precios y los pros/contras del coupé cabrio.

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En Diariomotor: Mazda MX-5

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El Mazda MX-5 es un descapotable biplaza de carácter deportivo que se encuentra disponible sólo con techo de lona de accionamiento manual. Existe una versión de techo rígido practicable eléctricamente (MX-5 RF) que es más cara y pierde parte de la magia, pero también es más práctica.

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